El verano en que inicio todo

Capítulo 1

“Habla con el violín. Escucha su armonía y contéstale. Se acercará a ti. Lo está deseando, y yo también”.

~El síndrome de Motzard (2003).

Mi pasatiempo favorito es tocar violín, desde que tengo 10 años, me enseñe a tocarlo gracias a mis padres, está de más decir que mi madre es escritora, no es famosa, es decir, escribe para su familia, ella ama su trabajo así como yo la adoro a ella y mi padre es violinista, él es mi mentor en la música desde siempre.

—Llegas 15 minutos tarde a tu escuela sino dejas de mirar ese instrumento como si fuera un premio Novel—se burló mi mamá—vamos Adelaida.

—Sabes que no puedo evitarlo, es como si tú vieras tus libros.

—Es distinto—contestó—porque yo creo los libros y tu creas música con ayuda del violín.

—A veces creo que fui adoptada madre, somos tan distintas—bufe divertida al ver su reacción.

—Eres mi hija de sangre, te lleve por 9 meses en mi barriga, soportando la necesidad de comida que creabas cada 15 minutos, que heredó de mí la imaginación inalcanzable y de su padre el amor por la música.

— ¿What? Quizás por eso mi estómago tiene alzheimer, a cada rato olvida que ya comimos.

—Son las 08:30 am, ya estas llegando tarde otra vez—indicó checando la hora en su móvil y finalizando la conversación.

Salí corriendo a prisas directo a la escuela olvidando así mi violín, el profesor de música iba a matarme por cuarta vez, creo que ya di a entender que no soy responsable. El profesor Mario ya me había dado tres oportunidades por dejar mi instrumento, no creo que la cuarta sea la vencida, supongo que me inventaré una excusa para tal error. Agitada por la corrida entre sin pedir permiso ignorando las miradas de mis compañeros e inclusive al mismo maestro, estudiaba en una de las mejores universidades de música, donde la responsabilidad era uno de los primordiales valores que el profesor me aclaro un sin fin de veces, sin embargo, siempre ocurría lo mismo.

— ¿Cuál es su excusa esta vez señorita?—cuestiono directo—no me diga que tiene la culpa Nemo o que su perro se lo comió.

Me estaba muriendo de vergüenza internamente, llegué con las esperanzas de que no mencionara aquellas justificaciones que brinde las primeras dos ocasiones, al menos no dijo nada de la tercera, esa si fue demasiado extraña.

— ¿Acaso cree que es mi culpa que el violín tuviera pies y saliera corriendo?—interesante respuesta, pensé dándome un golpe mentalmente.

—Usted parece no tener solución—negó con la cabeza cruzado de brazos—lamento decirle señorita Adelaida que el día de hoy deberá retirarse de la clase.

— ¿Por qué?—interrogué tímida.

—Ya le di tres oportunidades, lo cual ha sido milagro, bien sabe que a nadie le doy tales oportunidades—contestó exasperado.

— ¿Y si me da otra oportunidad?—negó nuevamente señalando la puerta—bueno adiós, si al rato ve en las noticias que encontraron a una joven de 17 años muerta espero no ser yo—dramatice llanto—hasta nunca mundo cruel.

— ¡Pido ser la titular del testamento!—alcance a distinguir la voz burlona de mi mejor amiga Beatriz.

Esa chica es juguetona, es mi amiga desde hace cinco años y decir que fue la primera que fuese un ser humano, si me explico, antes solo hablaba con animales o seres imaginarios, inclusive mis padres creyeron que de grande debía estar en un manicomio, pero cuando conocieron a Bea su forma de pensar cambio, ella fue su esperanza. Aunque a veces me pregunto qué habría pasado si nunca la hubiera conocido.

Iba saliendo del edificio principal, decidiendo a donde ir, ya que mi casa era aburrida a estas horas, estaría sola, ya que mi padre se va a trabajar al igual que mi mamá, entonces mi bello teléfono timbro un par de veces.

El lado positivo es que solo queda tres días de clases y después vienen las vacaciones de verano.

Mensaje de Bea.

Es aburrida la clase sin tu presencia :"( te extraño best friend forever (bff) y mi guitarra extraña a tu violín, supongo que hoy no seremos el dúo perfecto. :(
El maestro se puso a cantar otra vez "libre soy" de Frozen creo que me dejará sorda.... Espero me lleves chocolate al funeral de mis odios D:

Me comencé a reír a carcajadas, atrayendo la mirada de una niña que iba del otro lado de la calle saltando. Le sonreí para luego seguir caminando, pero alcance a escuchar como grito algo.



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En el texto hay: romance, musica violin

Editado: 09.10.2019

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