El Vestido de Novia

Oscuridad

— No se lo pediré — al ver la mirada de susto de su madre — no me encontrarán, seré libre por fin.

— Parzt, no puedes hacer esto.

— ¿Me acusarás con el señor del castillo?

— Nunca lo haría, pero eso te costará la vida, te descubrirán.

— Está bien mamá, no me iré — le mintió, arriesgaría lo que fuera por estar con su amada, incluso si eso significaba morir.

— Por favor, entiende, es por tu bien, nunca nadie ha escapado del señor, no quiero que mueras.

— Lo entiendo, tranquila.

Dos semanas antes de la fecha de la boda, ella decidió hacer algo especial, si lo que planeaban no funcionaba, no quería que ese tipo fuera el primero en su vida.

— Ya llevé las vituallas a las cavernas, ahora solo me falta algo de ropa — la vio muy nerviosa — ¿Qué pasa?

— Es que yo... — se le acercó, lo besó, pero está vez sus manos se dirigen hacia el pantalón del joven.

— No... — jadeó Parzt— no antes que lleguemos a nuestro nuevo hogar, allá consagraremos nuestro amor, y seremos esposos ante Dios. Nunca antes de eso.

— Hagámoslo ahora — la joven sacó de su relicario el hilo en forma de anillo — ten — rieron.

— Con este anillo te desposo ante Dios — el joven se lo colocó en el dedo meñique a la muchacha.

— Te acepto por mi voluntad, ante Dios — se besaron — confió totalmente en ti.

El joven ya no siguió oponiéndose, ella se acomodó en la hierba, cerró los ojos avergonzada cuando él le levantó la falda y sintió que se bajó los pantalones.

— ¿Estás segura de esto?

— Sí.

— Entonces mírame.

A pesar de su vergüenza Harceg abrió los ojos, se veía tan bello, fue muy delicado al romper su virginidad, luego siempre trato de que ella disfrutará.

Cuando terminaron dormitaron un poco, por eso el amanecer los pilló en ese lugar, tuvieron que correr para llegar al castillo antes que la "despertarán" para vestirla y que se reuniera con su familia.

— ¿Qué pasó con su ropa mi Lady? — preguntó Dajka al ver algunas pequeñas manchas de sangre en su falda.

— Me golpeé, y me sangró el muslo, pero ya estoy bien.

— Mi Lady — dijo preocupada.

— ¿Qué pasa Nana? — trataba de mantener la calma ante la mirada de la otra mujer.

— Nada.

Un día antes de su matrimonio era cuando planeaban huir, como todos estarían inmersos en los preparativos, sería más fácil, la joven se atrasó un poco, se le perdió el hilo que usaron de anillo para casarse, cuando fin lo encontró e iba a salir de su habitación escuchó gritos, se encerró, todos los soldados pasaron corriendo hacia un sector del muro. Luego de unos minutos entró su nana.

— Mi Lady, le traigo malas noticias, descubrieron un ladrón a las afueras del muro, lo mataron, era su amigo Partz.

— No puede ser — la joven cayó desesperada al piso.

— Él estaba por entrar a robar... o algo peor — la miró fijamente — ¿O iba a repetir lo que ya hizo?

— Que le importa.

— Por favor, diga que iba escapando luego de... así se salvará... como su tía.

— No mancharé su recuerdo con esa mentira.

— Yo lo diré entonces.

— Si abre esa boca, aseguraré que sabía todo y no hizo nada para detenerme.

— Pero mi Lady...

— DÉJEME SOLA.

— Solo quiero evitar que...

— VÁYASE.

Toda la noche la pasó despierta, ya no le importaba nada, apenas comió, era como si todo lo viera a través de un velo de dolor, lo que vivía le parecía tan irreal, hasta que llegó el momento del matrimonio, pero Harceg no se dio cuenta de nada.

La ceremonia se llevó a cabo, el obispo del lugar los casó, a nadie le importó que ella no respondiera a las preguntas que se le hicieron, era solo una formalidad, ya cuando la fiesta terminó y solo quedaron los familiares más cercanos de los novios, la joven reaccionó, tomó un cuchillo que escondió en su ropa. Su novio la tomó del brazo y la llevó a la habitación, a pesar de los forcejeos de la jovencita la tiró a la cama, ella se defendió, pateó, trato de morderlo, arañarle la cara.

— No tienes porqué comportarte así, eres mi esposa, ahora me perteneces, solo quiero reclamar mi propiedad — sonrió perversamente.

— No quiero que me toques, eres un viejo asqueroso — sacó el cuchillo, y lo trató de herir.

El hombre ya fastidiado le pegó una cachetada y le quitó el arma.

— Será divertido domarte, esposa querida.

A pesar de su lucha, él la sometió, la penetró sin piedad, el grito de la jovencita se escuchó en todo el lugar, al acabar se dio cuenta que no era virgen, la tiró al suelo y a grandes gritos llamó a todos.

— ¿Qué clase de crapulosos son? — rugió furioso.

— ¿Qué pasa? — el padre entró muy molesto a la habitación de los recién casados.

La madre, asustada, abrazó a la joven y la hizo ponerse de pie.

— Ella no era virgen.

— Retráctese, nuestra hermana ha sido criada en un convento, nunca se le ha acercado nadie que no sea de la familia... a no ser usted... — refutó con furia contenida uno de los dos hermanos de Harceg.

— ¿Qué insinúa? — preguntó molesto el novio.

— Si está deshonrada es por usted.

— Nunca le había tocado un cabello.

— Di la verdad hija — el padre se dirigió hacia la joven — eras virgen, y él, luego de tenerte está mintiendo porque quiere que le devolvamos su dote, por eso invento esa infamia contra ti.

La novia no levantó la vista del suelo.

— Entonces es verdad — dijo el hombre mordiendo las palabras al hablarle a su hija.

— Lo hice por amor, no para tener más poder y dinero.

El hermano que había estado callado, se le acercó y le dio una cachetada que la tiró de nuevo al suelo.

— ¿QUIEN FUE? Hay que matarlo.

— Ya lo hicieron ayer — dijo Harceg con odio en la voz.

— Lo lamento mucho Sir Ur, puede llevarse la dote, y disculpe el incidente, ahora nosotros nos haremos cargo.



#2039 en Paranormal

En el texto hay: angustia, honor, temor

Editado: 17.06.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.