El último mago

Capítulo 11

Avisoooo!!!!!

Les cuento que mi  computadora lamentablemente esta en un mejor lugar, sí, murió, por esa razón hace varios días no actualizo, pero intentaré ser más frecuente, ¡Lo prometo! Capítulo corto por lo mismo, sin más, disfruten. 💗

 

 

 

—No tenía nada que hacer —Dijo sin más Allison.

La inspeccione, tenía la cara algo roja ¿Sonrojo? Su linda cara estaba como un tomatico recién maduro, linda le quedaba corto, pensé. 

—¿Nadamos? —Le señale la piscina, mi sonrisa pícara salto de mis labios.

—No, yo —Hizo una pausa y se frotó las manos nerviosamente —No sé nadar —Dijo casi en un susurro.

 

—Yo te enseño —La agarre de la mano arrastrándola hacía la piscina.

Los ojos de Allison estaban abiertos de par en par, pero en ningún momento me detuvo, la piscina no estaba tan llena como pensaba, y eso me gustaba, podía tener algo de privacidad.

Solté la mano de Allison, y vi en su rostro un brillo estraño, ¿Decepción? Procedí a quitarme la camisa, me quede en bermudas y me sumergí, tendí mi mano hacia Allison, estaba pálida.

—Confía en mí —Le di una sonrisa genuina.

Su mano tomo la mía, procedí y agarre la otra, adentrándola más y más a la piscina, cuando estuvo a poco de entrar complemente la agarre por la cintura, su piel se sentía tan suave, tan sedosa, Allison se había tensando un poco con mi tacto, así que fui lo menos pegajoso posible. No quería que se sintiera incómoda o algo parecido.

—Tengo miedo —Su voz era un poco más delgada de lo usual, y si ella era blanca como las nubes, ahora estaba como un cadáver después de haber muerto bajo tierra.

—Aquí estoy, nunca te soltaré —Mis palabras parecieron hacer efecto ya que se relajó un poco más en mis brazos.

Mira, comencé diciendo, tienes que aguantar la respiración, y bracear, te impulsas con el cuerpo hacia adelante.

-Impulso
-bracear
-respirar.

—Fácil —Termine diciendo.

—Lo haces ver así —Sus ojos verdes me miraban directo, intentado perforarme. 

Mi agarre se volvió más fuerte, acercándome más a ella, la oí suspirar, quise hacer lo mismo pero el aire quedo atrapado entre pulmón y pulmón cuando me di de cuenta lo cerca que estaba, tanto que mi pantalón rozaba su cuerpo, no me malinterpreten no soy el típico pervertido, pero soy hombre y esto no es algo en lo que pueda mandar.

—Así —Me coloque delante de ella, tenía una perfecta vista de su cuerpo.

 Ahh, malditas hormonas

Salí de mi trance, y proseguí a demostrarle como hacerlo, me sumergí, después comencé a bracear, derecho y izquierdo, continuamente, y entre esas veces tomaba la respiración debida, mis pies se movían con velocidad. Era bueno en esto, no lo negaba, había tomado cursos con Andry cuando éramos pequeños.

Vi hasta el otro lado de la piscina, Allison estaba agarrada del bordillo con fuerza, sus ojos estaban tan abiertos, no pude evitar reír por la situación ni aprovecharme de ella. 

 

De a poco me sumergí, nadaba por debajo rápidamente hasta donde Allison, la escuchaba llamarme pero no salí, cuándo por fin llegue, no estaba, ¿Se habría ido? Dios seguro que sí, que estúpido no la debí haber dejado tanto tiempo sola.

Estaba por salirme cuando escuche salpicaduras, la piscina ya estaba vacía, todos estaban adentros haciendo no sé que, no preste mucha atención al ruido, cuando por fin estaba afuera, vi a Allison, estaba luchando por salir a la superficie, me tiré sin pensarlo dos veces, nade con todo lo que tenía, me sumergí y la agarré, Allison tosía frenéticamente, (Decir que estaba asustado era muy poco) ¿Pero en que momento? Ella estaba allí agarrada.


—¿Estás bien? —Mi voz estaba temblorosa, y mierda sí que estaba asustado.

—Yo— Tos —Tú no aparecías —Tos.

—¿Fuiste a salvarme sin saber nadar? —No pude evitar el tono sorprendido, estaba anonadado.

Allison asintió con la cabeza y bajo la misma al tiempo que termino, mis dedos recorrió su piel suave y sedosa a lo largo de su brazo, ella me miro, no podía descifrar lo  que sentía en ese momento, ¿Hormonas? No, era algo más, algo que me hacía desearla, de la buena forma, abrazarla, hacerla reír.
Mi mirada perforó la suya, ambos nos quedamos de esa forma por un tiempo, me acercaba un poco más, cada tanto lento pero constante.

Mi mano rozó su cintura y ella cerró los ojos, ella quería tenerme tan cerca como yo a ella, mis manos acuno su cara, tenía tantas ganas de estamparle un beso en esos labios carnosos.

Nuestras reparaciones se cruzaban, estábamos agitados y aún no había pasado nada, y cuando estuve a punto de lograr lo que había deseado de forma no consciente desde que la conocí, una voz lamentablemente conocida interrumpió.




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