El Violinista

Capitulo 2

el primer encuentro

- A los pasajeros con destino a Washington D.C favor de pasar a abordar el vuelo despegara en breve – me levanto de la silla donde me encuentro tomo mi mochila de mano y mi abrigo.

 Después de que llegue al aeropuerto de Alabama me había encargado de pasar las maletas para poder abordar. Me dirijo al andén paso por la esa cosita que detecta metales y luego a un pasillo donde se alcanza a ver a lo lejos la puerta del avión. Sigo caminando, miro por la ventana y encuentro otros aviones de diferentes  aerolíneas. Al llegar a la puerta del avión veo a una azafata le entrego mi boleto, esta me indica el pasillo de mi asiento camino hasta él y me siento. Después de unos minutos más de abordar cierran la puerta y la azafata se encarga de dar las indicaciones para un posible accidente.

 Saco  mi teléfono de la pequeña mochila junto con los audífonos abro la aplicación de música escojo una canción de Alan Walker, me acomodo lo más que puedo en el asiento y me quedo dormida.

  Escucho una breve melodía, se siente tan suave, como si el que la tocara fuera el que vivera los sentimientos en carne propia pero de repente cesa y ahora veo a una… ¿niña? Está sentada en el piso con un vestido completamente blanco, pero no alcanzo a ver su cara porque esta de espaldas a mí, avanzo cautelosamente así ella, veo que su cabello es completamente negro, bajo la mirada hacia su vestido, está lleno de sangre al igual que sus manos, su mirada se encuentra con la mía y veo sus ojos, son completamente negro sin pupila… solo hay negro un estremecimiento me recorre.

-sálvalo- se escucha de repente volteo a ver a todos lados intentando ver de donde proviene aquella voz, pero no veo más que oscuridad.

-sálvalo Christine, solo tú puedes salvarlo- ¿salvar qué? Pienso.

-ayúdalo, libéralo, rescátalo, no dejes que te arrastre- sigue la voz pero ahora se escuchan más de una como si fuera una cantico o un coro

-¡¿salvar que?!- grito pero mi voz se ve amortiguado por las otras, las voces siguen y repiten lo mismo sálvalo, ayúdalo, no dejes que te arrastre…

-¡¿Qué me arrastre quién?!- sigo gritando, pero de repente todo su vuelve silencioso las voces paran y la niña se levanta lentamente, veo que tiene un cuchillo en su mano derecha, se acerca a mí y antes de que pueda hacer algo lo clava en mi pecho.

Despierto de golpe sintiendo mi corazón latir muy fuerte, veo a los dos lados, todo sigue igual toco mi frente  -Tranquila- pienso recargo mi cabeza en el asiento y respiro profundamente, saco mi celular de la bolsa de mi chamarra lo prendo 5:02 pm marca la hora, lo desbloqueo reviso las notificaciones de mis redes sociales y luego la apago recargo mi cabeza en la ventana y admiro el sol de media tarde, y así vuelvo a caer dormida pero sin volver a ver a aquella niña    

2 horas después

Siento como alguien mueve levemente mi hombro, comienzo a abrir lentamente mis ojos, encontrándome con la gran sonrisa de una azafata

-señorita le pido por favor que se coloque el cinturón de seguridad estamos a minutos de aterrizar- dice la azafata para luego alejarse al otro lado del avión tomo mi cinturón y lo abrocho, mientras comienzo a guardar mis pertenencias en la pequeña mochila.

Después del aterrizaje baje tome mis maletas de la zona de equipaje, y camine hacia la salida, respire profundamente, por fin había llegado a la “capital de los asesinatos” de Estados Unidos, Washington D.C, y pensar que por ser la capital del país no habría nada raro o extraño, equivocado muy equivocado cuando comencé a estudiar criminología e investigábamos la tasa de asesinatos de los diferentes estados del país Washington me llamo mucho la atención no solo porque tiene el congreso, o sus monumentos  me llama la atención porque en esta ciudad  han ocurrido muchos asesinatos hasta matanzas y realmente me gustaría llegar a resolver uno ¡vamos! De 633,736 habitantes aunque sea uno debe ser asesino no por nada vine a aquí ¿o sí?, no lo creo.

Camino a la esquina del aeropuerto ahí me subo a un camión que me llevaría al centro de la ciudad para poder hospedarme y luego buscar un pequeño departamento ya después buscaría una casa.

Después de un pequeño viaje en camión y una exhaustiva búsqueda en google por un hotel logre encontrar el perfecto, se ubicaba enfrente de un pequeño parque asi que comencé a caminar siendo guiada por el GPS, miraba todo a mi alrededor Washington era un estado muy bonito, se sentía el ambiente de ciudad que no duerme, locales de comida, autos transitando la avenida, y tiendas de ropa seguí mi  recorrido cuando faltaban menos de tres cuadras para llegar saque de mi bolsa los audífonos los conecte y busque algo de mi agrado me fije en el pequeño parque que había, se encontraban  niños y sus padres en él.  Preguntándome que hubiera pasado si mi padre no hubiera muerto ¿él hubiera aceptado esto? Que me fuera de casa y dejarlos a los dos y si hubiera sido yo o mi madre a la que hubieran atacado, retire los audífonos de mis oídos, seguí absorta en mis pensamientos hasta que sentí como chocaba contra algo o… alguien, levante mi vista encontrándome con unos profundos ojos azules. Me aleje lentamente y recorrí con mi  mirada a aquella persona, era alto bastante alto me llevaba una cabeza y media su cabello era de un café oscuro como el chocolate  su piel era pálida como la de la porcelana sus pómulos remarcados dándole esa mirada que decía “no te metas conmigo”  traía un abrigo largo y negro una pequeña bufanda colgando de su garganta.




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