El Viaje de Roma

Capítulo 12

Desperté de un brinco y miré a mi alrededor. Estaba en mi habitación, aún totalmente a oscuras. El reloj de mi buró marcaba las 6:47 am. ¿Todo fue un sueño? Tristeza y decepción se instalaron en mi pecho- se había sentido tan real…

No es cierto, estoy bromeando con ustedes.

Entiendo, lo siento- no dio risa. Mejor continúo.

Era un lunes por la mañana. Estaba recién levantada, lista para alistarme y salir rumbo al trabajo. Ah claro, lo que pasó el domingo fue totalmente real. Demasiado real. Tan real, que había pasado el resto del domingo considerando qué hacer con esa tarjeta que había recibido. Okey, usarla era claramente la respuesta. Pero no sabía cuándo. Es decir, si enviaba uno de mis escritos ese mismo día, iba a ser una falta de respeto. ¿Por qué? No tenía idea, pero así era como lo sentía. No quería que pensara que estaba aprovechándome de su amabilidad. Además, era domingo. Y bueno, no sé qué piensen ustedes, pero atender cosas de trabajo en domingo es horrible. Lo sé, todo esto sonaba a excusas. Por un lado era cierto, pero por el otro no lo eran. De cualquier forma, decidí no enviar nada- ese día. Porque por supuesto que lo iba a hacer… eventualmente. Solo estaba agarrando un poco de coraje. Es decir, no quería enviarle algo malo, ¿saben? ¿Qué tal si no le gustaba? Tal como había dicho Elena. Todo un caos. Y no quería que él pensara eso también.

Y da un miedo que te cagas, por supuesto. Pero, ¿si te puedo dar un consejo? Recordé sus palabras. No dejes de hacer las cosas por miedo al resultado. Porque los posibles resultados son infinitos- y esta vida, una.

Eso me bastó para salir de la cama de un brinco y sentarme en la silla de mi escritorio. Abrí la computadora, lista y dispuesta a mandar el primer draft de mi libro.

-Ay, por favor.- Suspiré. Mi computadora se había quedado sin batería. Me levanté de la silla para ir en busca del cargador, pero el sonido de mi celular me detuvo a medio andar.

-¿Sí?- Era Iván. Se preguntarán, ¿por qué le contestaste a Iván? Tenías cosas más importantes que hacer en ese momento. Tengo que admitir que a pesar de la intensidad de Iván por conquistarme, nunca me llamaba a menos de que fuera estrictamente necesario, es decir, relacionado al trabajo.

-Roma.- Sonaba un poco… ¿agitado? -¿Ya vienes de camino al trabajo?

-Eh…- Voleé a verme en el espejo de la sala. Esa pijama de bebé Yoda había sido la mejor compra de mi vida. -No, aún no.

-Pues deberías.- Fruncí el ceño confundida, mientras Iván hacía una pausa antes de seguir. -Algo me dice que nos vamos a quedar en la calle tú, yo, y todo Énfasis.- Dijo en voz baja, y mi corazón dio un vuelco.

-Voy para allá.

Me puse ropa decente, me lavé los dientes, tomé una fruta para el camino, agarré las llaves de mi departamento y salí rumbo al trabajo.



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En el texto hay: comedia, romance, drama

Editado: 15.09.2025

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