El ultimo rey de Azellen

Capítulo 10 Asalto (segunda parte)

   

    El alba se estaba por presentarse y Frederick daba vueltas en la cubierta del barco angustiado, no podía pensar en nada más que en Lucy, pero siempre que intentaba alentar a los piratas terminaba escuchando terribles burlas y gritos provocando que se alejara de ahí. Sin poder hacer algo que los hiciera cambiar de opinión se alejaba de ahí completamente molesto hacia popa rechinando los dientes pensando en lo que estaría pasando con Lucy e imaginando las terribles torturas en las que podría estar.

     -Volverte loco con esta situación no resolverá nada-dijo Elías acercándose a Frederick con tranquilidad, él estaba igualmente preocupado, pero sabía que los piratas no ayudarían y él tampoco sería capaz de convencerlos de lo contrario.

     -No estas seguro de eso-respondió Frederick molesto apretando el mástil mirando el mar-parece que a nadie le preocupa lo que le pase.

     -Porque realmente es así-dijo Elías deteniéndose al lado de Frederick conteniendo la rabia que le provocara pensar en ello-, Para los piratas Lucy no es una camarada del todo, ella intenta restituirte y eso es preocupa a muchos.

     - ¿Qué intentas decir? - exclamo Frederick aun molesto.

      -Tu no conoces a Lucy en lo más mínimo-dijo Elías impertinente.

     -Eso tu no lo sabes-grito Frederick golpeando el mástil con fuerza mirando fijamente a Elías-, Ella es…

     -Claro que lo sé-interrumpió Elías elevando la voz-, Tú no sabes lo que ella ha pasado, no sabes lo que ha sufrido, tú… un príncipe que lo único que le ha importado es cuidar su propia felicidad, tú que nunca has conocido el dolor o la suciedad.

      -Creo que quien no conoce a las personas y mucho menos al mundo eres tú-dijo Frederick con seriedad, estaba molesto por los cometarios de Elías, era cierto que él era un príncipe ignorante y débil, pero estaba seguro qué nadie conocía el dolor y desprecio de las personas como el, recordad su vida en aquella prisión le provocaba un dolor el en pecho tan molesto que el preferiría arrancar si corazón.

     -Y eso lo dice el traidor que escapo del reino por un simple capricho-dijo Elías de forma altanera teniendo en cuanta que dicho comentario lastimaría a Frederick y eso lo haría callar.

    - ¿De qué estas hablado? -preguntó Frederick confundido, no sabia a que se refería Elías e imagino que se estaba refiriendo a alguien más.

      -De ti-dijo Elías desesperado, no sabia si aquel expríncipe era realmente tonto o solo estaba jugando con su paciencia-renunciaste a tu reino porque el rey no te permitió hacer lo que te plazca y te fuiste y nunca más se supo de ti.

      - ¡ESO ES MENTIRA ¡-gritó Frederick lleno de cólera mientras tomaba del cuello a Elías y lo estrellaba en un poste-, ¿Quién te dijo eso?, ¿QUIEN FUE?

      Elías quería responder, pero el agarre de Frederick era tan fuerte que no podía soltarse, luchaba por liberarse pero comenzaba a asfixiarse y su vista se tornaba nebulosa sabia que si continuaba así perdería el conocimiento o pero aun la vida, hasta que todo se tono completamente oscuro para él; un mar de voces le impidieron caer completamente inconsciente mientras el aire comenzaba a correr por sus pulmones y su mirada mejoraba, cuando su visión se aclaró completamente y su energía y respiración se empezaba a normalizar Elías se percató que estaba en el suelo y un montón de piratas frente a él que intentaban sujetar a un enfurecido Frederick que se movía y gritaba como una princesa de la espada hambrienta.

       - ¿Estás bien? -pregunto Avi que se encontraba en canclillas al lado de Elías.

      -Creo…creo que si-dijo Elías con dificultad mientras se llevaba su mano al cuello sintiendo aun un dolor agudo y con la sensación de que la mano de Frederick seguía ahí.

      -!Será mejor que entre en calma!-grito uno de los piratas a Frederick qué a pesar de haber dejado de pelar, su respiración aún era agitada, sus manos aún estaban en puño y su mirada era como la de un animal en busca de sangre.

       -Estoy bien-dijo Elías poniéndose de pie-déjenlo tranquilo-rodeno.

      Todas las miradas se dirigieron a Elías que aún le constaba sostenerse en pie, incluso la de Frederick que no creía la actitud del joven a pesar de estar tan furioso.

       - ¿Estás seguro de eso? -preguntÓ uno de los piratas.



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Editado: 30.09.2018

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