Comienza el viaje. Estamos en un bosque. Habladurías sobre alguien llamado “la parca”.
Comienza el viaje. Estamos en un bosque. Habladurías sobre alguien llamado “la parca”.
¿Athos, no conoces nada? Tampoco yo, y soy humana. –
Belu.
- Señor Athos..¿Qué camino es éste?
- A decir verdad…- miró a todos lados desorientado – estaba completamente perdido – Si seguimos directo podríamos encontrar alguna ruta.
- Señor Athos – Medité en ello – ¿Creo? – Y no sabía que decir ante mi ignorancia – no parece que se vea una ruta por este rumbo.
A Nuestro alrededor solo se encontraba una tupida selva ambientada con manglares. Habíamos salido del campamento con dos caballos y un equipo, y en el trayecto sobre pasamos toda una llanura que bordeaba cerca de un rio que no tenía fin. Luego descendimos una ladera hasta llegar aquí en donde el suelo se mueve. Hicimos una parada. Athos me pidió que aguardara. Me costó mucho cabalgar ya que nunca lo había hecho, por lo que viajaba detrás de él. Descendió y se trasladó por detrás de unos arbustos que tapaban la visibilidad.
- ¿A ver? Aquí está todo, donde lo había dejado perdido por la tortura corporal que tuve que soportar – Se dijo, y recogió el equipo – ¡¡Mi libro!! – Se tornó en un instante de felicidad por ello y lo guardó en su chaqueta. –
Al volver noté que tenía otro bolso, aunque no pregunté nada por ello. No quería serle una molestia. -
Ya está pasado el atardecer con un sol, color purpura y naranja. – Deberíamos para aquí y pensar
- Bueno..Es lo que estaba por decir - Expuse. – ahora que estaba fuera del extinto campamento, me sentía a gusto de decir y hacer lo que gustase. Podría aprovechar el tiempo. Incluso mi cuerpo se sentía liberado y no presentía el temor. El estar con Athos en algún sentido me calmaba. No tenía esos ataques de ansiedad.
- Voy a buscar un poco de leña – para encender el fuego – ¡Hará frio! – Athos trataba de asimilar todo el espacio alrededor y en un avistamiento veía que cerca de la orilla se movía lo podría ser algo grande. En un santiamén metió la mano en el agua, y atravesó un gran pez que intentó escapar sin éxito. Al solo minuto flotaba en el agua muerto.
Volvió a la hora, mientras intentaba armar una tienda de campaña. Nunca lo había hecho y esa falta de experiencia me llevaría al fracaso. Cuando Athos me vió entre las cuerdas y telas se echó a reír.
- ¡je! ¡Je! Es muy gracioso - ¡ja! – Perdona no quise ser grosero.
- ¿eh? Mmmm …- No hay problema – refunfuñé un poco y luego sonreí mirando al suelo – Era divertido que se riera de mi de esta manera tan sana. Todo es un experimento.
Él comenzó a cocinar. Creía que por su extraña manera de actuar solo comía carne cruda de alguna criatura, pero me sorprendió. Preparó todo minuciosamente sin problemas. Encendió el fuego y luego lanzaba los leños de las maderas secas de ramas de árboles.
Yo me senté a su lado y miraba como actuaba. Aún me debía muchas explicaciones y todo lo sucedido en el campamento que solo era ruinas. En su manera de actuar, Athos es muy silencioso y calmado. A veces es caballero y atento. Recuerdo las ropas, los cobijos. Mi pregunta más importante es ¿por qué estoy viva y así? ¿Eres un brujo? – Me preguntaba en cuanto chispeaba el fuego de las brasas y en las varillas se cocinaban los pescados. ¿Y por qué decidiste llevarme contigo? Una pregunta se vinculaba a la otra con un fin. No indagaré su pasado. Eso no tiene sentido. ¿Pero quién eres realmente?
A veces nombras otro mundo. Yo siquiera conozco este suelo. Y tampoco por ello soy de ayuda.
Ahora el me mira frunciendo el ceño.
- ……¿? ¿Pasa algo?
- Ehh? ¡je! ¡je! – Me reí con muecas por los nervios - ¡je! ¡je! No, no..- movía las manos negando del susto -.
- ¿Qué le pasa a esta humana? ¡¡¿Al menor intento, quiere desnudarse y tener sexo?!! - ¿Qué humana extraña? – ¿O será una ninfa? ¿No? ¿O tal vez un súcubo de esos que entran en los sueños de las casas de reserva del centro en el inframundo? Naa…es una humana - Se dijo internamente en sus pensamientos cavales e imaginarios, frunciendo más el ceño – Se supone que es un acto pasional y todo un rito de fetiches..¿Bueno? Eso es para mí tribu – Se dijo, mientras lo miraba con interrogantes y Athos se distraía con los ojos reluciendo al cielo. -
- ¡Es qué!..¡es..qué!
- ¿Si…mnnm?
- ¡¡Siento que no puedo hacer nada..solo sirvo para acostarme con las personas y hacer.. Ya sabes – Y junté los dedos con cierta vergüenza de querer desnudarme. Era una costumbre tal que con ello evitaba los golpes, y el fastidio de los gritos vejatorios de los esclavistas mercenarios. Era eso y lavar platos y limpiar con una escoba. No me deseaban para nada que no fueran actividades del burdel. Decían que solo era una tonta sin remedio cuyo cuerpo era menos de la categoría de lo normal.
- ¡Descuida! Hacer un fuego o cocinar, no es algo que se aprende de inmediato.
- De acuerdo – pero no.. – Y quise quitarme el atuendo y desnudar la parte de arriba para él. Era lo único que sabia y podía darle. Quería ser de ayuda.
- ¡pye!! Oye!! No es necesario – se sintió con vergüenza
- ¿Eh? Pero los hombres quieren eso –
- No siempre.
- ¡P-perdon! – Clavé la vista al suelo
- No te preocupes. Olvídate de tu pasado.
- Yo, yo..quiero serte útil.
- Lo eres..
- ¿En serio? ..¿¿?? … - ¿En que soy útil? Otra nueva pregunta me hacía a mí misma. – Pero tú hiciste la tienda, el fuego, trajiste la comida y la estas preparando. –
- Te enseñaré..¿Que no lo sabes?
- Es que nunca hice nada más que tener relaciones con los hombres y barrer y baldear pisos. Lavar platos.
- ¿Qué clase de vida llevan los humanos?
- ¿Por qué dices los humanos? ¿..Acaso no eres…?– Pregunté
- ¡Olvídalo! Te enseñaré a pescar, encender fuego, y otras técnicas de supervivencia. – Al decirlo dejo caer de su chaqueta un libro
- ¿Eh? ¿Y eso?
- Es un libro
- Si – claro – Me dije. – claro que sé que es un libro - Expresé para mí misma –