El Último Vínculo: La Luna de Oakhaven

Capítulo Treinta y Tres: El Combate en la Piedra de la Luna

PV: Arianna

El Círculo de Juramentos estaba iluminado por un anillo de antorchas, cuyas llamas se agitaban nerviosamente con la brisa nocturna. El aire se sentía pesado, no por la humedad, sino por el poder latente. Arianna estaba sentada en la Piedra de la Luna, la roca pulida que era el centro ceremonial de la Manada Luna Creciente. A su alrededor, la Manada estaba dispuesta en un círculo protector: los guerreros de élite de Kael formaban la primera línea, y detrás de ella, Kael y Uriel permanecían como sus custodios inmediatos.

Arianna estaba vestida con un grueso abrigo de piel, y bajo él, su mano se posaba protectoramente sobre su vientre. El embarazo era ahora su armadura. Uriel había grabado runas ancestrales en el borde de la Piedra de la Luna, un círculo de protección diseñado para canalizar la energía del Heredero.

Ella cerró los ojos y activó el link con la Manada, proyectando la calma que tanto había ensayado. Pero esta noche, la proyección era diferente. La rabia de Caelus, la Furia de la Eternidad, era un frío cortante que intentaba penetrar su escudo.

"Recuerda, Luna," susurró Uriel, su voz grave junto a su oído. "No lo detendrás con la fuerza. Lo detendrás con la realidad. Proyecta la paz de nuestro futuro."

Dominic estaba al frente, solo, de pie en la entrada del Círculo. Su figura era una silueta masiva, vestida solo con pantalones de combate, lista para la transformación. La calma que proyectaba hacia la Manada era artificial; Arianna podía sentir su terror absoluto por ella y el cachorro.

El silencio se rompió con el sonido. No fueron pasos, sino el crujir violento y continuo de la maleza aplastada, el sonido de una fuerza que ignoraba el respeto por la naturaleza.

Luego, apareció. Caelus.
No se había transformado en un lobo completo, sino en la aterradora forma híbrida: un gigante de casi tres metros, con una musculatura nudosa y grisácea, cubierto de cicatrices que brillaban bajo la luz de la luna. Su rostro era una máscara de furia, con ojos amarillos y brillantes, y colmillos expuestos.

Caelus se detuvo en el umbral del Círculo. Su mirada barrió la formación, ignorando a los guerreros, pasando por Kael y Uriel, hasta que se posó en Arianna y la Piedra de la Luna.

El Alfa Feral rugió, un sonido que sacudió la tierra y las antorchas.

"¡El cachorro! ¡El Legado que me ha sido negado!" gritó Caelus, su voz era un trueno que resonaba con el dolor y la envidia de los siglos.

"Este territorio está reclamado, Caelus," dijo Dominic, su voz, aunque fuerte, era apenas audible contra la rabia del Feral. "Esta es la Manada Luna Creciente. Yo soy su Alfa. ¡Retírate, o te someteré a la Ley!"

Caelus se rió, una risa áspera y seca. "La Ley es para los cachorros. ¿Tú, DankWolf? Eres una burla. Has esperado cinco siglos para caer en la trampa de un Mate humano. Ella te hará débil. Ella te hará dócil. ¡Yo tomaré tu territorio y destruiré el linaje que se me negó!"

Caelus dio un paso hacia el círculo. Los guerreros gruñeron, pero no se movieron, esperando la orden de Dominic.

El Confrontamiento del Vínculo
"No la tocarás," gruñó Dominic, y sin esperar, se transformó.
La transformación fue un relámpago de huesos que se rompían y músculos que crecían, pero Dominic mantuvo su forma de lobo más controlada, más ágil, con el pelaje oscuro como el carbón. Se abalanzó sobre Caelus.

El impacto fue demoledor. Dominic era rápido y fuerte, pero Caelus era una montaña de furia milenaria. Caelus atrapó a Dominic, lo levantó y lo lanzó contra una roca, el sonido de la carne impactando la piedra resonó en el círculo.

"¡Toda tu fuerza no es más que un lamento contra la Furia, cachorro!" gritó Caelus, acercándose a Dominic.

Arianna sintió la desesperación y el dolor de Dominic a través del vínculo. Era su momento.

Se concentró, poniendo sus manos sobre su vientre. No proyectó miedo, ni siquiera la fuerza de la rabia. Proyectó la paz. La absoluta certeza de la vida, del futuro, del amor anclado. La proyección fue un rayo de luz psíquica que golpeó a Caelus.
El Alfa Feral se detuvo, gimiendo, retrocediendo un paso. Sus ojos amarillos se dirigieron a Arianna.

"¡Cállate! ¡Esa paz es mentira!" gritó Caelus, aferrándose a su cabeza. El aroma del Heredero era una tortura para su mente rota.

"No es mentira, Caelus," dijo Arianna, su voz era suave pero amplificada por el ritual y el poder del lugar. "Yo soy su Mate, y él es mi Alfa. Hemos sellado nuestro destino, y llevamos nuestro legado. Tú no eres Feral por tu fuerza, sino por tu vacío."

Dominic, recuperándose rápidamente, se levantó. Su transformación se completó en la forma de lobo más grande y feroz. Vio la oportunidad.

"Mira mi Luna, Caelus," rugió Dominic, su voz era una combinación de gruñido y autoridad. "Ella te ofrece la prueba de lo que has perdido. No eres un guerrero; eres un fantasma."

Caelus se tambaleó, su furia se rompió por un instante. La verdad del vínculo de Dominic, proyectada por Arianna, era un dolor insoportable para su soledad.

Dominic atacó. Esta vez, su ataque fue más estratégico. Mordió el costado de Caelus, obligándolo a centrar su atención en el combate físico. Mientras Caelus se giraba para contraatacar, Dominic le aplicó la Ley del Sometimiento. Con un movimiento rápido, lo derribó y presionó su hocico contra la garganta del Feral, forzándolo a una postura de sumisión.

"¡La Ley te reclama, Caelus!" gruñó Dominic. "¡Tú estás en mi territorio! ¡Tú has atacado a mi Manada! ¡Y tú has amenazado a mi Luna! ¡Yo soy el Alfa, y te sometes, o te destruyo!"

Caelus luchó, pero la combinación del dolor físico, la humillación de ser dominado por un "cachorro" y el constante asalto psíquico de la paz de Arianna, rompió su voluntad. Con un gemido gutural, el Alfa Feral cedió. Su cuerpo se encogió, y cayó, derrotado.

El Círculo de Juramentos estalló en aullidos de victoria. Dominic se levantó, su forma temblaba por el esfuerzo, y corrió hacia Arianna, transformándose de nuevo en su forma humana antes de llegar a la Piedra de la Luna.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.