Capitulo 1. La partida.

Era de esperarse que tomare una decision así, mis padres siempre tuvieron miedo, por eso me complacían con todo lo que quisiera. Yo sentía que no era porque temían a perderme, mi hermano... el era como yo, tenían miedo de que terminara como el.

Pero yo era muy astuta, ¿crees que lo decidí de un día para otro? esto llevaba meses, años, ya yo estaba destinada a irme.

Mi hogar nunca fue malo, y en el transcurso aprendí cosas que podría poner en practica por el largo viaje. Lo que si me lamento es por mi hermanita menor, a pocos días de nacer. Mis padres se pondrán muy mal y espero que no afecte a la pobre molly, molly si un día sabes de mi historia quiero que sepas que siempre quise una hermanita.

Retomando la historia, mi cuarto no tenia ventanas, cuya anécdota contare después, pero la del baño si tenia y quedaba al fondo en todo el pasillo, al frente de su cuarto. Mi primer plan fue irme por la puerta, eso fue hace cinco años cuando creía que mis padres no escucharían el crujir de la puerta, con el tiempo me di cuenta que tenían una alarma por si entraba y salia alguien en la noche. Días y días busque el monitor de la alarma, pero mis padres eran muy bueno escondiendo las cosas, tanto así que a veces no lo volvían a ver mas en su vida.

Lo mas difícil fue recoger mis cosas sin que notaran que me iría, mi madre tenia una obsession por tener las cosas ordenadas e iba cada tres días a mi cuarto a ver si lo tenia todo en su puesto, no me quejo de nada, eso me enseño a ser ordenada en mis cosas, también en mi plan para escaparme.

La única solución fue conseguir ropa en otros sitios y todo lo guardaba en una caja detrás de mi armario donde mi madre no se atrevía a pasar por claustrofobia.

Mis padre salieron de cita el día en que planee irme, mientras ellos se divertían yo hablaba con mi prima por teléfono sobre mis vacaciones de verano, en realidad no quería hablar con ella pero era parte del plan. No quería que mis padres me llamaran a cada rato y la única forma era hablar con mi prima, ellos sabían que si no respondía el teléfono era porque hablaba con ella. Esto lo hice por años, todo para que cuando llegara el momento no se extrañaran si no respondía, se sentirían seguros, y se acostumbraran a tenerlo en buzón el día de mi partida. No fue fácil hacer esto, muchas veces mi prima no estaba al otro lado del teléfono, a veces era mi profesora o cualquier persona para distraer a mis padres.

Estaba emocionada, por fin se cumpliría lo que estuve organizando por años, tome mi mochila y guarde el dinero ahorrado, el mapa, comida y algún juego por si me aburría.

Aquel día, me cepille mas temprano y ya a las doce en punto estaba lista. La llamada de mi prima fue algo corta, pero luego llame a mi compañera de salon que nunca deja de hablar y le dije que me hablara de sus problemas, cuando alguien le dice eso nunca para. Tome mi mochila y camine decidida por los pasillos de mi casa, me adentre al baño, el cual estaba reluciente, me mire en el espejo y acomode unos mechones que salían de mi gorra, luego me apoye en la bañera y empuje con todas mis fuerzas saliendo disparada del baño y cayendo en el pasto del jardín sin cortar.

Desde allí pude ver mi cuarto y el cuarto de mis padres, todo oscuro y silencioso, pase nota mentalmente de que debían poner en mi casa ventanas mas grandes si me quería escapar de nuevo.

Mire hacia atrás antes de irme y vi la ventana, o bueno, lo que fue de una ventana, mis padres lo taparon el día en que mi hermano murió, un frenético sentimiento en ellos los llego a temer, aun si sabia que yo era muy tímida para desarrollar planes como el. Pero mírame ahora, grande y ya fuera de casa, soy idéntica a el...

No volví la mirada hacia atrás, y seguí adelante a mi futuro incierto. Espero y no me extrañen porque en mi mente no estaba planeado regresar.