Él Viste De Negro

Su día

Danica

Finalizamos semestre y estoy triste. No veo a mi querido ex mudo y actual novio tan seguido. No como lo hacía en clase. 

-Habías mencionado que en vacaciones sería tu cumpleaños- le miro -¿Qué día es?

Él parece pensarlo un momento.

-A finales de agosto.-sonrie

Pongo mis ojos en blancos.

-¿Por qué tanto misterio con tu cumpleaños?, solo di qué día de fin de agosto.

-De seguro vendrás a mí con un ramo de rosas y globos.

Sí, tenía pensado hacerle llegar un regalo que incluía rosas pero descartado desde hoy.

-Cómo crees que haría eso. -Doblo mis ojos-solo deseo saber el día bonito en que nació la preciosura que está frente a mí.- le guiño un ojo.

-Eres tan coqueta, me encantas. -se acerca y besa mi frente, toma mi cara con ambas manos y coloca su rostro cerca al mío- celebraremos juntos el 24 de agosto. 

Estamos a pocos días de eso. Quisiera organizar algo hermoso. Solo él y yo. Ya que no tiene amigos, bueno yo tampoco. Con la que puedo contar vive trabajando y sale con un abuelo. 

*****

-Listo-aplaudo 

Todo está listo, un pequeño salón con muchos globos, un pastel, una cajita de regalo cerca al pastel y una gran luz que refleja una imagen de él sonriendo. Quiero que él se sienta especial.

Lo llamo 

-Hola, hermoso de mi corazón. -Una pausa- nos vemos en el parque en una hora, ¿Sí? Ok.

Iré a cambiarme de ropa al vestidor del salón. Compré un vestido rojo, accesorios negros y zapatos altos negros.

Llego al parque y lo veo. Hoy luce realmente atractivo. A pesar de estar vestido siempre del mismo color, hoy luce un traje completamente de negro con unas pequeñas cadenas en un lado del bolsillo de la chaqueta. 

-Que guapo, señor.-le doy un beso.

-Lo hice por ti-señala la ropa que trae puesta- sabía que tú usarías algo elegante y yo quería estar a la altura.

-Nos vamos- le brindo mi mano.

Toma mi mano pero hace que regrese hasta él, haciendo que toque su pecho. Lo miro y levanto mi ceja.

-Traje el carro- lo señala. 

No me había fijado que estaba estacionado su carro. Se supone que yo lo trataría como rey en este día y él es quien trae la carrosa.

-Pero se supo...

-Nada de peros, me vas indicando cómo llegar hasta donde tú desees y no hay problema.

Me hace entrar al lado del copiloto para él luego rodear el carro y entrar a conducir. Le voy indicando y cuando llegamos le tapo los ojos con mis manos y al entrar al salón grito.

-¡Sorpresa!

Él se queda viendo todo a su alrededor, los globos, el pastel, la mesa en el centro con dos sillas, y donde su mirada queda por más tiempo es en la foto donde está sonriendo.

-¿Cuándo tomaste esa foto?-sonrie

-¿Te gusta?

-Sí, es alguien que no había visto antes.

-¿Cómo es eso?- pregunto confundida

-Sí, nunca antes me había visto sonreir, mi vida no ha sido del todo buena como para andar sonriendo. 

Su mirada hizo un clik en mi corazón y no quería verlo triste en un día como este así que como pude le levanté el ánimo.

-Eres hermoso, del modo que sea- le sonrio- así que ahora vamos a soplar las velitas- aplaudo.

Traté que en este día él se sintiera de la manera más hermosa posible. Rió, cantó y hasta un poema me dedicó. Se supone que yo le dedicaría todo a él. 

-Es hora de abrir tu regalo-le entrego la cajita que estaba junto al pastel.

-Esto es demasiado.

-Esto es muy poco para lo que mereces.

Así pasamos el resto de la noche entre risas y coqueteos. 

-Debemos volver, casi es media noche.

-Te amo, Joaquín. ¡Feliz cumpleaños!

Lo abrazo.

 




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