Bogota, Colombia
JEREMIAS
Por fin se lo había contado, fueron muchos años viendo como Sofía la hacía sentir tan poca cosa y yo ahí, cumpliendo la promesa con Mariana. Debía esperar un poco más, era lo que me decía siempre.
Cuando Leila salió corriendo del almacén luego de contarle todo, me quedé allí, no estaba en condiciones de salir, así que decidí dormir.
Me dolía todo cuando me levanté, pero toda la tensión emocional que tenia desde que mi niña nació, había desaparecido, sólo quedaba esperar a que ella viniera a conversar de eso que tanto se había quedado pensando en la noche anterior.
Me contó que iba a empezar a estudiar, que mejoraría el almacén para tener más entrada económica, y me regaló la casa del lago. Allí íbamos mucho con Mariana antes de que quedara embarazada de un hijo de Raul, un embarazo que se complicó y no llegó a su término. Siempre me traía buenos recuerdos, por eso nació mi amor por ella, Raul cayó en depresión y estuvo mucho tiempo internado para controlarse, y yo permanecí con ella en esa casa. Después que Raul volvió, ella y yo nos vimos un par de veces más Hasta que quedó embarazada de Leila, nunca pude decirle a Raul que la hija no era de él, estaba demasiado enamorado de esa princesita y no quería que cometiera alguna locura si se lo contaba.
Estaba realmente feliz, después de tantos años, tantas mentiras y tantos secretos, mi niña me dijo "papá", mi felicidad ahora era completa.
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ANTONY
"Papá, debo irme, prometo no llegar tarde" le dije mientras me dirigía a la puerta.
"No olvides que la otra semana debes organizar más el tiempo, nada de citas inesperadas" él estaba muy entusiasmado con lo de mi beca y por eso insistía tanto.
"No te preocupes" me devolví y le di un beso en su frente "sólo será ésta semana, y para la próxima no será una cita inesperada" le di un guiño y salí, no podía llegar tarde a la primera cita, y menos si había pensado que quizá le fallaria.
Leila se encontraba con un hombre, parecia un amigo o algún familiar.
"Buenas tardes" dije cuando me acerqué a la estantería
"Hola Anto, él es mi papá" estreche su mano y él me sonrió "papá, él es el chico del que te hablé en la mañana" ¿ya había hablado de mi? No salía de mi asombro
"Espero que la cuides mucho, y por favor, no lleguen tarde" él hombre sonreía como si tuviera un calambre, parecía muy feliz.
Cuando llegamos a la cafetería pedimos nuestra orden y nos sentamos, pero ella parecía estar pensando en algo mucho más lejos del mundo real.
"¿Qué sucede?" Le dije cuando trajeron nuestros capuchinos "te ves muy lejos de tus pensamientos" intenté que me mirara pero ella no sólo me miró
"¿Cuantos años tienes? Quiero saber si puedes guardar un secreto" dijo sin ninguna pizca de duda en sus palabras.
"Tengo 17 años, y si se trata de secretos, soy una tumba." Le dije con gesto dramático para que soltara la tensión que tenía
"Tengo 16 años y anoche me entero que soy millonaria" me dijo en un susurro
"¿a Qué te refieres?" Yo estaba muy asombrado y al parecer se notaba en mi rostro porque ella sólo estalló en risas.
"Mis padres murieron en un accidente cuando yo tenía 10 años, me adopto una bruja llamada Sofía que me ha 'obligado'" dijo ella con un gesto de comillas con sus dedos "a conseguir un trabajo porque yo debo conseguir mis cosas por cuenta propia" yo la escuchaba muy atento, me estaba contando algo muy íntimo "don Jeremias me ofreció el trabajo y ha sido siempre muy bueno conmigo" yo estaba totalmente confundido, e intenté preguntar porque le decía papá a don Jeremias pero ella no me dejo "anoche él me entregó un sobre que contenía un testamento y una prueba de paternidad, tuvo un romance con mi madre y fruto de ese romance nací yo" suspiró como soltando todo el aire que intentaba contener dentro de sus pulmones "ahora puedes huir, si lo deseas" agachó su rostro.
"¿Porqué debería huir?" Le pregunté tomando su rostro para que me mirara "no pienso sentirme derrotado cuando me has contado algo tan íntimo" sus ojos empezaron a brillar nuevamente "preciosa, así me gusta verte, con tus ojos brillando como el sol" ella soltó una pequeña risita
"Dime que el pasado no importa, y atravesaria el mundo entero de tus manos sin pensarlo" ¿Qué había dicho? Esa mujer me traía loco.
"Mi padre nos golpeó a mi mamá y a mi durante muchos años, y un día cuando la vio casi muerta a mi lado prefirió huir, duró desaparecido una semana, y después volvió a pedir perdón. Tomó terapias y hoy en día tengo un hermanito hermoso, mi padre jamás volvió a golpearnos y aseguró que el dia que sienta que está cayendo, irá a terapias nuevamente" le solte de una vez "así que el pasado no importa preciosa, vi los ojos de tu padre brillar de emoción cuando dijiste que le habías hablado de mi" saqué mi celular y le mostré la foto que le tomé a mi pequeño saltamontes con el conjunto que le había comprado "él es el motivo por el que le doy gracias a Dios de permitir un cambio en mi papá" le tomé la mano "ahora ¿atravesamos el mundo entero?" Ella empezó a ponerse colorada y luego empezó a reír.
Pasamos un rato ahí conversando Hasta que empezó a oscurecer y fui a llevarla donde su padre.
"Antony, un gusto conocerte" dijo don Jeremias "por lo visto la pasaron muy bien. Que descanses" si, la pasamos muy bien
"Don Jeremias, yo digo lo mismo, un gusto poder conocerlo" le dije estrechando su mano "ya vi de donde sacó ella el color de sus ojos" si, él tenía los ojos grises también, un color precioso.
Llegue a casa y me tiré -literal- en el sofá y luego veo como mi mamá se queda mirándome