El último rayo de Sol.

Capítulo 10: El décimo rayo de Sol.

💛Capítulo 10: El décimo rayo de Sol.

“A través de tus ojos pude encontrarnos, tu nos recordaste” Atlas Robinson.

Atlas Robinson.

“Prefiero vivir mil años sin ti

Que una eternidad pasándola así

Fuiste el amor de mi vida…

Y hablándote claro no te voy a mentir

Y me da lo mismo lo que puedas sentir” Romeo Santos, Mario Dom.

Lo único que me pedía es aquella que no se si voy a cumplir.

Le estaba dando vueltas al asunto mientras que veo a mi novia atender a su padre mientras que mis pensamientos me consumen lentamente. Inhalé profundamente sintiéndome de pronto fatigado. Los dejé a ellos en la habitación del señor y yo salí al balcón que había en el departamento y me quedé viendo en dirección a la playa. ¿En qué momento pasé de tener una vida controlada a un desorden total? Ella vino a iluminar mis últimos años antes de mi muerte y lo agradezco solo que no se cómo sobrellevar esto.

¿La amo? Me enloquece la idea de perderla.

¿Es el amor de mi vida? Desde el primer momento que nos vimos.

Me recordé a mi mismo ese primer día y no pude evitar sonreír de la felicidad que ese simple recuerdo me trae.

Ella venía saliendo del aula donde Tony veía clases y traía su pálida cara llena de pinturas acuarelas, recuerdo que al chocarnos ella me miró y calló en un silencio. Y yo solo podía pensar que esa niña tenía un lindo color azul en sus ojos y que quería seguir conociéndola. Sin embargo al saber en qué grado iba y que era amiga de mi hermana decidí que pasaría a ignorarla.

Lo que no esperé es que tiempo después su madre muriera y ella necesitará de ambos como consuelo.

Y lo fui para ella así como ella para mí cuando mi mamá también falleció.

Ella me buscó aún cuando la había tratado mal y no me dejó solo aún en medio de mi amargura y dolor, tenerla cerca y no decirle lo que me pasa era una locura pero pude controlarme y es cuando decido irme a Liverpool.

Eleonor me había impulsado a tomar esa decisión, claro antes teníamos que casarnos legalmente o de lo contrario sus padres no le firmarían para que salga, y eso que para ese año ella ya era mayor de edad. Teníamos la misma edad.

“—Te amo, Atlas, se que pasaría toda mi vida a tu lado.

Ella besó mis labios y juntos entramos al mar luego de casarnos. Ella gritaba de la felicidad a los cuatro vientos que se había casado con su primer amor. Yo solo podía admirar desde lejos lo hermosa que Eleonor se veía en ese vestido blanco y con su cabello suelto.

—Estás más callado que siempre. —. Dice al llegar a mi lado. Me había quedado en la orilla de la playa viendo como lentamente el sol se escondía.

—Solo pensaba en…—

—Tony te pidió que lo superaras. —. Me dice en medio de reproches.

Eleonor era consciente de que para ese tiempo aún seguía interesado en Asíc y que nunca pude superar aquel amor infantil, sin embargo debía hacerlo ya que ella ahora tendría unos quince años. En todo momento me porté a la altura, la traté como pude y nunca demostré que la quería y fue por respeto a su padre y a su edad, no quería interferir en su crecimiento. Y creo que también por eso tomé esta loca decisión de venirme a Liverpool.

—Y lo hago, solo imagino.

—Lo acepté porque te amaba ahora por favor, ámame tu. —. Ella me tomo de la barbilla para que la viera.

Lo que menos quería era lastimar a Eleonor, es una chica excepcional y hermosa, pero quisiera conocerla bien para saber si puedo amarla.

—Te lo he prometido y así será… además, Harriet debe tener a dos padres que se amen. —. La molesté con un posible embarazo al acariciar su abdomen. Ella rió ruborizada y negó.

—Mi hija no tendrá ese nombre, Atlas. —. Besó con firmeza mis labios y salió corriendo arrastrándome para llevarme al mar con ella.

—Solo te molestaba. —. Le dije, ahora estamos dentro del agua aunque ella más allá.

—En un futuro seremos padres pero mientras tanto disfrutemos de nuestro matrimonio y juventud.

Y besó mis labios antes de que pueda decirle algo más.

Ella enrolló sus brazos alrededor de mi cuello y profundizó el beso sin intenciones de terminarlo.”

Meneé mi cabeza alejando esos pensamientos con Eleonor y me concentré en mi presente quien ahora es Asíc y nadie más que ella, aparte de mi hija claramente. Tomé varias bocanadas de aire y me dije a mi mismo que ahora haría un esfuerzo doble para mantenerme estable por mucho más tiempo. Asíc en poco tiempo quedaría completamente sola y no quisiera eso, no quiero que piense que lo está.

¿Qué haces cuando ya no tienes más soluciones para vivir?

Harriet y Asíc me necesitan y aunque quiera quedarme no puedo, mi salud y corazón no me permiten vivir por más tiempo.

—¿En qué piensas? —. Sentí sus brazos envolver mi cuerpo y ella descansar su cabeza en mi hombro.

—En nada.

—Pagaría una fortuna para saber que piensas en todo momento, siempre estás callado viendo a la nada.

—Quizás solo trato de guardar las mejores vistas para cuando mi cerebro colapse y olvide todo. —. Ella bufó, odia que hable de eso.

—Esos chistes no me agradan.

—Es mi triste realidad, lo sabes. —. La observo de reojo y ella es ahora quien se encuentra ida viendo a la nada.

—Y la mía es que perderé a mis dos hombres importantes. —. Inhalé profundamente y me sentí mal, me siento tan mal de haberla orillado a esto.

—Lamento si amarme te haya traído mucho dolor y miedo, nunca fue mi intención…

Ella no menciona más nada y simplemente observo como lentamente esos bellos faros azulados se cristalizan en lágrimas.

—Es absurdo creer que amarte me trajo dolor, yo podría calificarlo como algo más agridulce.




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