Él único en mí vida 1

Capítulo XXV

[...]

Cristina.

¡Está moto es genial! No. Pero nunca podrá superar a mi moto.—susurré. Al guardar la moto en el mismo lugar que la conseguí. No quería que Dylan se diera cuenta que la agarre, por eso deje todo como estaba.

Fue buena idea ir a ver a Adam. Ese vació que estaba en mi se había ido un poco. Ya estaba un poco más tranquila, con la mente despejada para así enfocarme en lo que de verdad importa. Sí, en mi boda. En mi boda con él chico más cotizado de Manhattan.

Suspiré. Sólo en pensar en ese día. Imagínate. Yo ahí caminado al altar lleno de rosas blancas y con Dylan esperándome al final para así sellar nuestro amor. Simplemente me llena de felicidad.

Caminaba hacia la entrada, pensando solo en una cosa: Que llegue el día rápido de la boda.

Abrí la puerta suplicando que Ashley no esté por ahí cerca.

No quería que Ashley me oyera entrar, es más no quería que se diera cuenta que salí.

Miré y no había nadie.—¡Yes!—murmuré feliz. Me deslice rápido y corría hacia las escaleras para subir a mi habitación y encerrarme hasta que llegara Dylan.

Cuando iba a pisar el primer escalón. Me congele a escuchar a alguien hablar a mi espalda.

—Veo que ya llegaste.—expresó Ashley.

Cerré los ojos, apreté fuerte mi mandíbula y voltee.

Quería ignorarla. Dios, lo deseaba tanto pero me prometí llevar la fiesta en paz con ella. Lo que sea por Dylan. —pensaba, mientras mis labios fingían una sonrisa.

—Sí. Es que estaba en el potrero. Visitando a Zeus.—dije

—Pero te veo un poco agitada y tu cabello esta desordenado.—dijo Ashley extrañada.

—¡Ah! ¡Sí! Lo que pasa es que... Monte a Zeus, di una vuelta por la mansión con él. Y ya sabes cuando uno monta a caballo el aire te pasa como huracán desordenándote todo—dije nerviosa. Mi voz temblaba un poco al hablar.

—Pará Cristina. No mientas más. Saliste de la mansión en una moto los de seguridad te vieron. La pregunta aquí es... ¿Dónde estabas?

—¡No te diré! Eso no es tu problema Ashley.—dije seca.

—Tienes mucha razón pero él de Dylan sí lo es. Y estoy completamente segura que mi querido primo no le gustara saber que saliste sola y menos en moto. Conociendo su nivel tan absurdo de proteger y dominar a las mujeres sé que enloquecerá cuando se entere. Y tú no quieres que se moleste contigo, cuando solo faltan seis días para la boda o ¿sí?—dijo Ashley irónica.

—Ok. Ok. Tú ganas. Te lo diré pero no le digas a Dylan nada —dije y respiré hondo. Ella asintió.—Fui... a mi casa en Nueva Jersey para buscar el vestido que mi madre uso el día de su boda, pero no lo conseguí.

Ashley me miró fijamente, y yo trataba de adivinar que decía su mirada pero fue imposible no transmitía nada.

Tenía mucho miedo, no quería que Dylan supiera que me fui a ver con Adam. Aunque él diga que ha superado ese tema, yo sé que aun no le agrada que Adam esté cerca de mí.

—No le dirás nada ¿Cierto?—volví a preguntar. Ella se quedo en silencio de nuevo. ¡Diablo, pagaría un millón de dólares para saber qué coño está pensando está mujer!

— ¡Descuida! No diré nada.—expresó Ashley luego de un par de minutos. Me emocione y la abrace.

—Gracias de verdad.—le susurré mientras la abrazaba.

—Está bien. —dijo Ashley alejándome un poco. — Solo te buscaba para decirte que ya están listas varias cosas de la boda.—siguió diciendo.

—¿En serio? —expresé impactada.

—Sí. Ya está listo el festejo, el banquete, la música y las invitaciones. Bueno... Solo falta enviar las invitaciones pero descuida que lo haré en la noche.

—¡Wow.! Eres grandiosa en esto. —expresé y ella sonrió.—¡Aguarda! Creo que ya llego Dylan.—dije al escuchar sonar la puerta del auto. —No se te olvide. No le digas nada.

Efectivamente era él, abrió la puerta mirando el teléfono y en su mano izquierda tenía una bolsa de Macdonald.

Siempre que lo miro despierta lo mejor en mí.

—¡Oh! Hola—expresó Dylan sorprendido al percatar que estábamos ahí.

—Hola—respondimos ambas al mismo tiempo.

—¿Que hacen ahí? Yo iba al despacho a terminar los pendientes.

—Eh...—dije y Ashley me interrumpió.

—Le estaba diciendo a Cristina, que ya tengo casi todo listo para la boda.—expresó Ashley.

No podía creer que Ashley me haya ayudado. No podía creer que haya cumplido su promesa. Sonreí. A lo mejor no es tan mala como pensé.

—Si amor. ¿No es grandioso? —dije acercándome a Dylan para abrazarlo.

—Sin duda pequeña.—expresó Dylan besando mi frente.—Pero... Tengo muchos pendientes ¡Y estoy agotado! Pero necesito terminarlos, iré al despacho hacerlo... Ustedes vayan acomodándose que ya va hacer la hora para la cena.—continuo diciendo.




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