Él Viste De Negro

Tropiezo

Joaquín

Solía ir por ahí sin importarme lo que piensen de mí. Las personas piensan, dicen y escuchan lo que quieren escuchar. Tenía todo bajo control en este mundo hecho trizas pero, los peros siempre siendo un tropiezo en nuestras vidas y aquí tengo mi pero, Danica. Ella me gusta, ¡Dios, me encanta! Y quiero alejarme por su propio bien.

Sí, tenía todo bajo control en mi mundo, pero ella entró y no deseo sacarla. Me están volviendo loco mi razón y mi corazón. 

Miro mi teléfono con ansiedad al ver su nombre en mi pantalla con ese mensaje. Sé que estará esperando por mí y quiero ir, deseo ir pero temo por su bienestar. 

La destrucción de Danica se llevaría por el medio a sus padres y a mi propio ser. No puedo ser egoista.

En el marco de la puerta hay una mujer rubia mirandome de pies a cabeza, no haré las ridículas preguntas de ¿Quién eres tú? ¿Y qué haces aquí? Ya estoy acostumbrado a ver una variedad de mujeres en donde se encuentre el gran Maximiliano.

-Hola, soy Julia.

Meto mis manos en los bolsillos de mi pantalón esperando a que ella siga hablando.

-Tu... padre- hace un ademan esperando a que yo confirme sus palabras, cosa que no hago -Bueno, lo que sea él para ti se ha dormido y yo estoy muy aburrida - coloca su dedo pulgar en su labio inferior.

No es la primera vez que una mujer llega hasta mi habitación y siempre soy yo el que huye, pero para no pasar un mal rato con el gran señor de la casa. Pero hoy haré algo diferente. Me acerco quedando reducido el espacio entre ambos. Ella toma mi playera y me hala hacia ella sin quedar espacio entre nosotros. Le sonrío.

Acerco mis labios hasta su oído.

-Eres hermosa- beso su sien- pero odio la idea de compartir algo más que no sea esta casa con Maximiliano.

Haciendola a un lado cierro la puerta en su cara, antes de cerrar por completo le guiño un ojo. 

***** 

07:48 PM

Estoy acostado de espalda mirando el cielo. Es casi la hora en que Danica dijo que estaría en el parque. La noche tiene una enorme luna casi que de color naranjada, admito que está preciosa.

-Mamá, llámame cobarde pero no puedo jugar todo por el todo. Realmente no entiendo como te enamoraste de semejante ser repugnante.

08:17 PM 

-Mamá, ella me encanta.

08:29 PM

-¿Debería de ir?

08:47 PM

-Debo ir- me levanto tomo mi teléfono que estaba en la mesita de la azotea cuando veo que del otro lado encienden la luz. La veo a ella, luce triste, cansada.

-Perdón.

Ella mira la luna y estira su mano como si pudiera tocarla.

Sonrío.

Se sienta en su silla de siempre, pone su celular a un lado y se queda viendo el cielo. Me hago a un lado para evitar que ella me vea y enciendo mi teléfono para enviarle un mensaje.

Yo: Dijiste que esperarías por mí, mentiste🤨

Apago la pantalla del teléfono y la miro. Ella toma su celular y mira el mensaje se para de su silla y empieza a mirar hacia acá. Empieza a escribir.

Danica: Te esperé 50 minutos, cuenta eso, ¿No? 🙄

Yo: Me sentí especial al pensar que estarías dos horas en mi espera .

Ella sonríe.

Danica: Já, tengo mucho por hacer, me di el lujo de perder 50 minutos de mi preciado tiempo. 

Me decido por algo más entretenido y la llamo. Ella descuelga el teléfono.

-¿Dónde estás? Sé que me ves pero yo no puedo hacerlo. Sal de tu escondite.

Obedezco sonriente a sus palabras y salgo de la esquina haciendo que ella me vea. Me saluda con su mano.

-No estaba escondido, que quede claro.

Ella suelta una carcajada, es hermosa.

Así hablamos 28 minutos viendonos y hablando a través de un celular.

 

 




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