Ya casi era medianoche.
Ahora únicamente el Rey y 3 de sus hijos quedaban de pie.
De los más 200 invitados, solo 4 sobrevivieron.
Los guardias que custodiaban todo el perímetro del gran salón pensaban que al fin el horror había acabado, pero de repente un misterioso fuego comenzó a expandirse por las paredes como si estás estuviesen bañadas en aceite.
-¿Qué pasa?
-¡Hay que apagar el fuego! ¡Agua!
-¡Se quema el castillo!
Los gritos de los guardias y el olor de la carne asándose le devolvió su cordura al Rey.
-¿Qué está pasando? ¡¿Quién mierda incendió mi castillo?!
Gritó llenó de ira el monstruo que ya casi no parecía humano, cuando quiso ir hacia la puerta para salir, estás se abrieron de par en par y una joven pareja elegantemente vestida de negro entró al salón de baile caminando entre las llamas.
-¡¡Birsha y su esposa Brunhild!! ¡¡Están entrando!!
Anunció a todo pulmón la loca Santa, estaba ansiosa por hacer una entrada “ruidosa” como el resto de invitados.
Los guardias de la entrada se quedaron pasmados al ver a esa pareja entrar en ese infierno terrenal. Las embravecidas llamas les impidió observar lo que ocurría adentro del salón y no sabían cuál era la situación actual o quienes sobrevivieron a la masacre. Pero de algo estaban seguros, la corona podría cambiar de dueño esta noche.
-Birsha…
Ese era un nombre que los guardias no olvidarían.
-¿Quiénes son?..
El Rey era incapaz de reconocerlos.
Los 4 monstruos se quedaron mirando al par de desconocidos. Mezclado con el aroma de las flores, se podía percibir el aroma de su propia sangre. Esos desconocidos eran descendientes de Sigurd sin duda alguna. Pero nunca habían visto a un miembro de la familia que tuviese unos perturbadores ojos dorados; por otro lado, esa preciosa mujer de piel blanca tenía un rostro inolvidable para el Rey.
-Darcel… ¡Darcel! ¡Mi amor! ¡¿Eres tú?! Jajajaja. Sabía que no podías morir tan fácilmente. ¿Dónde está nuestro bebé? ¿Es él?
Exclamó el rey con emoción al confundir a Brunhild con Darcel.
“Mi amor… Bebé...”
Brunhild se llenó de ira al escuchar estás 2 palabras. Ser llamada “mi amor” por otro hombre era inaceptable para ella.
-¡Yo nunca tendría un bebé con otro hombre!
Y explotó.
-Él… es mío.
Susurró Brunhild y Birsha lo aceptó.
El último deseo de la fallecida princesa Darcel al fin se haría realidad:
“-Crece fuerte, mi monstruo, y venga a tu madre.”
Brunhild fue con todo sin contenerse contra el Rey.
En otro extremo del salón, Birsha contemplaba la ira de su esposa. Se sentía algo inquieto y no sabía exactamente la razón.
-¡Oye! ¡Bastardo! ¡Te estoy hablando! ¡¿Quién eres?! ¡¿Y por qué mierda tus ojos son así?! Nunca… algo me había dado tanto asco como ahora.
-Es repulsivo.
-Una abominación.
Lo insultaban los príncipes, aunque Birsha opinaba lo mismo de ellos y sus grotescas apariencias. Los príncipes tenían alas, colas y sus deformados cuerpos habían crecido llenos de escamas negras. Pero, lo peor era lo deformado que estaban sus rostros porque sus bocas estaban sobresaliendo como hocicos de dragón.
-Nosotros somos la ira de Nox.
Con calma Birsha levantó sus manos hacía el techo.
-Oh, Señor del Trueno, escucha mi plegaria, erradica el mal de esta tierra con tu ira, ¡¡CASTIGO DIVINO!!
Un potente rayo cayó del cielo y destruyó todo el castillo hasta llegar directamente hacia los príncipes. Uno de ellos murió en el acto, otro quedó muy malherido y el tercero logró esquivarlo.
-¡¡Maldito Mago Sagrado!!
-Señor del Fuego, purifica el mal hasta las cenizas.
Y llamas azules se esparcieron por todo el salón. Hasta el Rey no pudo evitar girar la mirada para ver a Birsha.
-¡No le den tiempo para recitar!
Ordenó el Rey a sus hijos, porque ese fuego sagrado estaba haciendo erizar sus escamas.
-¡¡No te distraigas!! ¡¡Jajajaja!!
Brunhild aprovechó un descuido para darle una poderosa patada al rey y mandarlo a volar contra la pared.
-¡Esa es mi Darcel!
Dijo orgulloso el Rey mientras salía de los escombros.
-¡¡YO NO SOY TUYA!!
La Santa realmente odiaba a ese hombre.
“No la está tomando en serio… Debo darme prisa para ayudarla.”
Pensaba Birsha mientras peleaba con el príncipe que esquivó su primer ataque, usó su magia de hielo a modo de escudo para protegerse de sus ataques y atacaba con filudos carámbanos de hielo, pero el daño no era suficiente para vencer al príncipe de un ataque.
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Editado: 23.05.2025