El universo en tus ojos.

Capítulo 9

A Oliver le hervía la sangre y escuchaba impactado la declaración de Ethan. No podía creer lo cínica que podría llegar a ser una persona.   

-Sólo terminaba mi jornada de trabajo y salía camino a mi casa; pasaba frente a la casa de los Lurck y escuché ruidos extraños y me acerqué a mirar. Supongo que Anastasia se asustó o algo así; llamo a Oliver y yo cometí el error de quedarme para intentar calmarla.  Cuando llegó Oliver no me quiso escuchar y me golpeó hasta dejarme así.  – señaló su cara.   

-¿Fue un malentendido? – pregunto el policía novato, intentando parecer duro de roer.   

-Si. Eso. Pero quiero demandar a Oliver Dircov por agresión completamente innecesaria.   

Oliver quiso golpearlo una vez más; sus nudillos le dolían de tener las manos tan apretadas, quiso gritar, Y en su lugar sacó el celular de su bolsillo de un solo tirón y lo arrojó sobre la mesa que los dividía a Ethan y a Oliver de los policías.   

Casi rompe el celular en el proceso, Pero gracias a Dios aún funcionaba.   

-Miren los registros – rugió – no hay ninguna llamada allí.   

El policía observo su molestia en silencio y tomó el celular de Oliver. Reviso el historial y confirmo que efectivamente la última llamada recibida en ese celular había sido de hace una semana.   

-Pudo haber borrado los archivos. – refutó Ethan.   

-¡Revisen el celular de Annie! – exclamó el castaño.   

-También pudo haber borrado los archivos – volvió a refutar.   

Era sin duda una pelea de nunca acabar, Oliver sacaba buenas defensas, pero Ethan tenía argumentos sólidos, entonces Ethan, cansado de tanto jugueteo, recordó una pregunta que podía usar, y esa no era una mentira; de hecho, hasta ese momento ni el mismo entendía o concluía con la respuesta.   

-Si Anastasia no te llamó; ¿qué ibas a hacer a la casa de los Lurck a las 2 de la mañana?   

Oliver trago fuerte y maldijo mentalmente; si se atrevía a mencionar que podía hablar con un tigre sería su fin. Ethan quedaría como el verosímil y Oliver como el loco.   

-…quería ver como estaba ella – comenzó a de decir – sé que no le gusta quedarse sola, así que creí que podría estar asustada.   

-Lo más normal sería que le hubieras hecho compañía desde más temprano – le dijo el policía novato, más cuestionándolo que otra cosa.   

-Si, eso sería lo más normal - masculló Oliver; y es que ya no sabía cómo defenderse.   

Ambos policías se miraron un poco dudosos. El novato estaba casi seguro de que Oliver era el culpable; el veterano estaba casi seguro de que era inocente.   

Además; una demanda caía sobre los hombros de Oliver, Ethan lo estaba culpando de agresión “innecesaria” cuando Oliver pensaba que lo único innecesario era el nacimiento de Ethan.   

-Traeremos a la señorita Lurck para que declare junto a ustedes a ver si allí cambia su historia. – dijo el novato, convencido de que en algún momento la historia de Annie y la de Oliver tendrían que dejar de coincidir; pues estaba seguro de que Ethan era la victima allí.   

Ethan si era la víctima en todo caso, pero la víctima de los 999 ganchos derechos de Oliver.   

Esto hacia parecer a Oliver completamente culpable, pero aun así el castaño sentía satisfacción cada vez que veía la nariz rota de Ethan, o los labios y cejas partidas, o los moratones en mentón. En fin; la cara de Ethan era un asco y eso a Oliver le encantaba.   

El policía novato salió de la habitación dejándolos solos junto con el veterano. Este último los miro a ambos y se centró particularmente en Ethan. Lo observo un par de segundos y luego se decidió por hablar.   

-¿estás diciendo la verdad?   

-Completamente – afirmó Ethan sin una gota de duda en su voz.   

Oliver estaba seriamente impactado con la naturalidad con la que mentía; no entendía como una persona podía hacer daño y luego excusarse sin remordimientos.   

Antes de que Oliver pudiera refutar, la puerta se abrió, dando pasó a el policía novato junto con una friolenta Annie.   

Ella llevaba puesto el abrigo que Oliver había cogido vagamente antes de salir a casa de Annie hecho una bala. Y es que cuando los policías llegaron a la casa Lurck por todo el alboroto que habían causado, ni siquiera le permitieron a Annie cambiarse su pijama, dándole como única opción ponerse el abrigo de Oliver para no congelarse.   

Ella tomó asiento del otro lado de la mesa como se lo indicó el novato, y una vez que ambos estuvieron sentados, comenzaron a preguntar.   

Los policías los habían ubicado de tal manera en que Annie quedará en medio de Oliver e Ethan. Claro que Oliver enredó su pie a la pata de la silla y la halo más cerca de él, más que todo para alejarla de Ethan. Aunque este último tomó la silla de Annie por el asiento y la halo más hacia él, hasta que quedará en medio nuevamente.   

-Basta – dijo el veterano, tratando de acabar con el duelo de miradas de ambos chicos.   

Claro que Annie se veía comprensiblemente incomoda y asustada. De hecho, el veterano se compadecía un poco ella, Le recordaba a su pequeña hija que lo esperaba en la casa, Y al pensar en eso no podía evitar querer aprender a Ethan por lo que sea que le haya hecho a Annie.   



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En el texto hay: comedia, clases sociales, romance

Editado: 17.10.2021

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