El villano quiere la corona.

VII: Magnus regocijado.

Todos esos días me sentí frustrado, no quería ver a nadie, temía en ver el rostro de decepción por parte del duque, ni siquiera se animaron a dirigirme la palabra cuando tuvieron oportunidad, ¿acaso Reginald estaba en lo cierto? Tengo miedo de ver a Joseph, era muy probable en que estuviera molesto conmigo por no ir a su ceremonia en la que daría su palabra y juramento de caballero hacia el reino de Athia. Ni siquiera los soldados de su majestad fueron capaces de hallar a Charlotte, de seguro que ya debió salir del reino junto a su amado.

Fueron cuatro días del que solo Lucian me hablaba, no debí descuidarme, no debí confiar en su palabra. Miraba el anillo que ella me otorgó, se sentía como un simple accesorio, ya no me sentí digno de nada. ¿De verdad quiero que maten a alguien que lo único que hizo fue escapar con alguien de forma consensuada? Estoy seguro de que el rey Nefisto debe estar abrumado por la huida de su hija, tal vez incluso niegue en que ella haya hecho eso.

Trataba de distraerme de mi derrota siguiendo con mis proyectos y negocios, no me reuní con nadie, de seguro que todos los nobles sienten lástima por mí, de seguro que hablan mal de Charlotte a las espaldas del rey. Una parte de mí también la culpaba, la otra parte me decía que todo era mi culpa.

Traté de ser un poco optimista, aunque se me era complicado en esas circunstancias, no te preocupes Magnus, podrás cumplir tu proyecto, olvida la corona, me lo decía una y otra vez, mi corazón se siente dolido. Los que están a mi alrededor dicen que estoy haciendo algo bueno, pero mi mente dice que soy egoísta, mi obsesión con la corona tenía un poco de egocentrismo por parte mía, quería probarle al duque que un simple niño que recogió de las calles podía ser rey.

Escuché el golpeteo de mi puerta, doy el permiso de que pase, me sorprende saber de que no se trata de Lucian. Frente a mí, se encontraba Joseph con su traje de caballero, tragué en seco, tenía tantos nervios de su enojo por la falta a mi palabra de no asistir a su ceremonia.

ㅡBuenas tardes, amo Magnus ㅡsus palabras las noto un poco distantes y eso hace que me sienta mucho peorㅡ. Parece que no era mentira en que se encontraba deprimido.

ㅡPensé que no querías verme.

ㅡ¿Yo? Fui yo el que pensé en que no querías verme ㅡ. El silencio no se hizo esperar. No me siento muy bienㅡ. Pareces no haber dormido mucho.

ㅡLamento no haber podido ir a tu ceremonia, es todo culpa mía y de mi negligencia, no hay excusa ante mi falta, no te culpo si decides despreciarme.

Escuché el ruidoso suspiro de Joseph.

ㅡMi ceremonia ya no tiene importancia, menos mal que no asististe, Tobías se embriagó y comenzó a pelearse con todo lo que se movía, ahora está siendo juzgado por mi padre ante su falta.

Mi presión se aligeró y me sentí un poco anonadado por lo que había dicho.

ㅡ¿No estás molesto conmigo?

ㅡAdmito de que lo estaba al principio, luego fue un alivio por lo de Tobías, era muy probable en que hubieras sido tú el herido en vez de Lycaon ㅡ. ¿Acaso trataba de ponerme de buen humor? ㅡ No te deprimas por lo que ha pasado, ¿quieres convertirte en rey para ayudar a los demás o quieres ayudar a los demás y convertirte en rey?

ㅡEs la primera vez que dices algo tan profundo. ㅡSonreí con un poco de vacilación, pero me parece muy bueno el argumento―. No dejaré el proyecto.

ㅡ¿No importa si no tienes los exuberantes ingresos de un rey?

ㅡNo importa si no tengo lo exuberantes ingresos de un rey ㅡ, me será difícil renunciar a ese sueño, pero supongo que puedo seguir haciendo algo buenoㅡ. Gracias por venir, Joseph.

ㅡNo es por nada. Ahora sí hablemos del tema más importante. ㅡPosó sus palmas en mi escritorio y parecía haber adoptado una imagen seria, no dejé de sonreír porque sé cómo es élㅡ. ¿Cómo me veo con mi nuevo uniforme?

ㅡMuy sexy.

ㅡMe alegra escuchar eso.

Me siento un poco más ligero, aunque tengo algo de peso que quiero abandonar en ese mismo instante, quiero sentirme mucho más liviano.

ㅡNecesito hacer algo en este momento, ¿cómo quieres que te recompense, mi estimado caballero?

Parecía quedarse pensativo.

ㅡYa me has dado mucho, debería de ser mi turno esta vez.

ㅡ¿Entonces no planeas visitarme esta noche?

ㅡNo cierres tu ventana.

 

[…]

 

Me sentí un poco nervioso, me quedé mirando la puerta del despacho de mi padre, toqué antes de recibir permiso de entrar, el despacho era mucho más grande que el mío, no debería de extrañarme, se trataba del lugar de trabajo del duque después de todo. Me miró con extrañeza, nunca antes había entrado a su despacho.

Todo parecía ser un concurso de miradas, ¿qué tenía que hacer? No sé por dónde comenzar.

ㅡQue sorpresa tenerte en mi despacho, supongo que quieres hablar conmigo, ¿no es así?

Me desmoroné, literalmente me puse de rodillas en ese instante, pude saber el asombro que tenía el duque en ese momento, solté las palabras que tenía que soltar:

ㅡLo lamento. Lamento no poder levantar el apellido de esta familia, quería demostrar mi agradecimiento ante ustedes, porque se convirtieron en mis padres, se convirtieron en los padres de un niño de manos sucias, ruego por su perdón.

Escuché el movimiento de su silla y sus pasos que se acercan a mí, el silencio me parece eterno y me pone cada vez más nervioso. Escuché su fuerte y rasposa voz en medio de mi algarabía mental.

ㅡLevántate. Un Ivanov no se arrodilla ante nadie, ni siquiera al frente del rey.

Obedecí ante su orden y me puse de pie, tengo que bajar un poco la mirada para poder tener contacto visual con él, por un momento, me siento reprendido.

ㅡNo es culpa tuya en que lady Charlotte haya escapado, no vale la pena sufrir por eso. Ya levantaste nuestro apellido, no necesito en que te conviertas en rey para demostrar tu gratitud. Eres un Ivanov y no dejarás de serlo.




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