Ya es de noche y vengo del lugar donde cuidan a la gente, y vengo caminando como para pasar por la cincuenta y siete, y veo a un poco de jóvenes quienes están sentados al lado izquierdo de la calle, y en mi mano izquierda veo que tengo una cuchara plateada pequeña, y en mi mano derecha, veo que tengo una cuchara plateada grande. Cuando caigo al suelo, y me levanto, y sigo caminando, y repentinamente escucho una voz fuerte y poderosa que me dice:
— ¡VOY A TOCAR LA TIERRA!
De inmediato al escuchar esa voz, mis pasos fueron muy rápidos que fui adelantado.