El último rayo de Sol.

Capítulo Final.

💛Capítulo final.

💛

Atlas Robinson.

Es el día, finalmente había llegado.

Desde la mañana todo ha sido una locura, he hecho de esta segunda boda una única y más que es la primera boda de Eloíse y quiero que para los dos sea un momento único, un momento que perdure en nuestras mentes como el mejor día de nuestra vida. Harriet junto con Tony y Mara se han ido con Eloíse a un hotel para preparar a la novia y hacer que se vea hermosa y bella. La ceremonia la celebraremos en el jardín de la casa familiar y es una sorpresa la decoración y por lo tanto Eloíse no podía vestirse aquí.

—¿Nervioso?

Mi padre es quien me acompaña en este momento.

—Bastante. —. Lo observé.— Quiero que funcione con Eloíse.

—Solo ten en cuenta algo, Atlas, y es que si haces esto para sacar a Asíc de tu mente no servirá y harás que Eloíse sufra.

Lo entiendo perfectamente pero no hacia está boda como una especie de venganza hacia Asíc.

—Me caso porque la quiero y quiero una vida a su lado, o lo que me queda.

—¿Ella sabe?

—Absolutamente todo, Douglas.

Fue difícil y por un segundo creí que ella no querría continuar, pero me sorprendió al tomar mi mano y decirme que no le importaba y que estaría a mi lado sin importar que tan difícil pueda ser.

—¿Y que tal lo tomó?

—Ella se asustó en un inicio y creí que se daría por vencida, pero fue sorprendente que lo haya comprendido bien.

Se que él espera lo mejor para mí y que pueda ser feliz y darle a mi hija una familia, entiendo ese sentimiento. Quiero que Harriet vea como Eloíse y yo nos queremos y hacemos funcionar nuestro matrimonio, quiero que mi hija crezca con un concepto de familia bonito y memorable, y no con recuerdos tristes de nosotros abandonando cada ciudad.

—Entonces cuida de la chica, Atlas.

—Eso haré, papá.

Él me sonríe y de pronto me abraza, un abrazo fraternal que no sabía necesitaba. Mi padre no es muy afectuoso y no es de expresar sus sentimientos libremente, pero me alegra saber que Grace haya hecho que él cambie esa forma de ser.

—Cielito.

Y la morena aparece, ella ya venía usando un vestido en colores tierras y no dudó en posarse al lado de mi padre.

—Me alegra que compartas este momento con nosotros, Grace. —. Le digo, y sinceramente quiero que lo de ellos funcione.

—Y a mi me emociona que me hayas tomado en cuenta. —. Dice, ruborizada de la pena.

Observé a mi padre y él veía encantado a aquella mujer, parece que en cualquier momento se lanzaría al suelo por ella.

Ahí comprendí que ese sentimiento no es un capricho, él de verdad la ama.

—Estás con mi papá y como su hijo quiero verlo feliz, y resulta que ahora eres tu su felicidad.

Grace enrolla su brazo alrededor del de mi padre y me ve:

—Amo a Douglas desde el primer instante que lo conocí y nada me hace más feliz que Tony y tú me hayan dado la bienvenida a su familia. Se que no soy su madre y no pretendo serlo, quiero que me vean como a una amiga, no como su competencia o amenaza.

Douglas la veía embobado, y vaya que nunca antes había visto de ese modo a mi papá. Puedo confirmar que definitivamente el gran señor Robinson se ha enamorado en cuerpo y alma de esta jovencita.

—Lo sé y bienvenida. —. La abracé y vaya que fue raro aceptar la relación de mi papá con una mujer que es unos cuantos años más joven que yo.

—Con respecto a Harriet y mi hermano… —. Frunzo el ceño a la mención del nombre de mi hija y la mención de otro niño.— Ella me ha pedido que en mis próximas vacaciones traiga a Travis.

Suspiré, entiendo que a mí hija le cause interés ese niño pero sigue demasiado pequeña como para definir esos sentimientos.

—Yo te diré en qué momento puedes hacerlo, de momento, que esto quede entre los tres.

En algún momento Harriet va a crecer y va a amar a alguien pero me niego a que sea Travis Montenegro, y no lo digo porque sea hermano de la novia de mi padre, lo digo porque el niño no me da buenas intenciones, no me parece el indicado para mí hija. En cambio Maximiliano Corrigan es lo que espero que mi hija obtenga en un futuro en su pareja, ese niño lo conozco desde antes de su nacimiento y mi ex esposa Eleonor lo alcanzó a conocer. Ambos de hecho habíamos jugado con la idea de aparentarnos en un futuro lejano con los Corrigan porque le veíamos un futuro asegurado a Harriet con Maximiliano.

La charla entre los tres acaba y la ceremonia de mi boda civil con Eloíse Campbell inicia.

El primero en salir es mi padre como mi único padrino de bodas, luego yo con muchos nervios para quedarme de pie ante el altar. El altar estaba rodeado en flores blancas y rosadas muy lindas y había una especie de puente de madera con flores en los bordes y entre las sillas habían enredaderas de hojas. A continuación es Tony quien sale como la única dama de honor de Eloíse, prontamente estaría mi hija saliendo con un vestido blanco y su cabello castaño suelto cargando a la pequeña Mara Robinson; son las encargadas de llevar ambos anillos.

Y Eloíse es ahora quien sale del brazo de su padre. Ella traía un vestido muy sencillo pero que en ella parecía una obra de arte. Su cabellera negra estaba suelta en pequeña ondas y su lindo rostro cubierto por un velo que me impide verla y detallarla. Al estar frente a mi la tomo de las manos mientras que le agradezco a su papá.

Inicia el sermón pero para mí todo ahora que ella está delante de mi pasa a un segundo plano.

No podía ver a nadie ahora que Eloíse estaba delante de mi,

Escuchaba los murmurios del encargado a casarnos pero a decir verdad fue lo menos que presté atención. Hasta que se hizo la pregunta más importante, en lo que mi concierne.

—¿Atlas Robinson, aceptas a Eloíse Campbell como tú esposa? Para amarla y honrarla en la fortuna y en la pobreza, en la tristeza y en la alegría, ¿Hasta que la muerte los separe?




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