El Velo De La Rosa

Capitulo 16: Entre Risitas y Secretos

Los pasillos de la mansión estaban silenciosos y sombríos, pero justo en ese momento el ambiente se llenó de una chispa inesperada.

Anna caminaba con paso firme, aun cargando el peso de la jornada, cuando casi chocó con una figura conocida.

—¡Ah, la señorita Anna! —exclamó el mayordomo, una sonrisa pícara dibujada en el rostro—. Veo que el amor al fin le llegó a usted.

Anna se detuvo en seco, sintiendo cómo un calor inmediato le subía por el cuello y le encendía las mejillas. A su lado, Eliana soltó una risita apenas contenida, que rápidamente se convirtió en una pequeña carcajada.

—¡Eliana! —la regañó Anna con los ojos entrecerrados—. ¿No puedes ser un poco más discreta?

Eliana solo le lanzó una mirada traviesa y se tapó la boca para ocultar la sonrisa.

El mayordomo, contagiado por la escena, soltó una risa profunda que resonó en el pasillo.

—Ah, estas jóvenes... —dijo divertido—. Siempre igual. Pero debo admitir que hacía mucho que no veía a la señorita Anna tan... colorada.

Anna cruzó los brazos, fingiendo molestia, aunque la sonrisa no se le escapaba del todo.

—Ya basta, ustedes dos. No es para tanto.

Eliana se acercó y susurró con una sonrisa burlona:

—Pero lo es, créeme.

El mayordomo se despidió con un gesto cómplice y se alejó dejando atrás un aire de calidez y bromas.

Anna, todavía sonrojada, miró a Eliana con una mezcla de reproche y diversión.

—¿Por qué siempre me haces quedar así? —preguntó en voz baja.

—Porque es divertido verte tan humana —respondió Eliana con una sonrisa que iluminó el pasillo.

Anna negó con la cabeza, pero su risa escapó sin que pudiera contenerla.




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