El Último Vínculo: La Luna de Oakhaven

Capítulo Treinta y Dos: La Cuenta Regresiva Final y la Fragilidad del Escudo

PV: Dominic

El aullido. No era un sonido físico, sino una vibración psíquica que perforó el vínculo de Mate, despertando a Dominic en medio de la noche. Era la firma sónica de la Furia de la Eternidad. El aullido de Caelus, resonando con la locura y el poder de un milenio.

Dominic se levantó de la cama de golpe. Arianna, ahora fusionada con su paz, despertó a su lado, sus ojos abiertos por la misma resonancia.
"Dominic, ¿qué fue eso?" preguntó Arianna, su voz baja y tensa.

"Caelus," respondió Dominic, con la voz áspera. Se dirigió rápidamente al armario, poniéndose sus botas y su ropa de combate. "No viene en cuatro meses. Mi lobo lo sintió. Está a días de marcha, quizás una semana. El Consejo Mayor fue inexacto; la locura le da velocidad, no lentitud."

"Eso no nos da tiempo suficiente para terminar el entrenamiento mental," dijo Arianna, sintiendo la adrenalina inundar su sistema, mezclada con la ternura protectora hacia el ser que crecía dentro de ella. "Tenemos que actuar ahora."

"El plan se mantiene, pero se adelanta," dijo Dominic, su mente Alpha ya calculando los ajustes. "Irás a la Caverna con Uriel de inmediato. Yo reuniré a Kael y a los guerreros. La defensa del Círculo comienza en veinticuatro horas."

Arianna lo detuvo con una mano firme. "Dominic, escúchame. Mi parte del plan requiere el link total con la Manada en el Círculo. Si me escondes, me convierto en una debilidad. Uriel me ha enseñado los rituales de protección. Confía en la fuerza de nuestro vínculo, y en la fuerza de nuestro hijo."

Dominic la miró, la duda y el amor luchando en sus ojos. Sabía que ella tenía razón. Ocultarla ahora fracturaría la conexión que era su arma principal. "De acuerdo. Pero no te moverás de la Piedra de la Luna. Y Kael no se separará de tu lado."

La Preparación de Último Momento
El resto del día fue una carrera contra el tiempo. El campamento de la manada se transformó de un centro de entrenamiento en un centro de comando.

Dominic supervisó personalmente a los guerreros, imbuyéndoles la estrategia y la calma. "No es una masacre; es una contención. Caelus no es solo un lobo; es una fuerza de la naturaleza. Usaremos la formación, la ley, y la fuerza combinada. La fuerza de su locura es la que lo derrotará."

Mientras tanto, Arianna y Uriel trabajaban en el Círculo de Juramentos.

"El ritual de protección para el Heredero debe ser tejido en las piedras," explicó Uriel, guiando a Arianna. "Debes proyectar la paz, la promesa de futuro. Esta luz chocará contra la sombra de Caelus."

Arianna se sentó en la Piedra de la Luna, sintiendo la energía ancestral vibrar a través de la roca. Se concentró, usando la respiración y la calma que Elara le había enseñado. Proyectó su amor por Dominic, el bienestar de su hijo, y la estabilidad que Caelus había perdido. Era un sentimiento abrumador, que se extendía a través del link a la manada, calmando la ansiedad de los lobos y fortaleciendo el espíritu de los guerreros.

Pero mientras Arianna proyectaba la calma, Dominic sentía la fragilidad del escudo. El miedo que él había intentado reprimir se colaba por el vínculo, y el lobo en él sentía la proximidad del Alfa Feral.

Dominic se reunió con Kael al atardecer, revisando la disposición final de los guerreros.

"La Luna es fuerte, Alfa," dijo Kael, con el rostro serio. "Su calma está anclando a toda la manada. Pero también sentimos tu temor."

"Es el miedo de un padre, Kael," admitió Dominic, frotándose los ojos con cansancio. "Si algo le sucede a ella, o al cachorro, el link se romperá. Si mi control se pierde en el combate, la manada caerá en el caos. Caelus cuenta con mi furia. Tengo que mantenerme sereno, no importa lo que él haga o diga."

Dominic caminó hacia el Círculo. Vio a Arianna en la Piedra de la Luna, una silueta poderosa bajo la luz de las antorchas. Su vientre, que él ahora sabía que albergaba a su heredero, era el centro de la estrategia. Era hermoso y aterrador.
Se acercó a ella, sus ojos fijos en los suyos. "Estamos listos. El escudo está activo. La Manada te protege, y tú nos proteges a nosotros. Pero si la situación se descontrola, Uriel tiene la orden de teletransportarte a la caverna. No hay debate."

"Lo entiendo, Dominic," respondió Arianna, tomando su mano. "Pero no se trata solo de sobrevivir. Se trata de ganar el derecho a nuestra eternidad. Y eso lo haremos juntos."

PV: Caelus, El Alfa Feral (El Avance Final)

Caelus olía el campamento. El aroma de la Manada Luna Creciente ya no era difuso; era concentrado, esperando. Y el olor a Mate y Cachorro era intensificado por la energía ritualística.

«Me están provocando. Usan a la hembra y a su descendencia como cebo. Una táctica primitiva, pero efectiva,» pensó Caelus, sintiendo una punzada de respeto a pesar de su locura. El joven Alfa no era tan ingenuo como él pensaba.

Caelus aceleró. Ahora estaba a solo unas horas de distancia. El link de la Manada Luna Creciente se sentía como una barrera, una pared de calma proyectada que intentaba sofocar su furia.

Pero en el centro de esa calma, Caelus percibió la falsedad. La estabilidad era artificial. Era la fuerza mental de la Luna, pero debajo de ella, había una capa de miedo que pertenecía al Alfa Joven.

—¡Dominic! ¡Sientes mi venida! ¡Sientes la Furia que se burla de tu amor!— Caelus proyectó la burla en el aire, una oleada de poder psíquico dirigida al territorio.

«Te enfrentaré en tu santuario, cachorro. Te mostraré que las cadenas del amor son más débiles que las cadenas de la soledad.»

La confrontación era inminente. El Alfa Feral se preparó. Ya no buscaba la tregua ni la negociación. Buscaba la aniquilación del futuro y el reclamo final de lo que el universo le había negado: el poder sin ataduras.




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