Muchos años, cafés, ansiedad, dolor de espalda, páginas en blanco, lágrimas, desesperación, y felicidad después; terminé mi primer libro.
Y no me queda más que agradecer a todas las personas a quienes admiro, y amo con todo mi corazón.
Sobra decir quiénes son, porque ya lo saben.
Gracias por siempre caminar a lado mío.