El último recital

El amigo

          La semana pasó volando. El sábado luego del almuerzo tenía libre hasta el lunes. Nunca pensó que se sentiría tan agotada mental y físicamente. El lunes habían salido con Mike de compras, según lo había ordenado Danny. Al llegar a la galería de tiendas, ambos leyeron la lista que había hecho el otro de lo que debían comprar. Se rieron a carcajadas...sólo había una diferencia..Mike había incluido ropa interior y artículos personales para ella. Daira se sonrojó hasta la médula. Jamás pensó que iba a compartir algo tan íntimo con otro hombre que no fuera Richard. Pero Mike era especial, como de otro planeta. Había notado como las mujeres le echaban la ojeada cuando pasaban a su lado. Tenía unos labios infernales que cuando sonreía se derretía más de una.

          Él se quedó mirándola, sorprendido. Tampoco pensó que a una mujer le afectaría tanto hablar de cosas tan nimias como la ropa interior. El creia que era algo natural y muy superficial para una mujer como Daira. Se quedó pensando y estuvo rumiando unos minutos mientras ella iba a hacer las compras.
—¿Tienes novio? —preguntó a rajatabla. Ella se quedó con la camisa que tenía en las manos a medio camino.

—Nooo...le dijo. No tengo tiempo para esas cosas. —Su cara parecía un tomate.

—Siempre hay tiempo para todo —le dijo con aire pícaro.

—Nooo...yo no. Alguna vez tuve un novio en la secundaria. Nada serio. Pero me desilusionó asi que no quise saber más nada con nadie. Estoy muy bien sola —Bajó la mirada.

           Si supiera que desde que conocío a Danny hace varios años no pudo pensar en ningún otro hombre, no haría esas preguntas tan incómodas. "Nadie debe saberlo", pensó mientras hacía unas muecas extrañas y Mike la miraba con atención.

—Te pagaría para que me dijeras en voz alta tus pensamientos le dijo risueño.

—¡Por Dios!¿Acaso hablé algo? —dijo ella con un hilo de voz.

—No, pero eres tan transparente que casi pueden "leerse" lo que estás pensando —le dijo muy serio.

          Daira volvió a ruborizarse y decidió callar. No quería que él siguiera preguntandole cosas tan íntimas. 

—Vamos ya, Danny llegará para la cena y tenemos trabajo pendiente —dijo apresuradamente para darle a entender que no quería seguir hablando.
           Mike quedó realmente sorprendido por esta muchacha. Danny tenía muy buen ojo, a decir verdad. La elección era perfecta, se dijo par así tristemente, y como siempre, siempre se lleva lo mejor...

           De niños, Mike había sido un acérrimo seguidor de Danny. Incluso antes de convertirse en artista, tenía manía por seguirlo a todos lados y hacer lo que el muchacho siempre más alto que él le pidiera. Fue el primero en saber de sus amores y desengaños. Compartían muchas cosas en común, excepto la música. Cuando Danny desapareció de su vida a los dieciocho años pensó que el mundo se le caía. Danny estaba tan enojado con su familia, que también lo hizo a un lado a él. En ese tiempo, se decidió a seguir con sus estudios y se volvió la mano derecha del señor Peter en la empresa, como antes lo fuera su padre.

          El padre de Mike falleció de un ACV cuando el solo tenía veinte años y desde entonces lo reemplazó este muchacho tan inteligente y vivaz que se abrió paso en la vida con mucho esfuerzo. Lo único que no le llevaba trabajo era llevar a las chicas a la cama. En eso era infalible y no hacía falta el despliegue de su inteligencia. Con la única que fallaron sus métodos fue con Daira. Desde que la conoció, el día de la entrevista con Danny, supo que era diferente a las muchachas con las que había lidiado hasta ahora pero sabía que no le correspondería ni aunque él se esforzara. Además, Danny ya la había elegido...y él era el jefe..."Maldito seas, Danny, siempre ganas"...

 




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