El último recital

La musa

      Y empezó la música de repente. Todos hicieron silencio, expectantes. Cuando empezó a entonar "La lluvía caía...", su voz llenó todo el espacio circundante. ¡Danny estaba maravillado! Sus ojos tenían un brillo inusual y su corazón saltó en su pecho. Ahí estaba ella, como siempre la soñó, como siempre la esperó en sus noches de calor. Era ideal. Una erección empezó a subir de repente, y recordó que cuando estuvo con la azafata se acordó de esta bella mujer que ahora, para completar lo perfecta que era, además, cantaba.

       Le recordó mucho a sus propios inicios en la música y trataba de recordar la adrenalina que lo recorría todo. Como ella, sus inicios fueron tímidos, suaves para después tomar mayor ímpetu con cada presentación. Se dejó llevar por los ardores propios de la juventud y a la mitad perdió el rumbo que una vez pensó que tendría.
       Era cierto que había tenido romances con otras cantantes, pero todas eran superficiales y vacías, a pesar de que muchas componían sus propias canciones y se suponía que tenían algo más que tetas bonitas. Con Daira era diferente, se dió cuenta el mismo día que la entrevistó y la eligió el mismo día para que fuera su esposa. Ella aún se encontraba en estado puro y le hubiera encantado que se mantuviera así por siempre.  Le dolió que las cosas hubieran sucedido como sucedieron, su egoísmo y sus aires de estrella lo llevaron por un camino al que no quería seguir. "Lo compensaría", se dijo a sí mismo.."por supuesto que la recuperaría, así fuera lo último que haga".
 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.