—Día once estando encerrados en este lugar. Apuesto a que es más acogedor que estar allá afuera, pero es un sótano y, muy pronto se nos van a acabar los suministros y la energía... traté de hallar una cura desde acá. Intenté de todas las maneras que pude pero aún no encuentro la solución. Estoy a un ochenta y nueve por ciento de concluir que es imposible sin el virus encontrarlo ya que a cada paso estos bichos evolucionan como nunca antes lo había previsto, y no podemos atrapar a ninguno para los experimentos. Por suerte, Funsiztik está entendiendo nuestra situación y nuestro intento. Es la primera vez que lo veo tan preocupado aunque es obvio porque tiene una familia a la que cuidar. Espero poder encontrarlo porque muy pronto tendremos que intentar salir y eso también es casi imposible porque ellos están en todos lados.
Pero bueno... Ahora empieza un día más en el fantástico mundo de los zombies... y éste es mi primer reporte sobre cómo va evolucionando cada caso...– Apaga la cámara Marcos y luego sale de la mini oficina que creó en ese sótano que mencionó anteriormente y entra a un mini laboratorio el cual hace sus experimentos para encontrar la cura –... Bien, intentemos con la prueba D4—
—Sí señor...— Le dice uno de los ayudantes que pudo salvarse con ellos al encerrarse en ese lugar.
*DÍAS ANTES*
Gran parte de la casa sigue derrumbándose con el fuego. En ese momento sale de repente Roberto mientras tiene en sus brazos a Enzo, los demás se acercan a ayudarlos.
—¿Y los otros?— Pregunta Súcare mientras lo mira a los ojos a Roberto.
—Benja murió, Diego y María no sé, Jonh los está buscando— Le responde con algo de lágrimas. De repente reacciona también ella y corre rápido a entrar a la casa.
—¡Sú no!, no entres, ¡es muy peligroso!— Le dice en ese momento Agustina pero ella la ignora.
—¡Estoy muy enojado y el motivo sos vos!— Comenta enojado desde adentro de la casa Sebastián mientras lo señala con la daga a Jonathan. Él sin saber cómo responderle, explica lo que le sale en el momento.
—¡Lo mismo digo de vos!... ¡Mi enojo también es culpa tuya!, ¡Fué idea tuya en darme ese puto virus!, ¡Es tu culpa de que estemos acá!—
—... Lo sé, pero no era tan difícil cuidarlo. ¿Qué pasó?, eso es lo que no sé, hasta un niño de cinco años pudo haberlo cuidado mejor que vos— Le responde Sebastián.
—Entonces debiste darle a ese niño en vez de a mí— De repente llega Súcare.
—Jonh, ¿qué pasa?— Le pregunta mientras lo ve sólo a él.
—¿Su?, ¿Qué hacés acá?— Pregunta Jonh al verla.
—Es que...— Pára de hablar al ver los cuerpos de Diego y María mientras de fondo se lo ve a Sebastián. Se sorprende aún más al verlo. No le salen palabras, sólo asombro.
—Tenemos que salir de acá— Proclama Jonh mientras apoya su mano sobre la espalda de ella para apurarla e irse de allí.
—No, no se van a ir— Le responde Sebastián desde su lugar, Jonh lo mira y ve que se hace invisible.
—¡Corré, ahora! – Le grita a Súcare y empiezan a correr, de repente salen de la casa y Jonh cierra la puerta mientras les grita también a los demás que corran – ¡Corran!—
—¿Qué pasa?— Pregunta Agustina y de repente sale volando la puerta el cual había cerrado Jonh. De repente deja de hacerse invisible Sebastián.
—¡¿Pero qué mierda es eso?!— Pregunta Santiago mientras empiezan a correr todos.
Jonh también lo hace pero de repente tropieza y se cae. Mira hacia atrás y lo vé a Sebastián acercarse a él...
—¡Quiero de vuelta mi virus Jonathan!— Le grita mientras lo agarra de los pies y lo arroja más de diez metros en los alrededores de la casa que de a poco se incendia aún más. Se le acerca otra vez, lo está por agarrar de nuevo pero justo en ese momento escuchan un tiro que llega desde atrás de Sebastián, las balas rápidamente se incrustan sobre él y lo vuela por un segundo hasta caerse medio metro lejos de Jonh que mira quién había disparado y fué Roberto con la escopeta de Súcare.
Se levanta Jonathan y corre hacia su amigo para huir de ese lugar.
—Vamos, en cualquier momento se va a levantar—
—¿Cómo sabés eso? ¿Y por qué te dijo esas cosas? ¿De qué virus habla?— Le pregunta Roberto.
—Es una larga historia, después les cuento— Le responde Jonathan. Llegan al frente de la casa y se encuentran a los demás ya preparados para ir de ahí en la misma camioneta en el cual llegaron. Se suben y Santiago acelera todo lo que puede.
—¿Qué carajo era eso?— Se preguntaba también Luciana mientras los demás siguen nerviosos y el chico Enzo llora en los brazos esta vez de Agustina.
—¿Y mis papás?— De repente pregunta al darse cuenta de que ya se estaban alejando de ese lugar sin ellos.
—Perdón Enzo, pero no pudieron salir de la casa— Le responde Súcare mientras intentaba no lastimarlo aún más pero sintiendo que tenía que decirle la verdad.
—¿Qué?... noooo— Se pone a llorar aún más al recibir esa noticia.
—¿Y ahora dónde vamos?— Pregunta Agustina mientras lo abraza otra vez al niño para tranquilizarlo.
Editado: 04.06.2024