—Buenos días Violet.
La voz de Asher se escuchaba bastante lejana para Violet. La cabeza le daba mil vueltas y su cuerpo se sentía débil.
—Ey despierta —dijo dándole unas palmadas en la cara, lo cual terminó de despertarla, al abrir los ojos vio como el pelirrojo tenía una sonrisa en el rostro, aparte de la mejilla roja—. Eso es.
—¿Qué diablos quieres?
—Cuida esa boca Violet, tu vida está en mis manos.
—¿Crees que me importa?
—Debería.
—A este punto ya me da igual —dijo para después desviar la mirada, pero al hacerlo noto algo, su cabello—. ¿Que mierda le hiciste a mi cabello?
—Ah eso —respondió mientras le acariciaba el cabello—. Un pequeño cambio de look.
—Tu plan no va funcionar Asher.
—¿Mi plan? —preguntó con falsa incredulidad.
—Se que estás tratando de recrear los asesinatos del 28, pero adivina que idiota, ya fallaste y por mucho.
—¿Por qué piensas eso Turner? —En su rostro se dibujó una sonrisa burlona a la cual Violet solo rodó los ojos.
—Primero que nada Miles, no lo mataste en su casa, tampoco lo crusificaste como hicieron con Tobias. Segundo las gardenias, las pusiste en lugares equivocados. Tercero no mataste a Aileen y no me mataras a mi.
—Estás muy segura de eso, ¿no? —ella asintió—. No estoy recreando nada, ser un imitador no es mi propósito.
—¿Entonces cual es?
—Acabar con ustedes.
—¿Otra vez con eso? ¡No te hemos hecho nada! ¡Solo estas demente!
—¿Alguna vez has visto a los lobos que rondan Bailey Side y sus alrededores?
—¿Qué? —pregunto algo desconcertada.
—Esa fue una de las razones principales por las que el pueblo se expandió, también por las inundaciones y los asesinatos. Al igual que por ellos la mascota del equipo de fútbol son los lobos.
«¿Estoy en el viejo Bailey?» pensó Violet mientras Asher seguía dando vueltas alrededor de ella tocando su hombro o su cabello de vez en cuando.
—Son animales salvajes, civilizados en sus manadas pero salvajes y mortales cuando se trata de cazar su cena.
—¿Estamos en el viejo Bailey? —Él asintió.
—Un punto a la rubia, al final no eres tan tonta como pensé.
—¿A qué se debe tu pequeña clase de historia?
—Tú dijiste que yo no te mataré, ¿no? —Violet asintió y él sonrió—. En eso tenías razón, no lo haré yo, realmente estoy muy ocupado para hacerlo, prefiero ser amable y ayudar a la preservación de la especie que lleva el escudo de Bailey Side.
—¡Se claro Asher!
Ni bien dijo eso logró escuchar unos aullidos a lo lejano.
—¿Escuchaste eso? Ellos serán tus asesinos, no yo. Consideralo una ofrenda a los lobos, tu amigo Lowe los ama, ¿no? Apuesto a que le encantaría ser tu en este momento.
—¡No te atrevas a ponerle un dedo encima! —gritó sintiendo que se le hacía un nudo en la garganta.
—Es increíble como estando a punto de morir sigues defendiendo a personas que no están aquí, tal vez quede algo bueno de ti.
Asher se acercó nuevamente a ella y de su bolsillo sacó una jeringa con el mismo contenido de la vez anterior. Violet ya sabía que seguía por lo que solo se miró el brazo donde antes la había inyectado, en ese momento noto que tenia mas de 10 piquetes, lo cual la hizo desesperarse.
—¿Cuántas veces me has inyectado esa mierda?
—No lo sé, ya perdí la cuenta —Al oir eso una lágrima rodó por su mejilla.
—¿Qué día es hoy?
—¿Por qué te diría eso?
—¡Dime! —Él la ignoró y solo le inyectó una vez más—. ¡Asher dime!
Asher no dijo nada y dejó la jeringa sobre la vieja mesa para después caminar a la salida tarareando la misma canción que había sonado en la radio el día que la había secuestrado.
—¡Asher vuelve aquí!
Trato de girar la silla hacia la salida pero apenas y pudo moverla unos centímetros.
—¡Maldita sea Asher! ¡Vuelve!
Las lágrimas no se hicieron esperar al igual que el efecto de aquella droga, haciendo que nuevamente su mirada fuera borrosa y su cuerpo se sintiera pesado dejándola inconsciente en cuestión de minutos.
Mientras que la rubia estaba inconsciente, Christopher conducía a toda velocidad bajo la lluvia hacia el viejo Bailey. Tenía que encontrarla de inmediato, le daba igual si la policía no estaba o si el FBI lo arrestaba por matar a Asher, él tenía que encontrarla y si no se daba prisa sería muy tarde para Violet. Confiaba en que Dominick iría a la estación de policía y que traería refuerzos, aunque en realidad no los necesitaba.
Ni bien cruzó por el antiguo cartel de “bienvenidos” lo primero que se topó fueron dos lobos que al escuchar la motocicleta y ver la luz de esta salieron huyeron de ahí. Ni siquiera había tenido tiempo para pensar en los lobos, la razón por la cual no venía tan tarde al viejo Bailey.
Comenzó a hacer memoria de donde estaba la vieja casa Mitchell, le era algo difícil recordar la dirección. La que no se le hizo difícil recordar fue la de Charlotte, por lo que condujo hasta esa calle y se bajó de la motocicleta sin importarle que esta golpeara fuertemente contra el suelo.
Al estar frente a la casa de los Patel miro las dos casas de los costados tratando de adivinar cuál era la de los Mitchell.
—¡Mierda! —maldijo al no estar seguro cual era.
No fue hasta que noto que la casa de la derecha tenía la puerta cerrada, ¿que casa del viejo Bailey estaba perfectamente cerrada?
Camino hasta esta y ahí se maldijo por no haber pensado entrar algo con que defenderse, por lo que ahora confiaba totalmente en su cuerpo. Estando frente a la puerta noto que la manija se veía bastante nueva, tomo esta y para su sorpresa esta no estaba asegurada por lo que entro sin problemas a la casa.
—¡¿Violet?!—No hubo respuesta ante su llamado por lo que se siguió adentrando a la casa, una vez estuvo en la cocina noto que había una luz saliendo del piso de esta—. ¿Un sótano?
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slow burn, adolescentes siendo detectives, asesinatos y crimen
Editado: 21.07.2024