Habían pasado 12 años desde la última vez que caminó entre tanta nieve.
-¿Dónde estamos?
-La cordillera del extremo norte. Aquí crecí junto a tu madre.
-Mamá… Papi~ ¿Es cierto que mamá estaba loca?
-Sí, muy loca.
El mundo la recordaría como la “Loca Brunhild”, una desquiciada que llamaba a Dios al hacer arder a sus víctimas; pero para él sería siempre su amada Brunhild.
-Ella era también mi hermana.
-¡¿Mamá era tu hermana?!
-Nos criamos como hermanos en estas montañas.
-Oh~~ ¿Y yo puedo tener un hermano?
-No… Taini… tú serás la última… lo siento.
La pequeña Taini aún era muy joven para comprender las palabras de su padre. No entendía por qué su padre se disculpaba con ella tan seguido o por qué la consentía en exceso cuando ella misma era consciente que había hecho algo mal. Tendría que pasar mucho tiempo para que al fin comprendiera el taciturno corazón de su padre.
-Hemos llegado.
-¡Está muy alto~!
Estaban en la punta más alta de la cordillera, casi al borde de la Barrera Mágica. Habían subido hasta la montaña más alta de la cordillera y la más alejada de todo rastro humano. Padre e hija disfrutaron la magnífica vista del amanecer, este había sido el primer viaje que habían hecho juntos. Para la pequeña Taini, este sería un feliz recuerdo que nunca olvidaría.
-Cuélgate a mi espalda y no te sueltes.
-¡Sí, papi~!
Ambos se elevaron a los cielos con magia; ellos y una enorme caja estaban flotando sobre la cordillera. Dentro de la enorme caja estaban los restos de Nox y los objetos creados con partes de su cuerpo. Esa humilde caja de madera se había convertido en el ataúd de Nox.
Birsha hizo uso de toda su magia para hacer sacudir las montañas y recitó todos los hechizos que conocía para abrir un hueco en la cima de la montaña más alta. Hasta lanzó un gran Rayo Divino para partir la montaña a la mitad. Y tras varios intentos logró su cometido.
-¡Es un volcán~!
Era irónico, todo el tiempo la respuesta estuvo frente a él. Las cordilleras del extremo norte se convertirían en el eterno lugar de descanso del dragón negro Nox.
-Descansa en paz y perdónanos de tu maldición.
“Para que mi hija sea libre.”
-Descansa en paz, dragoncito. Ya no nos odies más.
“Para que mi papi ya no este triste y atrapado en los calabozos.”
Padre e hija empujaron los restos del dragón Nox a la lava ardiente del volcán. Taini también dejó caer unas flores de violeta que recogió mientras subía la cordillera.
Una disculpa sincera y una ofrenda honesta.
Habían transcurrido 2 mil años, un arraigado odio había maldecido la tierra y mucha sangre fue derramada, fueron condenados a vivir sin luz e inmersos en la locura; pero todo eso acabaría el día de hoy.
Una maldición nacida del odio y resentimiento encontraría su final en el sentimiento más puro que existe: El amor.
Amor por Brunhild, amor por Taini.
Todo lo que hizo Birsha fue por amor.
Ese fue siempre el deseo de Nox y Dios le ayudó.
El ciclo de odio debía acabar por un gesto de amor sincero.
Un padre maldijo a su hijo y a su descendencia, 2 mil años después, un padre oró fervientemente por la salvación de su hija.
Nox deseaba esta condición porque él también fue padre.
Este eterno ciclo de maldad por fin estaba roto.
El último Héroe de este mundo había roto la Maldición del Dragón.
Las luces que caían del cielo parecían copos de nieve bajo la luz del sol.
-¡Papi~! ¡Lo logramos! ¡Lo hicimos!
La Barrera Mágica se fragmentó hasta romperse y caer como copos de nieve.
-Somos libres…
-¡Sí~! ¡Ahora podemos ver el mundo, papi!
El sol de aquella mañana fue el más radiante de todos.
Al fin todo había acabado.
La maldición ya no existe, el dragón ya descansa en paz, la Barrera ha caído y Taini podrá ver el mundo tanto como quiera.
Y Birsha era libre de los planes del Señor.
Ahora su vida ya no tenía más significado, su rol como Héroe había acabado.
-Papi… ¿Dónde estamos?
-Eso de ahí… es la tumba de tu madre.
Birsha no pudo contener más su impaciencia y corrió al encuentro con su esposa.
-Brunhild…
Ella estaba tan hermosa como la última vez. Su amada Brunhild dormía congelada frente al altar del Señor. Birsha deseaba por dentro que solo estuviese dormida y que despertase en cualquier momento, aunque sabía que era imposible.
Brunhild estaba muerta.
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Editado: 23.05.2025