El Héroe de este mundo estaba viendo todos los hechos de su pasado con claridad.
-Dios… ayudó a mi madre a escapar.
Su maestro ya no pudo esconderlo más.
-Así es. Las coincidencias no existen con el Señor, él planea todo a detalle y toma en cuenta las infinitas variables. No pongas esa cara~.
El joven no pudo evitar sentirse intimidado. Ser la marioneta de un Dios tan calculador lo ponía nervioso.
Maestro y discípulo se sentaron en la nieve más relajados.
-Él nunca obliga, si no quieres ayudarles, no tienes que hacerlo. Vive tu vida como tu gustes, Birsha.
-Pero acabaré rompiendo la maldición, ¿no es así?
Ya que ese Dios lo planeó todo a detalle.
-No importan las decisiones que yo tome. Al final, igual romperé esa barrera mágica y la maldición acabara.
-Jajaja~. Estoy orgulloso de ti, mi discípulo no es idiota~.
El agotado demonio se recostó en la nieve para ver el cielo gris, por culpa de la barrera mágica con forma de domo gigante, el reino de Gudbrand no ha podido disfrutar de un cielo despejado nunca.
-Los tiempos han cambiado, Birsha. La Iglesia del supuesto Dios Absoluto ha perdido su poder. Las maldiciones han estado desapareciendo tan lentamente que nadie se ha dado cuenta, ni el Gran Emperador de este mundo lo ha notado. Jajaja~ ese perezoso es un pacifista. Ahora demonios y humanos conviven y se llevan bien. La larga Guerra de Humanos y Demonios ha acabado.
Las palabras de su maestro sonaban a un sueño.
-¿No me estás mintiendo?...
-Te digo la verdad, soy tu maestro. Un maestro no debe mentir a sus discípulos.
-Pero… Tú lo dijiste… que no podíamos ser amigos. Que nosotros éramos enemigos.
Birsha lo recordaba perfectamente, porque le dolió mucho no poder ser el amigo de su maestro.
-Y ambos no quisimos ser enemigos. Nosotros elegimos ser maestro y discípulo por propia decisión. Yo nunca te odiaré, Birsha. Pero… no sé si tú llegarás a odiarme. Es posible que sí. Y sin importar lo que pase, yo no te culparé por hacerlo ni me enojaré contigo. Siempre podrás contar conmigo, porque soy tu maestro.
Dijo el demonio con toda la sinceridad de su ser.
-¿Por qué dices eso? Yo no podría odiarte…
-El corazón mortal es cambiante.
Y por eso eternos y mortales no se juntan.
El afligido demonio se levantó del suelo al no poder continuar más con esta charla.
-Tienes mucho más por aprender. Teología es importante, pero no dejemos de lado las otras materias.
Nuevos libros comenzaron a caer sobre las manos del joven Héroe.
-¿Y para qué? No importa cuánto aprenda… nunca usaré todo esto. Yo no voy a romper esa barrera mágica, nunca saldré de este reino de locos y todo lo que me enseñas será para nada.
El Héroe se estaba rebelando a la voluntad de Dios.
El demonio ya no pudo contenerse más.
-¡No te enseño para que lo pongas en práctica! ¡Te enseño para que no caigas en la locura! ¡Entre más uses ese cerebro tuyo, más retrasamos tu maldición! ¡No aprendes para saber! ¡Aprendes para vivir!
Las palabras de su maestro cayeron como agua fría sobre él.
-Sé que amas aprender, no lo niegues, no te resistas a lo que amas.
-Tú… estás confabulado con Dios. ¡Estás con él!
El corazón de Birsha se sintió traicionado.
-No me enseñas porque tú quieras. ¡Lo haces porque Dios te lo ordenó! ¡Él no quiere que enloquezca antes de cumplir su propósito!
-¡No es así! ¡El Señor no me ha ordenado nada! ¡Yo hago esto porque YO quiero hacerlo por ti! ¡Tú naciste gracias a mí! ¡Yo te vi crecer! ¡Eres preciado para mí!
Y ese amor que sentía lo estaba ahogando por dentro.
-Maldita sea… ¡Tú no eres el único atrapado aquí! ¡Yo no soy un cruel demonio que vive para devorar almas! ¡Yo solo soy un diligente trabajador de oficina que tuvo la mala suerte de caer en este mundo al ser invocado por una Bruja!
Con rabia señaló a Bertha que estaba parada cerca de ellos, al escuchar tantos gritos ella se había apresurado en venir. Incluso, Brunhild salió de su escondite cuando vio venir a su madre adoptiva.
-¡Yo tampoco pedí nada de esto! ¡Fui traído contra mi voluntad por un sello con mi nombre verdadero! ¡¿Y cómo mi nombre llegó a las manos de Bertha?! ¡Eso es lo que YO quisiera saber! ¡El Señor nunca interfiere directamente ni es tan despiadado para usar un método tan ruin! ¡Alguien me trajo a este mundo! Y estoy seguro que el Señor aprovechó la oportunidad para incluirme en su plan. Sin mi contrato con Bertha, ella nunca habría logrado embarazarse y dar a luz a un descendiente de Sigurd.
El demonio estaba molesto, una persona enojada siempre suelta las riendas de su autocontrol. Eso era algo que Birsha sabía, es por eso que no dudó de las palabras de su maestro.
-Tú… tienes un contrato con mi madre.
#1711 en Fantasía
#891 en Personajes sobrenaturales
locura violencia muerte romance, amor prohibido no final feliz, demonio héroe villano
Editado: 23.05.2025