El Universo En Tus Ojos

CAPÍTULO 4

Bogota, Colombia

 

 

PEDRO 

 

 

A mis 16, salí de mi casa a buscar fortuna, necesitaba poner en casillas mi vida. 

Fernando Kennedy, el drogadicto más temido en la ciudad, capaz de cualquier cosa por dinero para sus drogas, se casó con Elizabeth Rojas, una chica de familia prestigiosa señalada sospechosa en asuntos de desvío de dinero en varias empresas. Ellos son mis padres. 

Desde que tengo uso de razón,  los insultos y los golpes eran el pan de cada día. Mi madre nunca me defendió y siempre decía que al hombre de la casa había que obedecerle o me castigaria. 

Supongo que entre los acuerdos que mis abuelos hicieron para el matrimonio estaba el no meterse con ella, porque jamás lo vi insultarle ni tocarla. 

Era un pasado muy tormentoso que pese al tiempo corría más amenazaba con hacerme caer en él.

 

Ver a esa mujer era un destello de felicidad que no estaba permitido a dejar escapar, encontrar en sus ojos esa chispa de armonía hizo que cruzara el infinito encontrando el universo, ahí en esos dos pozos azules, debía cuidarla.

¿Tenía miedo? Claro que lo tenía, era algo que vivia en mi interior y se hacía más grande con el tiempo. 

Fuimos novios, amantes y locos durante 7 años, hasta que decidí que era el momento. En la fiesta de navidad que nunca faltaba en el barrio, le propuse matrimonio sin importar quien estuviera o no, fue el momento más hermoso de mi vida. La boda fue algo más íntimo, al igual que mi familia, la de ella no prestaba mucha atención a lo que hacía así que no estuvieron allí. 

Dos años después nació Antony, y el monstruo del pasado me acechaba tan intensamente que preferi alejarme de él. Trabajaba todo el día, llegaba a casa, cenaba con ellos para recordarle cuanto la amaba, después tomaba una ducha y me iba a descansar. 

Isabel empezó a recriminarme por eso, Antony tenía ya 6 años mas o menos y cuando entré a casa, me dijo que fuera a arroparlo. Como siempre le negaba eso, era una discusión inevitable, pero ese día perdí el control y la abofetee, me asusté tanto que salí corriendo lo más lejos posible. 

Siempre era lo mismo y pasaron los años y menos control tenía, Antony defendía a su madre desde esa vez que la insulté, y al final también perdí el control con él. 

Unos años después cuando Antony iba a cumplir sus 16 años, enfermó, y su madre lo cuidaba con tanta devoción como fuera posible. Llegué a casa esperando tener la cena lista pero al no encontrarla subí en busca de ella y la golpeé, hasta que había tanta sangre que pensé la había matado. 

Salí corriendo de allí, huir era lo único que podría salvarme, me cruce con un viejo amigo que, al verme ensangrentado, me obligó a contarle lo sucedido para luego internarme en un salón de su casa para recibir unas terapias para controlar los impulsos. 

Días después fui a casa a pedir perdón, Isabel no quería ni verme y Antony se alejaba de mi, me arrodillé frente a él y le pedí perdón,  al ver que no creía le mostré la tarjeta y le conté lo de las terapias, supe que no tenía nada más que hacer allí. Cuando salí encontré a Isabel, sabía que había escuchado por lo que lo único que hice fue pedirle perdón. 

 

Desapareci otras dos semanas para luego volver a casa, hice las pases con ellos, o eso pensaba yo, y las cosas iban bien. Isabel quedó embarazada otra vez luego de dos meses en casa, y fuimos un poco más Unidos los tres. Hasta el parto que se complicó.

No dejarían entrar a Antony en el hospital así que se quedó en casa, mientras Isabel y yo entrábamos a la sala de parto. 

El médico dijo que quizá el niño se había movido y por eso no estaba en la posición correcta, ella hacía su mayor esfuerzo, todo se complicó bastante y yo me asusté, no quería perder un hijo y pasó lo peor, le grité a Isabel que lo mataría si no hacía las cosas bien y entro entonces en un ataque de ansiedad. Tuvieron que sacarme de la sala, y recuerdo que me detuvo para decirme que "espero que no vayas a ir a la casa, no quiero encontrar un hijo golpeado mientras yo aquí no puedo hacer nada, me iré muy lejos donde no nos encuentres", no pude siquiera salir del hospital en los 3 días que estuvo en observación. 

 

Fueron días muy pesados, pero los superamos, continué con las terapias porque no quería arruinarlo, hice algunos regalos para ellos y los entregué ese día de "aniversario" como lo llamaron ellos. Ahí supe que era momento de ponerle fin a las terapias, y quedaría para volver luego si algo ocurría.

 

 

~~~~~~~~~~~

 

Todos deberíamos escuchar las versiones de cada uno de los involucrados ¿no creen? 

A veces no sabemos los motivos por los que una persona puede llegar a actuar de tal manera, sin justificar obviamente. 

 



#44807 en Novela romántica
#11567 en Joven Adulto

En el texto hay: peleas, celos, amor

Editado: 17.05.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.