El ultimo shinigami

XIII

-Es un oni rojo, tener cuidado, aunque tenga la misma fuerza de la unión entre raida y shinigami el oni solo es fuertísimo con su propia fuerza natural-

-Gracias por la explicación bokune-decía mientras intentaba ponerme de pie

-¿estás bien shen? –pregunto Raika cuando me vio intentando levantarme

-Si, gracias-respondí cuando ya me había levantado.

-¡cuidado shen!- grito Reika señalando con el dedo

-Pero que…-no me dio tiempo a terminar la frase cuando una figura se lanzó a mucha velocidad hacia mi…me dio en toda la frente, pero no tan fuerte como para matarme, pero si para tirarme

-No eres tan fuerte a pesar de tener dos akuma contigo-

Se refería al collar y el anillo que tenía en el dedo desde luego, a pesar de ser una niña pequeña tenía fuerza y estaba con la mirada paralizada delante de ella y sin embargo mostraba una mirada diferente a la mía, una mirada que daba miedo y a la vez escalofríos como si no estuviera viva por dentro; la sombra de sus ojos hacia que el blanco del interior se viera muy reflejado como si fueran fantasmas cogí mi katana y conseguí quitármela de encima haciendo que esquivara mi arma, me moví lo más rápido que puede y me escondí.

-Que cobarde-comento la niña

-No te metas con shen- gritó Reika lanzándose al ataque directo contra ella

La chica se defendía con los nunchakus de los ataques de la navaja de Reika y parecía que ambas estaban en empate. Seguí mirando el lugar y el oni iba a lanzar un nuevo ataque con su enorme mazo justo donde estaba yo, por suerte me aparté de su camino y destrozo la pared donde estaba, boku le atacó por detrás lanzando una llamarada de fuego como la última vez, pero este no parecía afectarle e intentaba apartarle como si fuera una mosca, decidí dejar de esconderme y atacar con mi katana, conseguí ayudar a bokune poniéndome de pie y dando un corte en una de las piernas del oni. Pero este me golpeó con la otra mano sin que me diera tiempo a esquivarlo al menos el golpe no me había matado, pero si daño me hizo.

Reika también recibía algunas heridas, pero no eran como las mías sino como golpes fuertes.

-En serio, ¿vosotros sois raida y no sois capaces de vencer a una niña? –la niña estaba siendo insoportable

-Mira que eres pesada-dijo Raika manteniéndose en pie a pesar de sus heridas

-Bokune… ¿Cómo te va?- le pregunte conteniendo el dolor de mi cuerpo

-Pues al menos el gigante no me toca-decía mientras se movía de un lugar a otro como la mosca que era.

Reika se lanzó de nuevo al ataque, pero había recibido un ataque de uno de los nunchakus y se cayó al suelo

-¡Reika!- grite

La chica se quedó mirando a Reika como intentaba levantarse, empezó a sonreír y levanto los nunchakus como en posición de ataque final.

-Es hora de reclamar mis akuma- exclamo con entusiasmo mientras se dirigía hacia Reika

-Reika, utiliza a tu shinigami-dije sin pensar, en todo el tiempo que estábamos luchando no me di cuenta de que tenía en su poder un shinigami como el mío, pero este estaba metido en un tarrito del collar.

-No puedo, no sale cuando se lo pido-

Me quedé sin saber que decir, porque bokune seguía luchando contra el oni rojo.

-Pero la última vez que te vi con el cortó en dos a un shinigami y salió de ese collar-

-Solo viste algo que parece fácil, pero no lo es-

-En serio, ¿vais a discutir cuando se acerca el final de tu historia?- la niña también se metió en la conversación.

-Shen, tienes que salvarlo tú, parece que Reika no quiere colaborar-

-Vamos Reika, bokune está luchando contra un oni y yo estoy lejos-

El tiempo parecía ir en nuestra contra y Reika no quería poner su brazo a torcer, no tenía más remedio que intentar por todos los medios levantarme para alcanzarla, al andar me dolía tanto la pierna y el cuerpo que no paraba de gritar mientras intentaba llegar lo más rápido posible, pero parecía ser imposible conseguir.

- adiós, chica raida- dijo la niña mirando fijamente a Reika que no podía levantarse del suelo.

En ese momento todo el ruido del lugar había desaparecido, mi corazón era el único que se oía en ese instante.

-¡Ayúdanos!- grito Reika en la inmensidad del silencio.

Por magia todo el ruido apareció de la nada y algo más como una mano negra y morada enorme que salía del tarrito del collar de Reika. Era más grande que la niña y todos incluidos el oni. Nos quedamos petrificados, la única que no, fue la niña que solo hubo tiempo para ver como la mano la cortaba en rodajas. El oni se quedó sin palabras y a continuación me sorprendió algo que me dejo en blanco…el oni empezó a desvanecerse como una nube de humo movida por el aire y la mano gigante volvió a meterse dentro del tarro del collar de Reika.



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En el texto hay: adolescentes, japon, combate

Editado: 24.07.2019

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