—Es extenso el contrato veo que se tardó mucho en hacerlo—dije con la mirada fija en él.
—¿Qué le hace pensar que yo lo hice?—replico totalmente serio el señor Markle y rodó un poco la silla hacia mí.
¡Joder! No sé por que mierdas dije eso ¿Cómo coño voy a saber quién hizo esto? Creo que la estupidez se está apoderando de mí "Pero ¡Vamos Cristina! Aunque no sepas respondele muy segura"
—Tal vez porque aquí dice ¡contrato especial! Significa que hay uno sólo y usted no parece el tipo de hombre que manda hacer un contrato especial con alguien más o me equivoco?
El señor Markle se para sutilmente y se sienta en la mesa del escritorio enfrente de mí con su mano me mete un mechón de cabello detrás de la oreja y me dice.—Además de hermosa muy inteligente, casi la mujer perfecta. —expresó con su tosca voz, se paró y camino hacia la puerta abriéndola.—Léalo con calma y me dice mañana a esta misma hora.—ordenó, a las 3 de la mañana con clima frio.
Lo mire fijamente.
—¡Cierre señor Markle! No necesito más tiempo, lo he leído completo y acepto. —Le dije afincándome en la mesa para firmar el contrato. Él se dirigió a sentarse de nuevo en su escritorio.
—¿Todo? ¿Segura?—Expreso sorprendido.
—Si señor Markle.—dije
—¿No le asusta ser una guardaespaldas sumisa?—preguntó para aclarar sus dudas.
—No señor— dije muy segura. Claro que me asusta pero no lo demostré quería que viera que hablaba con una mujer y no con una niña. Maldición! Estoy sintiendo la envidia de muchas mujeres sobre mí, sere la sumisa del multimillonario más cotizado, ¡Dios! ¡Que envidia!
Reí en mis adentros.
Y puede notar que él señor Markle estaba muy sorprendido de la manera en que tome las cosas. Su rostro decía mucho y una de ellas era que estaba contento.
—Tiene que estar consciente que correrá un grave peligro pero, satisfactorio señorita Fox. —Dijo
—Estoy consciente señor—le comente deslizando el contrato hacia él. Sólo necesito que me explique ¿Por qué yo? ¿Y...? ¿Por qué quiere que sea su sumisa? —continúe diciendo.
—Simple. Fui al velorio y vi cómo lloraba por la niña Lucy Mead, me hizo darme cuenta que usted es única además también porque usted posee una sensualidad irresistible señorita Fox y desde el primer momento me cautivo. Al principio la quería para guardaespaldas de relleno para poder observar toda su belleza, pero eso no funciono, mis deseos por usted son más intensos. Y lo de tener una sumisa es un sueño que siempre he querido realizar, no lo había hecho porque simplemente estaba esperando alguien cómo usted. —confesó.
¿Alguien como yo?
Escuchar eso hizo mi vagina extremecer, mis manos sudar y mi corazón a latir con mucha intensidad. —¿Se siente bien señorita Fox?—pregunto a notar que moria por él y ha no verme reaccionar. «Yo estaba bien, sólo ya me lo imaginaba azotándome.»
—Discúlpeme. Sólo que me dejo perpleja con lo que me dijo.—exprese al reaccionar.
— Descuide. Si no tiene más inquietudes sobre el contrato puede irse para comenzar mañana a desempeñarlo.—señaló la puerta.
No me quería ir aun quería seguir escuchando esa malvada y fria voz sexy que tiene pero ya no tenía más preguntas hasta que empece a caminar hacia la puerta que paso por mi mente la pregunta más importante—Señor Markle una última pregunta—dije volteando hacia él.
—Sí, señorita Fox.—dijo
—¿Cuál es ese peligro que usted corre? Lo pregunto para estar prevenida señor.—
— Cierto se nos olvido hablar de eso pero, ya es tarde señorita Cristina Fox. Descanse y mañana hablamos.—Expreso Markle señalándome de nuevo la puerta.
Respire hondo, baje la mirada y me fui a la habitación.