El Último Mapa Atlante. (parte 1)

Capítulo 27: Consecuencias y el Nuevo Destino.

​Aterrizaje en Tierras Seguras
​El sol apenas asomaba sobre las colinas cuando los tres Ala-Vela Tíbet descendieron, aterrizando con un golpe suave en una llanura desértica, lejos de cualquier asentamiento. Lida, la agente de "La Vigilancia", ya los esperaba con el camión, camuflado bajo una lona.
​Kira se quitó el arnés, sintiendo el frío morder sus huesos. Estaba agotada, pero la adrenalina aún no la dejaba.
​—Misión cumplida —dijo Vance, observando el vasto paisaje—. El Mediterráneo está a salvo.
​—Por ahora —corrigió Kira, mientras subía a la parte trasera del camión—. Victoria Aelarion escapó. Y ahora sabe con certeza quiénes somos y que trabajamos con "La Vigilancia".
​Nido, mientras guardaba los prototipos de Ala-Vela, confirmó la preocupación de Kira.
​—Victoria usará los recursos de El Cónclave y su brazo logístico, Aethel Logística, para rastrearnos. Es cuestión de horas que sepan dónde aterrizamos. Necesitamos desaparecer.
​El Retiro Táctico
​El camión los llevó a una casa de seguridad subterránea, una base operativa minimalista de "La Vigilancia", donde pudieron descansar, comer y limpiar sus heridas. Kira contactó con sus propios contactos militares, dando un informe críptico que confirmaba la desactivación de la amenaza, sin revelar la naturaleza atlante.
​Mientras Nido trabajaba en un sistema de encriptación y Vance dormía exhausto, Kira y Nido se reunieron en la sala de control.
​—El problema, Capitana Rourke, es que Victoria no es la única. Victoria era solo una candidata. El Consejo de Ancianos del Cónclave es el verdadero poder —explicó Nido, proyectando una nueva estructura de poder.
​Nido mostró la imagen de cinco ancianos, sus rostros grabados con la misma frialdad que Victoria.
​—Ellos tienen el control de las infraestructuras de energía global. Y lo más importante: tienen otros Núcleos de Oricalco. Menores, pero igualmente peligrosos. Están dispersos en localizaciones críticas.
​—¿Y qué quieren hacer con ellos? —preguntó Kira.
​—Quieren despertar la red dormida. Usar la energía atlante para manipular los mercados de futuros y, en última instancia, controlar los gobiernos a través del caos económico. El incidente del Mediterráneo era solo el ensayo de Victoria.
​El Nuevo Objetivo
​Vance, que había despertado, se acercó a la mesa, mirando a los Ancianos con el rostro sombrío.
​—Si no los detenemos a todos, seguirán intentándolo —dijo Vance con resolución.
​Nido proyectó una nueva imagen satelital: un conjunto de islas remotas en el Océano Atlántico, envueltas en bruma constante.
​—El plan original del Cónclave no era la destrucción, sino la restauración de la Atlántida, pero en un nuevo emplazamiento. Un lugar que llamaron 'Arcadia'.
​El pergamino de metal de Vance, una vez más, reveló un detalle oculto. La Contraseña Silábica Final que habían usado (Zhen. Khor. Sil.) no solo había sellado el Núcleo del Everest, sino que había liberado un fragmento de información oculto en el mapa: las coordenadas de Arcadia.
​—Arcadia —dijo Vance, tecleando las coordenadas en el sistema de Nido—. Es el cuartel general. Si queremos terminar con El Cónclave y su amenaza global, no podemos desactivar sus Núcleos. Tenemos que ir a la Fuente.
​Kira miró las remotas islas en la pantalla. Sabía que esta nueva misión no sería una carrera, sino una invasión directa.
​—Bien. El Cónclave ha declarado la guerra al mundo. Es hora de llevarles la guerra a su puerta
​Kira miró a Nido.
​—Nido. Necesitas conseguirnos un equipo. Y un submarino.
—Y tú —dijo Vance, dirigiéndose a Kira con una nueva intensidad, más madura y peligrosa—, tienes que decidir qué tan profundo estás dispuesta a ir en la historia de mi linaje. Porque Arcadia es el final del mapa.




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