El Último Mapa Atlante. (parte 1)

Capítulo 31: La Fosa de las Sombras.

​El Despliegue Silencioso
​El submarino El Fantasma se acercaba a la Fosa de las Sombras a una profundidad extrema, moviéndose solo con la propulsión magnética para evitar cualquier ruido. En la esclusa de buceo, la presión era palpable.
​Kira, Vance y Nido se ajustaban los trajes de buceo de alta presión, diseñados para resistir las profundidades abisales. A ellos se unió el Capitán Sergei.
​—El submarino se quedará estático a 200 metros de la fosa. Los vientos sísmicos son nuestra única cobertura de sonar. Pero la visibilidad será nula —explicó Sergei, ajustándose el casco.
​—Vance y yo iremos delante —dijo Kira, cargando una pistola de dardos sónicos—. Necesitamos la intuición de Vance para reconocer la tecnología atlante en la oscuridad.
​—Mi traje tiene un pulso de escaneo de baja frecuencia. Manténganse cerca de mí. Yo desactivo la presión de la Matriz del Engranaje Dormido; ustedes ponen la bomba —dijo Nido, con la voz distorsionada por el comunicador.
​Vance asintió, su rostro serio. —Si me separo, usen el mapa de mi pergamino. Es el único faro en esta oscuridad.
​Inmersión Ciega
​La compuerta se abrió con un whoosh de agua helada que inundó la esclusa. Los cuatro salieron a la inmensidad negra. La única luz venía de sus focos montados en el casco, que apenas penetraban la oscuridad abisal.
​El silencio era casi total, roto solo por el burbujeo de sus respiradores.
​Sergei lideraba la formación. Su conocimiento del océano profundo era instintivo. Se movían a lo largo de un precipicio submarino, la Fosa de las Sombras.
​De repente, una figura gigantesca y oscura se deslizó por encima de sus cabezas. Una mantarraya abisal del tamaño de un coche, ciega y prehistórica. Sergei hizo una señal de alto, esperando a que el depredador se alejara.
​Al pasar, la mantarraya removió la arena del fondo, exponiendo una valla de coral y roca. Vance la reconoció.
​—La entrada... es por ahí —dijo Vance, señalando un hueco en la valla de roca que parecía demasiado pequeño.
​Sergei y Kira se abrieron paso a través del hueco, llegando a una caverna submarina que temblaba por las corrientes geotérmicas.
​El Guardián Olvidado
​En el centro de la caverna estaba la Matriz de Engranaje Dormido. Era un disco de Oricalco incrustado en la pared de roca, girando lentamente, y emitiendo un pulso de baja frecuencia. El pulso era lo que generaba el campo de fuerza que protegía al Generador de Impulso.
​Mientras Nido preparaba su equipo para manipular la Matriz, Kira y Sergei escaneaban el entorno. La caverna estaba extrañamente limpia.
​—Demasiado fácil. Victoria sabría que este es el punto débil —murmuró Kira.
​En ese momento, Vance gritó en el comunicador. —¡Cuidado! ¡Las defensas no son electrónicas!
​De una grieta en la pared, emergió un Guardián Atlante. No era un robot, sino una criatura biológica modificada, con una coraza de bio-armadura gris y extremidades largas y afiladas que se movían con la velocidad del rayo en el agua.
​El Guardián se lanzó sobre Nido. Sergei reaccionó con la calma de un cazador. Sacó un arpón modificado del traje y lo disparó. El arpón impactó en el hombro del Guardián, pero solo lo hizo enfurecer.
​La criatura giró, sus ojos bioluminiscentes fijos en Sergei.
​La Batalla de las Profundidades
​Kira y Vance se unieron a la refriega. El combate era caótico y desesperado.
​El Guardián era rápido y se movía en tres dimensiones. Kira usó su pistola de dardos sónicos, golpeando la bio-armadura, pero las explosiones solo rebotaban, enviando ondas de choque que amenazaban con dañar sus trajes.
​Vance se dio cuenta de la debilidad del Guardián. —¡No es un soldado, es una alarma viva! ¡El sonido la activa!
​Nido, luchando contra el tiempo y el Guardián, gritó: —¡Estoy conectado a la Matriz! ¡Necesito segundos!
​Kira tuvo una idea. Con una patada de sus aletas, se impulsó hacia un geiser submarino que liberaba vapor caliente. Atrajo al Guardián hacia el chorro.
​El Guardián, al chocar con el vapor sobrecalentado, emitió un chillido sordo. La criatura retrocedió, su bio-armadura humeando.
​—¡Ahora, Nido! —gritó Kira.
​Nido, aprovechando la distracción, completó la secuencia en la Matriz del Engranaje Dormido. Un pulso de energía de color verde brillante emanó del disco.
​El pulso verde no deshabilitó el campo de fuerza... ¡lo activó más fuerte!
​—¡No! —gritó Nido—. ¡Victoria cambió la secuencia! ¡Ahora el campo de fuerza del Generador es más fuerte que nunca!
​La Matriz del Engranaje Dormido se detuvo. El Guardián, recuperado, se lanzó en un ataque final.
​Sergei lo interceptó, sacrificándose para darles tiempo. Se interpuso entre el Guardián y Kira. La criatura se abalanzó sobre Sergei, sus garras destrozando la coraza del traje del capitán.
​—¡Vayan! ¡Yo los cubro! ¡Vance, el Generador de Impulso está indefenso por unos segundos al impacto de este pulso! —gritó Sergei, señalando el pulso verde ahora desactivado en la Matriz.
​Kira no dudó. Agarró a Vance y lo arrastró hacia el túnel de salida, mientras el Guardián Atlante atacaba a Sergei en la oscuridad.
​—¡Nido, a mí! ¡Vamos! —ordenó Kira, sintiendo el peso de dejar atrás al capitán valiente.
​Salieron del túnel, dejando atrás la luz del pulso verde y la batalla. Tenían que llegar al Generador y usar la clave que Sergei les había dado. El tiempo se había acabado.




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