– Brad –
Los ecos de mis familiares a lo lejos de mi vida me llaman.
– Brad –
Mis amigos y conocidos de toda la vida con los cuales bebía y veía los partidos de futbol me indican que necesitan mi ayuda.
– Brad –
La muerte de esas personas que vi en el urbanismo mutiladas… No pude salvarlas, solo soy un inútil con un arma en mi mano que intenta buscar un sueño de solo llevar una nueva era a este mundo.
– Gruñido –
Observo cómo ciento cincuenta perros me rodean, me tiembla el pulso al ver una silueta domándolos desde muy lejos, su sonrisa me deja helado, los animales se acercan a mí con ganas de matarme, apunto mi arma a todos lados disparando y matando a solo algunos mientras el resto se abalanzan sobre mi y…
Despierto respirando agitadamente muy agitado, estoy empapado de sudor, mi cuerpo esta temblando, miro para todos lados y observo que no estoy en la carretera donde caí desmayado, estoy en una habitación muy amplia de color azul cielo, mi arma está en una mesa de noche a mi lado mientras yo estoy acostado en una muy cómoda cama.
Me quedo sentado en la cama por un momento mientras aun siento una jaqueca horrible, me tomo mi frente mientras escucho que alguien abre la puerta de la habitación, agarro mi arma rápidamente y apunto a quien entró en ese momento, la cual era una mujer de cabello muy largo oscuro sus ojos miel intenso y muy blanca, quien lleva en su mano una bandeja con comida.
La observo y ella se me queda viendo por un momento. luego pasa sin temor alguno y deja la comida en una pequeña mesa que se encuentra cerca de una de las ventana de la habitación. No dice nada y sale cerrando.
Suspiro mientras bajo mi arma dejándola en la mesa de noche y voy hasta donde está el alimento. el cual son unos panqueques con miel y fresas acompañado de una malteada de banana y mora. Me brillan los ojos por un instante al ver tan semejante manjar el cual tenía demasiado tiempo sin comer.
Comienzo a alimentarme mientras disfruto cada bocado, tengo una sonrisa de oreja a oreja, quien hizo este alimento debo darle las gracias sin duda alguna porque esto es una exquisitez.
Observo una nota doblada en dos partes cerca de la mesa en lo que voy comiendo, la abro y comienzo a leerla la cual dice:
“Bienvenido a la SSC, esperamos que este disfrutando de su comodidad en el lugar ya que eso es lo primordial aquí sentirnos como en casa, lo invitamos a una pequeña reunión con nuestro líder en la mansión weather donde será bienvenido y recibirá un par de respuestas a todas sus preguntas”
Att: La SSC.
Termino de leer y de alimentarme, me voy hasta un armario cerca de la puerta, agarro una de las muchas camisas blancas que hay y mientras me la pongo me observo en el espejo un poco barbado y con mis heridas llenas de curitas las cuales ya no me duelen.
Me visto, pongo mi arma en mi cintura y salgo de la habitación observando un pasillo muy largo que tiene muchos cuartos hasta la entrada, sonrió un poco al saber que hay más personas en el lugar de lo que me imaginaba.
Salgo por la puerta y mi sonrisa pasa a ser lagrimas de felicidad al ver a unos niños jugando a la pelota en un asfalto que esta como nuevo, observo a los alrededores y veo a personas regando las plantas los cuales me saludan y yo les regreso el saludo con una sonrisa.
Camino hasta donde esta un señor canoso sentado en una silla mecedora preguntándole en qué lugar está la mansión weather, me señala sin decirme nada una casa de dos plantas color amarillo suave que se encuentra al fondo del urbanismo en el que me encuentro, le doy las gracias y camino hasta donde está la casa.
Al llegar toco la puerta y me abre un señor de unos cincuenta años, con un bigote el cual forma un candado junto a su barba y esta vestido como un vaquero completamente de cuero y un sombrero.
– ¡Por fin despertaste hombre! Ya te estaba dando por perdido.
Me dice mientras ríe y extiende los brazos, yo solo me le quedo observando su rostro muy seriamente, no confió en nadie en este momento, solo le tengo fe a mi arma y a mi instinto.
– Vamos hombre no me mires así, más bien ven pasa adelante y siéntate.
Me da la espalda y camina hasta un juego de muebles, lo sigo y nos sentamos cada uno en un sofá distinto, se me queda observando mientras sonríe.
– ¡Lucia ven un momento por favor!
Grita el hombre mientras veo que llega la mujer que me llevo la espléndida comida hasta mi habitación, le dice algo en el oído y ella se retira, solo se me queda observando riendo mientras yo aun lo observo seriamente.
Regresa la mujer con un whiskey y dos vasos con hielo, comienza a servir los tragos en una mesa frente a nosotros y se vuelve a retirar, el hombre agarra uno de los vasos y me hace una señal de que coja el otro para que lo beba. Lo agarro y le doy un sorbo al vaso.
– ¿Esta bueno cierto? Es un pequeño manjar de la casa, digamos que quedan solo unos pocos de esta marca en el mundo y yo tengo dos botellas de esta…
– ¿Cómo me encontraron? –Interrumpo mientras lo observo aun con mucha seriedad–
- ¡Hasta que por fin hablas hombre! Al parecer el whiskey te aflojo la garganta…
– ¿Cómo me encontraron? –Vuelvo a preguntar mientras pongo el vaso en la pequeña mesa–