El Último Dragón

Capítulo 13: El viaje continua

En una tarde de otoño, 3 amigos caminan por un sendero de hojas doradas.

-Pensé que no aceptarías. Ya que ahora eres el Gran Emperador del mundo.

-Jajaja, es verdad, yo conquisté este mundo. Y no tengo dudas en dejar mi trono, porque sé que ellos van a estar bien sin mí.

Bairam respondió muy relajado al comentario de Bellinor. Porque tenía la seguridad de que el mayordomo principal haría un excelente trabajo como el nuevo Gran Emperador del mundo. Lo sabía, porque el propio Bairam era muy flojo al gobernar y fue su fiel mayordomo principal quien hacia el trabajo de un Gran Emperador.

No le gustaba admitirlo, y no lo admitiría, pero era verdad que los dragones son seres perezosos.

Además, él ya se había esforzado mucho para crear un imperio fuerte. Repartió responsabilidades entre sus súbditos para que cada uno tenga un rol que ayude a sostener el magnífico imperio del que formaban parte. Y él siempre recompensaba el arduo trabajo de todos con divertidas festividades, las cuales se seguirían dando aún sin él presente.

Bairam nunca había olvidado lo vital que era jugar para fortalecer lazos. Y lo importante que era valorar el trabajo de cada uno. Y también, lo necesario que es siempre recordarles los valores del hogar. Las enseñanzas de madre Balam habían sido las bases de su Gran Imperio y de su propio corazón.

Ahora era el turno de ellos continuar con el legado que Bairam había dejado.

Además, tenía otra razón por la cual debía abandonar su imperio: La promesa que le hizo a Balam: “Nunca te quedes en un lugar que no te haga feliz.” Bairam era incapaz de olvidar esa promesa. Aquel día no solo hizo un juramento, también había recibido un nombre. Fue por esa promesa que abandonó su isla para buscar a las ballenas, y por esa promesa viajó por el mundo y ayudó a muchos. Y pensando en esa promesa salió a buscar su piel de dragón, aunque lamentablemente no lo encontró. Había sido infeliz por demasiado tiempo, era hora de ser un poco más egoísta con sus propios deseos.

-Yo estoy más curiosa por otro tema… ¿Esa chica que nos sigue es tu novia?

Unos pasos detrás de ellos estaba una joven mujer vestida de negro que los seguía con una sonrisa. Los 3 amigos detuvieron su andar para interrogar a la acosadora que los ha estado siguiendo desde que abandonaron el castillo.

-Debería regresar, Emperatriz Taini Birsha.

-Me honra que sepa mi nombre, eso simplifica las cosas.

-¿Puedo saber por qué razón nos está siguiendo?

-No los sigo a ellos, lo sigo a usted, señor. Y no necesita llamarme Emperatriz nunca más.

-Disculpe, pero esto no es una simple incursión. De verdad me voy. Usted debería regresar a su hogar.

La bella dama de negro no dudó en destrozar su elegante vestido y dejar al descubierto un traje de viaje más ligero.

-Parece ser que usted solo sabe mi nombre. Más no sabe quién soy yo.

-Sé que es hija del Tirano Birsha y la… dama Brunhild.

Bairam casi dice la “Loca Brunhild”, eso hubiese sido una gran descortesía frente a una dama, como antiguo Gran Emperador eso no es aceptable.

-¿Tirano? ¿Dama? Se nota que sabe nada. Para empezar, mi padre fue un buen hombre, solo algo más callado de lo necesario y muchas veces malinterpretado. Mi madre, por otro lado, ella estaba loca. Jajaja. Al igual que todos los anteriores monarcas de mi loco reino, y me incluyó. ¿Y sabe por qué?

Taini Birsha lo miró por varios segundos esperando una respuesta.

-¡Porque a un héroe idiota se le ocurrió matar a un dragón! ¡Por eso! ¡Mi reino fue fundado sobre el cadáver del temible dragón negro que aterrorizó al mundo entero!

Bellinor, Dabria y Bairam se habían petrificado ante esta revelación. Demoraron mucho en reaccionar, mientras tanto Taini Birsha pudo continuar con su historia.

Hace mucho tiempo, el dragón negro que aterrorizó al mundo fue asesinado por un héroe. El sexto héroe elegido por Dios no solo mató al dragón, también bebió de su sangre con el deseo de ser inmortal. Pero tras beber la sangre del dragón, el héroe enloqueció. Y haciendo uso de la nueva fuerza que le otorgó el dragón, sometió a todos los reinos del territorio para construir su propio reino. Alzó un castillo y un templo sobre los restos del dragón negro Nox.

Más todo eso no fue suficiente para su locura, el sexto héroe enloquecido obligó a sus propios hijos e hijas a beber la sangre del dragón.

“Entre más fuerte sean los reyes, más fuerte será el reino.”

Repitió hasta el final de su larga vida.

Por desgracia, la locura también nubló el juicio de sus hijos y estos también obligaron a sus propios hijos a beber la sangre del dragón. Había empezado una tradición de locura, en cada generación un rey más loco que el anterior era coronado, y fue así por más de mil años. El reino que se había creado estaba sufriendo, y aun así a nadie parecía importarle este hecho, ya que todos los habitantes también estaban enloqueciendo. La última maldición del dragón negro Nox llevó a la locura a todo un reino y encerró toda esa locura en el extremo norte de un continente.

-¡Todo es culpa de ese codicioso héroe! ¡¿Estoy loca?! ¡Sí, señor! ¡Y muy enojada! ¡Porque a causa de esto me he quedado sola!




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