El último mago

Capítulo 3

— ¿Tengo que volver a repetir?— Está chica… No pude evitar sonreír por mis muy alejadas perspectivas de quien era, la vi formular algo con su boca pero el Sr Maicol hizo nuevamente sonar la regla contra el pizarrón, haciendo que la clase se mantuviera enfocada.

—Miren bien a su compañero, porque él será el acompañante durante todos los semestre—Las protestas no se hicieron esperar, el aula se volvió un caos y las ganas de arrancar mis oídos se hicieron presente y en los ojos de la señorita Baker se notaba lo mismo, reí para mis adentros.

—Silencio—Continuo el Sr Maicol— Para la primera asignación deben hacerle una secuencia de preguntas a su compañero a cerca de ellos, así nos vamos conociendo y de paso pasamos a la primera fase de esta clase, a trabajar—

 

Tome mi libreta y lápiz vacilante, jugué con poco con el lápiz y espere hasta que ella hiciera lo mismo, la vi abrir su mochila había toda una convención de útiles escolares allí, anote en mi libreta.

-Obsesionada con los útiles escolares.

Sus ojos se abrieron y mi sonrisa se hizo aún más grande.

—No estoy obsesionada con los útiles, solo creo que si te sobran es mejor a que te falten— Su voz estaba en un tono firme, pero para mí seguía pareciéndome tierna, un mini pitufo excusándose, esto me estaba empezando a dar diversión así que decidí continuar sin decir ninguna palabra.

-Le gusta excusarse en teorías ridículas.

Su mirada ya reflejaba cierta ira, y sentía mucho placer en ello y no tenía idea del porqué, garabateo algo con su lápiz, eche mis brazos hacía atrás intentado disimular el intento de leer, decía “Bajo conocimiento” explote en risa.

—No pensé que llegarías a una conclusión tan errónea— La vi tensarse, estoy seguro que no se lo esperaba, su cuerpo rápidamente cambio, se colocó más derecha, se apartó del rostro los mechones que le molestaban, su mirada hizo un clic con la mía, y le mostré mi mejor sonrisa.

—Es lo que me has mostrado— Su voz era algo hostil pero sus hombros se movían de arriba abajo, dejando ver lo nerviosa que se sentía.

—Es lo que has querido ver—Solté

—Si fueras más expresivo—

—Lo soy—

—No lo eres— Sonreí mientras la miraba fijamente y más profundo, como si estuviera perforando su alma por medio de los ojos.

— ¿Que ves ahora?—

—Soledad—Sus palabras cayeron como balde de agua fría y no iba admitir tal verdad, seguí sonriendo sin perderme ni un segundo de sus ojos.

—Alucinas— La agarre con mis dedos por su pequeña nariz haciendo que su cara se moviera al ritmo al que yo lo hacía.

Su mirada me analizaba pero mi expresión no cambio, me mantenía calmado y relajado.

—Sigo creyendo que no tienes conocimientos— Alzó los hombros.

—Pregúntame—Su mirada brillo por unos breves segundos.

— ¿Qué es el genoma humano?— El tono de su voz era algo burlón.

— Los científicos Francis Collins y Craig Venter, cada uno con su equipo, lograron trazar el mapa del genoma humano. Para ello debieron descifrar unos 3.100 millones de unidades de ADN ácido desoxirribonucleico, el ADN, ubicado en el núcleo de las células es la sustancia que contiene los 80.000 genes, aproximadamente, en los que se hallan las instrucciones de la vida. El descubrimiento posibilita el estudio de la biología de los genes y la determinación de la forma en que se vinculan unos con otros para que el organismo humano pueda vivir— Su cara no tenía precio mezclaba asombro y algo de ira.

—Admite qué te equivocaste—

— ¿Perdón?— Enarco una ceja, mientras yo seguía anotando.

-No sabe asumir errores.




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