CAPITULO IV: Bajo El Mismo Cielo.

El destino parecía empeñado en unir los caminos de Martín y Laura una vez más. Después de varios encuentros casuales en la ciudad, finalmente decidieron reunirse para conversar sobre el pasado y el presente en un lugar significativo para ambos: el parque donde solían pasear juntos durante los días más felices de su relación.

Bajo el mismo cielo que una vez había sido testigo de su amor, Martín y Laura se sentaron en un banco, enfrentándose a sus emociones con valentía y vulnerabilidad. Compartieron risas nerviosas y miradas cargadas de significado, reconociendo el peso de los recuerdos que compartían.

A lo largo de la conversación, exploraron las razones detrás de su separación y el impacto que había tenido en sus vidas. Hablaron sobre los sueños que habían compartido, las promesas que se habían hecho y cómo el tiempo y la distancia habían desgastado poco a poco los lazos que los unían.

Sin embargo, a pesar del dolor del pasado, Martín y Laura encontraron consuelo en el hecho de que seguían sintiendo una conexión especial el uno con el otro. A medida que la noche caía sobre el parque, se dieron cuenta de que el tiempo no podía borrar los sentimientos que habían compartido, ni tampoco podía predecir lo que el futuro les deparaba.

Bajo el mismo cielo estrellado que una vez los había visto enamorados, Martín y Laura se abrieron el uno al otro, dispuestos a explorar las posibilidades que el destino tenía reservadas para ellos. Aunque el camino hacia la reconciliación sería difícil, sabían que juntos podrían enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en su camino.