El Ultimo Verano

CAPÍTULO 20

  Era jueves y Violet no tenía que hacer por lo que decidió salir a caminar un rato, caminata que terminó llevándola a la florería y después al cementerio. Volvería a visitar a Miles y Selene.

  Pasó un tiempo con Miles mientras le arreglaba la tumba, limpio el polvo y se deshizo de las flores marchitas, dejó un nuevo ramo de flores y se sentó en silencio durante un buen rato. Luego de estar más de una hora con Miles se despidió de él y caminó hasta la tumba de Selene, impecable como siempre.

  —¿Quién rayos se llevó la foto? —pregunto al no verla por ningún lado—. Agh si fueron tus padres Selene en serio iré a golpearlos, no les afecta en nada una foto, en fin hola.

  Se sentó junto a la tumba de su amiga y dejó sobre está las rosas que le había traído y comenzó a contarle todo lo que había hecho estos últimos días, las películas que había visto y le mencionó sobre el casco que Christopher le había dado, y sobre lo que le había dicho esa noche.

  De lo centrada que estaba contándole todo ni cuenta se dió cuando anocheció y al ver que su reloj marcaban las 9 se levantó y se despidió de su amiga. Mientras caminaba hacia la salida del cementerio noto que había un auto estacionado justo en la entrada, auto el cual ella reconoció.

  —¿Violet? —preguntó bajando la ventanilla del auto—. ¿Qué haces aquí?

  —Vine a dejar flores para Miles y Selene ¿Tú qué haces aquí?

  —Vengo del pueblo vecino.

  —¿A esta hora? ¿Tu papá no se va a molestar?

  —No, si no le dices, vamos te llevo a tu casa.

  —Me iré caminando, gracias.

  —Violet está por anochecer y la última vez que estuviste aquí tu padre se volvió loco y casi llama al FBI.

  Ella miró su reloj y después el auto, él tenía razón, por lo que decidió subir al auto.

  —Cinturones por favor.

  Hizo lo que le pidió y mientras lo hacía vio como él encendía la radio y cambiaba de estaciones hasta que encontró una que dejó al oír "Can't Stop Falling Into Love" de Cheap Trick.

  —¡Dios! Amo esta canción —dijo para después subir el volumen y encender el auto.

  Violet solo asintió algo incomoda, solo quería llegar lo antes posible a su casa. Durante el camino trato de no entablar alguna conversación con él y solo iba prestando atención a su teléfono y a su instagram, por lo que cuando alzó la mirada luego de varios minutos no reconoció del todo el lugar donde estaban.

  —¿Dónde estamos?

  —En la carretera junto al pueblo.

  —¿Y qué hacemos aquí?

  —Un amigo está huyendo de su casa y me pidió dejarle algunas cosas aquí, se supone que debería estar aquí —Ella vio como checo su reloj y luego miró por el retrovisor—, No debe de tardar, quédate aquí, saldré a esperarlo.

  —¿Llamalo si? No quiero estar mucho tiempo aquí.

  —Claro —respondió bajando del auto.

  Violet lo siguió con la mirada y luego miró a su costado, la carretera junto a Bailey Side siempre era oscura, hasta su padre le contaba historias sobre aquella carretera por lo que no le agradaba la idea de estar ahí en la noche. Algo había en el ambiente que sintió raro e incomodo, por lo que busco entre sus contactos el número de Chris, si tenía que quedarse ahí sería mejor tener a alguien que pudiera ir por ella rápidamente.

  —¡Violet! —escuchó desde atrás del carro.

  —Que? —pregunto mientras veía como el número de Christopher la mandaba a buzón.

  —¿Me ayudas a bajar las cosas? Son muchas.

  —¿Y tu amigo? —al preguntar se asomó por la ventana y logró verlo junto a la cajuela.

  —Se le hizo tarde, le dejare las cosas al costado de la calle, pero si me ayudas iré a dejarte lo antes posible.

  Miro su celular, después el espejo retrovisor y solo suspiro, que tantas cosas podrían ser? 

  Al bajar y llegar a la parte trasera del auto vio el contenido de la cajuela y eran demasiadas cosas.

  —Santo dios ¿piensa llevarse toda la casa o qué diablos?

  —Eso parece ¿puedes poner las cosas junto a los arbustos? —se giró a ella y le entregó dos bolsas.

  —Está bien —tomó aquellas bolsas mirando un poco el contenido de estas, parecía ser ropa y zapatos—. ¿En este arbusto? 

  —Aja, pon algunas ramas sobre ellas, no quiero que alguien pase y se las lleve.

  —Espero que tu amigo tenga en que irse —mencionó al agacharse y empezar a esconder aquellas bolsas—. Si piensa irse caminando no podrá cargar con todo, tendrá que dar varias vueltas

  —No creo que tenga problema con eso.

  Eso fue lo último que escuchó, ya que mientras ella escondía aquellas bolsas él estaba haciendo algo de espacio en la cajuela, lugar en el que puso a una inconsciente Violet luego de golpearla en la cabeza con un bate de béisbol. Sin más regresó las bolsas que ella había escondido y puso todas esas cosas en el lugar donde antes iba sentada la rubia, para después conducir alejándose de aquella carretera solitaria y oscura.

 

  —¡Violet! —llamó a la puerta—. ¿Quieres que te haga el desayuno? ¿O quieres desayunar fuera?

  Espero una respuesta pero luego de unos minutos no obtuvo ninguna por lo que tocó tres veces, la señal de que iba a entrar. Al abrir la puerta solo encontró a Such junto a la ventana.

  —¿Dónde está Violet Such? —el gato solo maullo y volteo a ver la ventana—. Quieres salir, ¿no?

  Un maullido más y el señor Turner solo lo acaricio y le abrió la ventana para que pudiera salir de la casa. Luego de que el felino saliera por ahí se giró a ver la habitación, las cortinas ya estaban abiertas, la luz apagada y la cama hecha, lo cual era sumamente raro, su hija odiaba levantarse temprano y si no fuera por la escuela no lo haría, salió de la habitación y fue al baño, tal vez ella estaba ahí y no lo había oído, tocó aquella puerta y espero por respuestas, pero tampoco las consiguió.

  —¿Dónde estás Violet? —pregunto al ver que no había nadie en el baño.

  Al ir a la sala tampoco encontro nada, y cuando miro hacia la puerta que daba al patio su mente le jugó en contra, su respiración comenzó acelerarse y sintió un nudo en la garganta, se dirigió a esta aun con aquella horrible idea en mente, solo esperaba que aquella idea no se hiciera realidad al abrir esa puerta, al tomar la perilla y girarla suspiro pesadamente, abrió la puerta al mismo tiempo que cerraba los ojos.




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