El Universo Prohibido: Tu Destino No Lo Puedes Cambiar

Prólogo

Ubicación: En Algún Lugar Dentro Del Gran Templo Sagrado

Año: 2034

Orwald, inmóvil; observa que la Diosa Sayoko se ha retirado sin prestarle mucha atención, desea saber los secretos que oculta el ser supremo, por lo que se dirige hacia una nueva ubicación desconocida dentro del Gran Templo Sagrado.

Es la primera vez en su vida que milagrosamente, la Diosa le permite deambular libremente por el Gran Templo Sagrado, aunque pensándolo bien; algo extraño acaba de suceder con ella, ya que su presencia ha desaparecido de forma extraña. Una oportunidad que el gran pintor aprovecha para descubrir nuevos secretos.

«De todas las bibliotecas existentes de todos los universos que guardan bastante información con respecto a todos los seres y criaturas, solo existen dos bastante prohibidas, aunque realmente la mayoría de los dioses se fijan en una »,piensa Orwald no prestando atención a su alrededor mientras que avanza por un extraño pasillo—; «Los escritos dicen que la Gran Biblioteca espacio tiempo y el Gran Templo Sagrado, fueron creados por el supremo creador definitivo del norte o pudiésemos decir: Tsubaki o Gran maestro como la mayoría se dirige hacia él ». Dándose cuenta que entra a una extraña habitación de dimensiones inimaginables e infinitas que posee millones de estantes de madera con pergaminos y libros a sus lados, pero bastante lejos—; «Ambos edificios son casi similares, detalle que el supremo creador definitivo del norte, decidió enviar a Hastur y a Azathot al cuidado de la Gran Biblioteca, por ahora, pero este lugar… ».

Callándose para darse cuenta que a lo lejos se encuentran dos grandes estatuas de piedra que miden un poco más de diez metros de altura en medio de un gran puente dentro del edificio. Pudiendo identificar que una estatua tiene forma de minotauro y la otra tiene forma de un dragón guerrero. Ambos bastante fornidos, ya que su armadura ha sido bastante bien elaborada y detallada, lográndose apreciar que la estatua del guerrero minotauro carga una gran espada y el guerrero draconiano carga una gran lanza. Ambas armas elaboradas de piedra completamente.

Logrando observar Orwald que ambos guardianes protegen dicha entrada hacia esa extraña habitación, decidiendo él dirigirse hacia un lado del puente para darse cuenta que abajo existe un gran agujero negro. Siendo esto bastante sospechoso para él, ya que dicho agujero no posee absolutamente nada de fuerza gravitacional, aunque ya se da la idea de que es para evitar que los intrusos puedan volar para evitar a los guardianes.

—Un gran agujero, maldita sea —anuncia en voz baja Orwald, decidiendo dirigir su mirada hacia su alrededor para darse cuenta que los grandes estantes de madera se encuentran bastante lejos. Situación que es bastante difícil para cualquier criatura—. Si pudiera volar.

Invocando su diario para seguidamente arrojarlo hacia los estantes, pero se da cuenta que un extraño fuego desciende del agujero para consumir su diario en cuestión de segundos.

—¡Vaya, realmente es imposible! —grita Orwald, dándose cuenta que la seguridad del lugar es bastante fuerte e imposible de atravesar.

«¿Qué habrá al otro lado de esos guardianes? »,inquiere Orwald mentalmente, decidiendo acercarse hacia ambos guardianes; lentamente.

Pudiendo ver Orwald que el gran minotauro dirige su espada contra el suelo con una agilidad impresionante en señal de que no puede seguir avanzando.

Quedándose callado  Orwald por el momento, ya que sabe que ambas estatuas son bastante poderosas y ha recibido el primer aviso.

«Por algo, el supremo creador definitivo del norte no entregó este edificio a todos los dioses como la gran biblioteca, algunos trataron de convencerlo, pero sus intentos fueron en vano. Es por eso que la mayoría de los dioses ya no mencionan este lugar, aunque todos saben que si él decide desaparecer la gran biblioteca o cambiar alguna estructura de esta; no pueden hacer nada, ya que es su creación », medita Orwald, desapareciendo misteriosamente del lugar para aparecer atrás de ambas estatuas, aunque de forma extraña ambas estatuas no reaccionan (*).

«Tengo una gran maldición, aunque por ahora es una gran ventaja », piensa Orwald, alejándose de dichas estatuas para entrar a la extraña habitación.

Comenzando una fuerte luz a iluminar todo a su alrededor de forma extraña en ese momento, pero de forma extraña… Una silueta de una extraña niña se muestra cerca de las grandes estatuas.

Volteando hacia la dirección de la silueta de la extraña niña hacia la dirección de Orwald sin mencionar nada para desaparecer segundos después.

—Así que Orwald acaba de desafiar las leyes Ancestrales, jejeje. No importa —suena la voz de una extraña mujer de forma misteriosa, agregando—. Se acerca la hora y dentro de poco tiempo… Tsubaki cumplirá con su palabra.

 

Notas de referencia:

(*): La Senda De la Venganza, capítulo 43: Encuentro entre Orwald Y Los Dioses Del Universo Nyberg.




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