El universo en tus ojos.

Epílogo

Oliver y Annie se miraban nerviosos, lo suficiente para creer que estaban a punto de dar el examen de sus vidas, y es que tal vez no fuera un examen, pero si que cambiaría su manera de vivir por completo.   

Tal vez eso no era tan malo.   

-¿escucharon lo que dije? – preguntó la señora Lurck tratando de no sonreír con empatía por sus caritas contrariadas.   

-Estas… ¿estás diciendo lo que creo que estás diciendo?  

 - Si, cariño.   

Oliver tragó saliva inexistente y la miró un poco preocupado.   

-¿de verdad?   

-No es motivo de alegría – les dijo la señora Lurck. - Una muerte es penosa, de verdad. Pero ya que tu abuela falleció y no dejó en su testamento ningún acuerdo matrimonial para ti, significa que pueden romper su compromiso con libertad.   

La señora Lurck les sonrió a los dos.   

-Esto es increíble – le dijo Annie. - ¿no tengo que casarme?   

-No, mi niña.   

-¿soy libre?   

-Así es.   

Oliver sonrió más que enternecido al ver el rostro atónito de su novia.   

-Hay una cosa más – les dijo la señora Lurck borrando su sonrisa – ya hablé con tu mamá, Oli, dice que es genial… y bueno, el siguiente mes ya tienes que regresar a casa.   

-¿Qué? – preguntó Annie.   

-Pues ya lo saben, el plan inicial era que se casaran y entonces tu irías a vivir con la familia de Oliver para que tengan una vida legalmente correcta y la abuela no nos pudiera demandar ni nada… pero ahora que no es así, Oliver tiene que regresar solo, a terminar su último semestre.   

Annie miró a Oliver en busca de afirmación y sintió como su corazón de apretujaba cuando el castaño asintió, confirmándole que todo era cierto.   

-Ya no… ya no tenemos que estar juntos – por fin reaccionó Annie.   

-No quiere decir que dejemos de hablarnos – se apresuró a decir él – pero si que estaremos lejos algún tiempo.   

-Entonces… ¿vas a volver?   

-O podrías ir tú.   

La señora Lurck los miró con pesar, le dolía ver como ellos buscaban algo que no los separase así por así, y sus ojitos afligidos le estrujaban el alma.   

-Vamos, que aún pueden ser. – les dijo – ahora tenemos que ir al juzgado a romper el compromiso.   

-Es cierto – reaccionó Oliver – nos comprometimos legalmente para poder enviar los papeles a tu abuela.   

-Entonces si no firmamos la separación…   

-Seguimos comprometidos – le afirmó él   

La señora Lurck abrió los ojos de par en par, un poco asustada de lo que sea que los dos jovencitos estuvieran maquinando en su cabeza al mirarse con complicidad.   

-Esperen, esperen – les pidió ella – ustedes van a romper su compromiso. lo harán, ¿no?   

Annie y Oliver la miraron y segundos después volvieron a verse entre sí. Ambos estaban pensando lo mismo y eso quizá era una locura, debían romper el compromiso, también debían estar juntos, debían separarse, pero también debían casarse.   

La señora Lurck estaba intentando convencerse de al final ellos verían que lo mejor era terminar su compromiso y seguir con sus vidas.   

Seguramente lo harían.   

¿o no?   



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En el texto hay: comedia, clases sociales, romance

Editado: 17.10.2021

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