Danica
No dejo de ver la pequeña piedra que aterrizó en mi frente hace una semana, siento que este será uno de los muchos recuerdos que tendré con el ex mudo. Reconozco que a pesar del dolor que sentí, me causó mucha risa verlo huir del lugar.
-Debo estar loca ¡Dios mío! - comienzo a reir
-¿Sucede algo que deba saber? -Pregunta mi mamá en el marco de la puerta
-No, mamá, recordé algo.
-Ven a comer.
*****
Estamos en la última hora de clase en la Universidad yo estoy con mucho sueño mientras mi compañero el ex mudo está muy atento a lo que dice el maestro, eso debe ser algún tipo de poder que yo no tengo.
El tutor a cargo se despide de la clase dejando talleres en la plataforma. Este fin de semana será muy largo.
-Vecinito--digo haciendole ojitos a mi querido compañero - Hagamos los trabajos juntos, en mi casa digo, para minimizar tiempo.
-No.
Ni siquiera lo pensó, este hombre no debe tener sensibilidad, yo volteo los ojos.
Todos los alumnos vamos saliendo del aula cuando un fuerte sonido nos hace caer al suelo con nuestras manos en la cabeza.
Miro a mi alrededor y es un caos, el edificio de laboratorio y parte de la biblioteca está derrumbada, algunos maestros y alumnos estan debajo de escombros llenos de sangre, otros corren de un lado a otro y él, él está cubriendome siendo un escudo para que nadie me haga daño.
Una voz que sale por las pequeñas vocinas que hay instaladas nos pide evacuar el lugar con mucho cuidado. En menos de diez minutos la universidad está rodeada de policías, bomberos, ambulancias de urgencias, cruz roja y otras entidades que llegaron a socorrer. Nunca en mi vida imaginé ver como se desploma un edificio.
-¿Qué está pasando? Le pregunto a Joaquín.
-Es claro que es un atentado pero, ¿Para quién?
No sabría responder, ni si quiera me interesa los casos policiacos, me parecian aburridos hasta el día de hoy.
-¿Estás bien?- Rosa me abraza apenas me ve.
-¿Qué haces aquí?- ella debería de estar trabajando.
Estamos a una distancia prudente del campus pero podemos ver como siguen cayendo enormes pedasos del edifico. Afortunadamente no han hallado muertos, solo heridos.
-Me preocupé apenas vi las noticias, está en todos lados- me vuelve a abrazar.
Joaquín, mi ex vecino mudo comienza a caminar hasta donde se encuentra su auto. Quiero seguirlo pero mi amiga está aquí conmigo, no puedo dejarla sola, no cuando ella vino por mí.
-Vayamos a casa- dice y me toma de la mano.
Pensé que iba a pasar por la vida siendo un humano simple pero creo que cuando tenga nietos podré contarles muchas historias reales e interesantes.