El último recital

La azafata

         Luego de la escena en la habitación y todo lo que se desató despues, al despertar, Danny supo que debía alejarse. Justamente debía atender un asunto en la sucursal de Rosmaria, por lo que aprovechó la ocasión. Necesitaba un tiempo para reflexionar sobre todo lo que aconteció en los últimos meses. Su vida iba en picada. Y estaba perdiendo el control.

          Esa chica y su presencia hicieron que renaciera todo aquello que pensó estaba muerto. No podía creer que escribiera una canción completa en tan solo una noche, Instintivamente se tomó de la cabeza, despeinándose sin saberlo mientras la azafata del avión en el que viajaba lo observó para ver si necesitaba algo. "Esta muchacha va a volverme loco", se dijo a sí mismo. No podía creer que, habiendo conocido a tantas mujeres en sus años de famoso, una estricta, seria y de cabellos rebeldes le hiciera mover el piso de esa manera.

     Sonreía y se ponía la mano en la cara mientras estaba sumido en los pensamientos. La azafata rubia lo miró sonriente y provocativa. Se había soltado un botón de la camisa y sus exhuberantes pechos amenzaban salir en cualquier momento. Aprovechó para hacer un leve moviemitno hacia adelante cuando él miro, distraídamente, en su dirección mientras seguía pensando en Daira.

     Se quedó mirando a la rubia despampanante que le hizo una seña apenas perceptible y se dirigió detrás de unas cortinas que separaba de la pequeña habitación del avión privado. Él no sabía que hacer, se debatía en su interior ferozmente. Hace meses que no estaba con una mujer y el trabajo y la presencia de Daira no le habían permitido darse los placeres que antes se daba. Muy pronto debía contraer matrimonio con esa muchacha por una cláusula establecida por su padre meses antes de morir. Quería que su hijo un día se casara y por ello dejó establecido que solo así heredaria el resto de las acciones de la empresa. Y no tuvo más que decidir antes que se cumpliera con el plazo. Su madre y hermanas le venían marcando el paso para que lo hiciera porque tenían mucho que perder.

       Mientras pensaba todo esto, se quitó el cinturón de seguridad y se levantó de su asiento para ir detrás de la cortina. No le daría el gusto a Daira...iba a seguir disfrutando de las mujeres como hasta ahora. 

       Cuando entró al habitáculo encontró a la rubia sin ropa, sentada en la cama con un dedo en la boca, haciendo movimientos sensuales. Trató de concentrarse en lo  que tenía delante y no pensar en la otra que acaparaba su mente. "¿Cómo serían sus pechos al tacto?""cuando usó ese vestido azul pudo notar que eran firmes y hermosos". Tocó los senos de la rubia..."¿y su cintura?""era suave a la piel", lo había comprobado el día en el que bailaron en la cena de gala. Siguió recorriendo el cuerpo caliente de la azafata mientras se imaginaba como se sentiría la piel de Daira bajo sus manos.

         Cerró los ojos para imaginarse que era con ella con quien estaba. La rubia lo tomó del cinturón y lo atrajo hacia ella. Él estaba de pie y ella sentada en la cama. "¿Cómo se sentirían sus labios", pensaba Danny mientras la mujer le bajaba el cierre del pantalón y arremetía con una mano juguetona. Él cerró de nuevo los ojos haciendose una imagen mental de la mano de Daira cuando rasgaba su guitarra roja.

        La erección surgió de la nada, como una bandera que se izaba en lo alto. Miró cuando la rubia buscaba hambrienta su miembro tanto tiempo olvidado para metérselo en la boca y lamerlo y chuparlo por unos minutos que parecieron eternos. Se imaginó a Daira sonriendo y susurrando su nombre mientras él acabó con un estallido y un grito desesperado con el nombre de ella.




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