La ciudad de Plata

La batalla se intensificará a cada segundo, los demonios atacaban con todo lo que tenían a las poderosas valkirias, las criaturas doradas luchaban contra los reapers, mientras que los espíritus, los arcangeles y los humanos se enfrentaban a los no muertos invocados por los dioses, en ese instante observé un círculo mágico, el poder que acumulaba dejaba al descubierto que los dioses planeaban descender, tome mi arco y disparé, las valkirias al darse cuenta de la flecha intentaron ponerse en medio para detenerla con sus propios cuerpos, pero mi flecha fue más rápido y golpeó a uno de los cristales, el círculo mágico explotó dejando en su lugar a una valkiria mucho más grande que las demás

"Aparecio" comentó Proserpina "Señora de la justicia es un honor verla" dijo Proserpina mientras materializada sus espadas, extendió sus alas y a gran velocidad se abalanzó sobre sobre la reina de las valkirias, la reina levantó su escudo, pero Proserpina lo destruyó con facilidad, las Arcontes ingresaron en ese momento al campo de batalla, aunque las valkirias eran poderosas, no podían contra un número superior, la victoria de los señores demonios era segura, lamentablemente mi felicidad terminó rápido, el olor a carne quemada se esparció por todos lados, los volcanes de todo el continente que entraron en erupción estaba quemando todo a su paso, los barcos que intentaban escapar eran destruidos por rocas volcánicas y los supervivientes eran devorados por las serpientes marinas, mientras lamentaba tantas pérdidas, mi propia alma estaba protegiendo y guiando a todos al abyss

"Hermanos, acabemos con estos niños de una vez" en cuanto esa voz se escuchó por todo el continente, una gran explosión arrasó con todo, como método de defensa, mi alma me llevó al umbral de las almas, aquí estaba a salvo, pero el dolor era intenso, estaba sintiendo la muerte de miles de almas, el umbral frente a mi cambio y ahora mostraba el reino divino, Proserpina y las Arcontes aparecieron junto a mi

"Los dioses asesinaron toda forma de vida en el continente, pensaron que ganarían, pero estaban equivocados, lamentablemente sus muertes me fortalecieron a mi, mis hijas y yo acabaremos con esto de raíz ¿vienes conmigo?" Pregunto mientras me extendía la mano, con seguridad, tome la mano de Proserpina y cruzamos el umbral, en cuanto llegamos al otro lado, nos encontramos con un enorme camino de oro, en cuanto me acerque al borde, pude observar el gran continente, todo estaba cubierto de un color rojo brillante, me alejé del borde y observé las otras islas, a través de ellas corrían ríos de agua cristalina, siguiendo el camino se pidió observar la ciudad de plata, toda la luz del reino divino provenía de aquí "Nos están esperando"

"Una mortal en nuestros dominios, eso no se ha visto desde la creación" comentó una voz femenina

"Hermana, una simple e insignificante mortal nos ha causado muchos problemas ¿cómo quieres vengarte?"

"Hermano, creo que no tuviste suficiente tiempo con ella, después de que sufra, será toda tuya" comentó otra voz femenina mientras se reía

"Primero tendrán que derrotarnos a nosotras" comentó Proserpina mientras extendía sus alas y se preparaba para luchar, sus hijas hicieron lo mismo, todas comenzamos a caminar por el camino hasta ingresar a la ciudad, las almas se colocaban en las ventanas y nos observaban, Proserpina tomaba algunas de sus plumas y las lanzaba hacia las almas, ellas tomaban las plumas y desaparecían "Sus almas estarán a salvo, las envié al abyss" en poco tiempo llegamos a un puente colgante una isla más pequeña flotaba en medio de la ciudad cuatro puentes en forma de cadena las cuales mantenían la isla atada a la principal, en cuanto llegamos a la isla, nos encontramos con los seis dioses.

"Bienvenidas a nuestra morada ¿les gustaría beber algo?", pregunto una de las diosas

"Sus muertes, eso es lo que queremos" comentó Proserpina y se abalanzó contra los dioses, ellos se defendieron, pero Proserpina resultó tener más fuerza que ellos

"No es posible, te derrotamos múltiples veces"

"Cada alma asesinada por ustedes me otorgo su fuerza, las almas que libere de aquí también me otorgaron su poder y lo utilizare para derrotarlos" comentó Proserpina mientras clavaba sus espadas