El último mago

Capítulo 8

Estaba en shock, ya no estaba en mi cabeza, ya no podía seguir ocultándolo con excusas baratas, esto era real. Mi pensamientos  se desviaron  por un momento imaginando la cruda realidad que tenía con Allison y al horrible moreno ese besándola, calmate.
 No era bueno y era nuevo cada fragmento de sentimientos que se desplegaban en mi interior, no podía ser amor apenas y sí la conocía, ¿entonces qué era esto que sentía? 
Cuando llegue al sótano por fin, me dispuse a quitarme los esparadrapos, los quite con cuidado y vi como pequeños pedazos se quedaban enterrados en la herida, era asqueroso y  muy doloroso, cuando por fin pude verme bien en el pequeño espejo del baño personal que había dentro del sótano, visualice las cortadas que habían, estaban en forma de U incompleta comenzaba desde mi frente para terminar hasta mi mejilla casi alcanzando la nariz, lave mi cara con cuidado y me dispuse a bañarme, aún olía a papas fritas y hamburguesas, salí del baño con el cabello empapado, mi piel blanca brillaba un poco con el agua, mi cabello liso todo aplastado como si una vaca me fuera lamido, mi cuerpo era proporcionado, no era ni muy flaco ni muy gordo, y cada fibra era músculo por herencia porque yo no levantaba ni una moneda del piso.
Miré al espejo una vez más, pensando en lo muy bizarro que había sido mi día, recordé como el jarrón azúl había explotado cuando decidí enviarla cada ola de ira, e hice lo mismo con el espejo, cada palabra y cada gesto de Logan pasaba por mi mente, como beso a la chica que yo estaba a punto de besar, después como Allison atuo como si nada hubiera pasado, el espejo explotó en mil pedazo haciendo que retrocediera y  me golpeara con la pared.

Mierda, mierda, mil veces mierda.

Esto no podía ser bueno, de hecho estoy cien por ciento seguro que no era bueno, sabía que desde siempre fui diferente a los demás pero nunca me imagine que tanto.
Mi cabeza ya había tenido suficiente por un día, no le iba a dar más vueltas al asunto, me seque y cambie, caí en la cama y un pequeño dolor rodó por todos mis músculos, me estremecí un poco, pero al final encontré la posición correcta para que nada me doliera, no sé como actuaría enfrente de Allison mañana, ni  como ella actuaría enfrente de mí, y con ese último pensamiento caí rendido. 

La alarma me levanto un poco muy tarde, aunque no era del todo su culpa si cada ves que sonaba la colocaba en cinco minutos más, eran las 6:45 aún tenía tiempo, lo tome con calma, entre al baño, me mire las heridas ya estaban casi desaparecidas milagrosamente, me pregunto si esto también será otro poder. Qué ridículo sería ir por allí probando mis poderes, aunque no estaría mal, igual debo comprender de dónde venía todo esto, quien era en realidad.

Una chaqueta negra y un suéter blanco me adornaban de cintura para arriba, y un pantalón negro hacía abajo junto con unos tenis del mismo color.

Guarde el la mochila la libreta y el lápiz más un libro que tenía que exponer hoy en clases de biología.

Al llegar, sentí que esos cinco pisos eran como dos, sinceramente no quería llegar, no quería verla y enfrentar lo que había pasado en su casa, tanto con su novio como con su  jarrón, menos dar explicaciones de porque huí, lamentablemente tenía que verla hoy y los viernes. 

—Buenos días jovenes— El Sr Maicol se veía más contento de lo usual— Señorita Allison, ¿Señor Brown pueden exponer su trabajo para la clase?

—No—
—Sí— Dijimos al tiempo.

El Sr Maicol nos miraba confundido y con pequeño ceño fruncido.

—¿Sí? Perfecto — Se aclaró la voz—Silencio— Dirigió su mirada a todo el salón y este automáticamente callo.

—Empecemos contigo Allison— Le di una sonrisa torcida.

Se le veía nerviosa, pero proseguí.

—¿Tiempos libres? La señorita Allison respondió— Aclaré mi garganta— Me gusta la fotografía, y la pintura, tu turno— Allison me miró extrañada, seguro se esperaba alguna mala pasada, pues no ángel, no soy así.

—¿Nombre de padres?, el señor Brown respondió, Madison Brown, Elmer Brown— Allison miraba al suelo, me estaba evitando.

Voces se escuchaban alrededor del salón,  "el huérfano" dijo una voz del medio, tomé un poco de aire, esto no podía alterarme…


—Muy bien, ya pueden sentarse— El Sr Maicol me miraba con una mirada de disculpa.

Seguramente me miraba así por el comentario, pero no era nada fuera de lo común, de algo que ya no hubiera pasado. La clase siguió de la misma manera, cada quien hablando de sus preguntas y respuesta,  Allison no me miró ni por un momento, y yo tampoco pensé en buscarla.

Las clases se pasaron rápido, la clase de química me había calmado un poco y distraído de todo lo que sucedía a mi alrededor, sinceramente sentía que me había caído una bolsa de sal encima, y que Dios me dio poderes como para que no fuera tan mala la vida, pues sabes.

—Ahora es peor—dije mirando al cielo.

Después de estar más calmando, saque el celular para enviarle un texto a Andry ya que no me había llamado como había dicho.

"Tenemos que hablar, te veo mañana en tu casa a las 5, sin excusas"

La respuesta fue casi de inmediato.

"Okey, pero vente con todo, necesito contarte algo y creó que tomara toda la  noche >>Inserten drama<<"

Su mensaje me hizo reír un poco, ella sabía como hacerme olvidar los problemas, la pequeña enana esa pelirroja.

"De acuerdo, >>Inserten curiosidad<<" 

Y así cerré el móvil.

Al llegar a casa, mis cosas estaban desordenadas, ¿Ladrones?

Escuché las voces de mis tíos arriba, parecía una discusión así que subí a ver.

—¿Pasa algo?— Miré a todos desconcertados.

 De repente Nathaniel me dio una bofetada, mi mano sobaba la zona afectada, y no pude aguantar la ira.

—¡¿Porqué me pegas!?— Era la primera vez que le alzaba la voz.

—Y encima se enoja el recogido— Su mirada era amenazante.

—¿De qué hablas?— Mi voz lo decía todo, no tenía ni idea de que pasaba.




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