Por cada rayo de luz que resaltó en este laberinto con un solo camino.
Por cada Luna que visitaba todos los universos que me cree contigo.
Por cada estrella caída de ese cristal verde.
Enamorada del colapso que aparecía cuando te vi.
Por el agujero negro que se formó cada vez que te tocaba.
Por cada Venus estampado.
Me quede sorda por querer oír solo tú voz.
Y me quede ciega al querer verte.
Desaparecí en la inexistencia por querer algo.
Enloqueciendo con cada rasguño de saliva seca.
Callándome la voz a la fuerza, cayendo con seguridad entre tus brazos. Sintiendo con atención tu piel, sabor y olor.
Para poder crear un clon imaginario que me cuide cuando tú no estás.
No me digas que me quieres, pero hazme sentir que ese día llego.