Mi amiga

Danica

Rosa está acostada en su cama. No está dormida pero supongo que no quiere hablar con nadie. Ella tiene el teléfono en la mano pero solo le da vuelta sin siquiera mirarlo

<No creo que se encuentre bien. No debí dudar de mi amiga>

Me siento con mucha delicadeza, estando cerca de ella siento nervios así que sacudo su cabello.

-Tengo que aprender a vivir sin él

Me sorprende que ella hable sin mirarme y sin dejar de hacer el mismo movimiento con el que la encontré, es muy frio su tono de voz.

-No puedo tirarme a la muerte, no es lo que él quisiera. Debo cuidar a mamá.

-Debes hacerlo- Es lo único que sale de mis labios.

-No soy la única que ha perdido a su padre y no puedo ser tan egoista como para querer irme con él y dejar sola a mamá.

No conocía este lado de mi amiga, la verdad se me hace muy maduro de su parte.

<No lo conocias porque no había pasado por algo así, tonta>

-Buscaré trabajo.

La miro de manera dramática y frunciendo el seño.

Que pena que tenga que pasar un suceso tan horrible para hacernos cambiar de parecer o hacernos ver la vida de manera distinta. 

Esta noche lloramos un rato hasta quedarnos dormidas y no pude hacer ninguna pregunta, nada es más importante que ayudar a mi Rosa. No importa lo que haya hecho de seguro hay un motivo.