El ultimo shinigami

IV

El plato se quedó completamente vacío, no quedo nada de los boniatos y los sándwiches, me llevé el plato al fregadero y cuando volví la chica estaba dormida en mi cama y Bokune en la silla como una gárgola de piedra mirando por la ventana fijamente.

- tengo que irme durante la noche-dijo cuándo entre por la puerta

- entonces el juego a terminado ¿no? -

- ¿crees que es así de fácil? El juego solo termina cuando todos los shinigami sean informados y todos los que han muerto sean clasificados-

- ¿y cómo sabré que he ganado? -

- yo te lo hare saber…bueno me voy-diciendo esto último le salieron dos alas de la espalda y salió por la ventana volando, flotaba por la oscuridad como un cuervo en los cementerios y yo me quede ahí mirándole como se iba hasta que Reika, la chica que estaba en la habitación se había levantado…

- yo también me tengo que ir- se empezó a frotar los ojos.

- ¿puedo preguntarte algo? ¿Si eres una Raida, porque no me has atacado en el callejón? -

- porque estoy destinada a proteger, no atacar y además jure que protegería “al elegido”-

- ¿y quién es el elegido? -pregunte con cierto tono de duda.

- eso no puedo responder…pero muy pronto lo sabrás-termino de decir y se fue por la ventana saltando y corriendo por la calle.

Yo me quede pasmado, luego sonó la puerta de la casa, era mis padres que habían llegado de donde sea estuvieron. Cenamos sopa de miso con arroz blanco y una ensalada adámame porque a mi padre se lo regalo un compañero suyo mientras yo me preparaba para irme a la cama. Nada había cambiado, todo seguía igual menos el detalle de la chica y el shinigami.

 

El centro estaba lleno de gente de un lado a otro entrando en las tiendas, por la carretera y los edificios estaban muy iluminados con muchos anuncios de moda de mujer, la famosa mascota de Shisuba (un oso blanco con camiseta) y todo eso era contemplado desde la azotea de uno de los edificios más altos de toda la ciudad y el espectador era una criatura parecida a Bokune pero no se le veía los ojos, la boca, nada y le salía del oscuro rostro dos colmillos del mismo tamaño que los marfiles de elefante y tenía dos alas parecidas a las de bokune.

- ¿veo que has aprovechado para comer? -dijo la criatura mirando a Bokune que apareció detrás suya. Su voz era como un detective raso de los 80.

- si… ¿alguna novedad? -respondió Bokune

- sabes que no puedo decirte nada de donde están los demás, ¿lo sabes no? -

Bokune soltó una risita mostrando los dientes, pero el otro no se reía ni nada, seguía mirando hacia el horizonte.

Entonces saco de una bolsa que tenía colgando del hombro un trozo de metal y empezó a darle forma, terminada la acción lo lanzó con poca fuerza y Bokune contemplo como caía delante de un inocente y este lo cogía del suelo, tenía la forma de un papiro con algo escrito que no se podía leer.

- ¿Quién será su shinigami? -

El desconocido giro la cabeza para mirar a Bokune con cara de “¿qué acabo de decir?”

- vale…vale-

Bokune se largó de allí dejando solo al otro shinigami contemplando la ciudad y el amanecer que se avecinaba.

Sonó el despertador y salí de la oscuridad en la que me encontraba, por suerte ya no tenía una mandíbula enorme en mi cara, me levanté despacio porque la acción de ayer me dejo molido y me vestí consumo cuidado. Cuando abrí la puerta me caí hacia atrás porque estaba sin avisar Bokune.

- buenos días Shen ¿qué tal has dormido? -dijo con total tranquilidad mirándome como intentaba levantarme

- ¿te hace gracia…no? - le pregunte con pocos ánimos

- ¿A dónde vas ahora? -

- pues al cole, ¿por? -

- ten cuidado…recuerda que todavía estas en este juego de los shinigami-

Me fui de allí antes de que se alargara el asunto y me volviera a retrasarme.

Había sido casi el primero por el simple hecho de que había menos gente que antes cuando creía que había llegado tarde ayer. Me quede en uno de los bancos de la escuela y saque un cuaderno de notas grande y me puse a escribir.

El bolígrafo se movía con una elegancia sobre el papel y podía llenar hasta tres hojas por delante y por detrás en 30 minutos o menos. Sonó el timbre de la mañana y empezaron a entrar todos los alumnos por la entrada principal, cuando iba a entrar en mi clase, me topé con la alumna de hace dos días…Shingo.

- ¡hola! ¿Eres shengoku no? -

- si…hola-

- veo que estas animado - mostraba una hermosa sonrisa

- si, gracias-

- a mí me gusta Shen…es fácil de entender-

Me gusto que la chica me hablara, eso significa que ya no debía tener miedo a hablar con la gente.

- ¡vamos shingo que llegamos tarde! - grito una de las compañeras de la clase.

- lo siento, me tengo que ir -

Se despidió de mí y entro en su clase, yo me quede ahí quieto, no me di cuenta de que mi clase se había cerrado y entre despacio sin hacer ruido para que el profesor no me oyera. Cuando llegue a mi asiento gire la vista un momento y vi que, en la calle, un desconocido miraba la ventana de mi clase, tenía perilla y parecía que no había dormido en toda la noche o varias y mostro una sonrisa tosca cuando me vio, al volver a mi clase me di cuenta de una cosa que era algo peor.



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En el texto hay: adolescentes, japon, combate

Editado: 24.07.2019

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