Él Viste De Negro

El gran susto

Danica

-Por favor, no llore...

-No digas eso- solloza- ¿sabes lo horrible que me siento en estos momentos? Mi padre fue asesinado por el hombre con el que creí pasar larga vida. Por poco te asesina y-Solloza- su hijo también fue victima de ese psicópata.

Es cierto. No podría pedirle que deje de llorar cuando efectivamente está sufriendo por esto. Creía amar al hombre correcto y resultó ser el asesino de su padre. El causante del dolor de su madre. 

-¿Cómo podré vivir con esto? -Se toca el pecho y llora amargamente.

En realidad no sé qué decirle, pero me quedo a su lado, ambas llorando, ella por su padre, por su madre, por los recuerdos. Yo lloro por ella, por los suyos y por lo que tuvo que vivir Joaquín todo este tiempo.

El hospital está lleno de policias, cuidan la habitación de Joaquín y a Rosa. 

*****

-La herida está sanando satisfactoriamente. El paciente Sarmiento debe permanecer más tiempo para seguir chequeando los moretones en todo su cuerpo. 

El medico nos da los nuevos resultados del estado de Joaquín y la verdad estoy mucho más tranquila, ha pasado una semana y su mejoría es sorprendente. El viejo psicópata no lo han atrapado y Rosa aún tiene gente cuidándola, temen de que ese hombre se aparezca a hacerle daño. 

-¿Puedo pasar a verlo?- el médico me dice que solo por 10 minutos - Mamá, ya vuelvo.

Él está ahí en esa cama dormido. Seguro sufre. Tomo su mano y comienzo a contarle cosas que considero divertida, él no tiene los ojos abiertos pero creo que puede oírme.

-Debo irme, nos vemos mañana- beso su mejilla.

Mamá y yo nos vamos tomadas de la mano hasta llegar al parqueadero donde se encuentra el carro. Ella entra al lado del piloto y yo a su lado. Vamos saliendo con mucho cuidado cuando otro carro nos arrolla, ambas nos golpeamos pero mamá vota sangre de su frente, yo miro al carro que nos llevó y lo veo, ese hombre viniendo hasta donde estoy, golpea con un bate el vidrio de mi lugar, abre la puerta y me saca a la fuerza, mamá aún se recupera del golpe. Grito tanto como puedo pero él ya me tiende dentro de su carro.

-¡Por favor, ayuda, mi hija!- grita mamá con la mano en su frente.

-¡Mamá! -me golpea haciendo que mi boca sangre.

-Cállate o aquí mismo mueres. -su sola voz me hace temblar de miedo. Este hombre está loco. Él arranca el carro y aún con personas al frente no se detiene. 

-Por favor, señor, usted no...

-Creo que dije que te callaras-me señala mientras maneja. 

Creo que la muerte ha querido llevarme un par de veces y no lo ha logrado, en serio estoy agradecida porque no me quiera llevar y espero que esta no sea la excepción.

Como puedo me retuerzo en el asiento del copiloto y pateo la cara de mi secuestrador, este por el fuerte golpe mueve el volante hacia un lado, el carro se mete en el carril que no debe. Los carro que vienen de frente comienzan a salirse de la vía evitando chocar. Vuelvo a golpearle la cara, pero este sin importarle el dolor que le causé  frena y con sus manos me busca hasta golpearme fuerte por la cara, yo sigo forcejeando, y pude quitar el seguro de las puertas. Abrí la de mi lado y al intentar salir este me hala del cabello, grito. 

-Algo pasa ahí, llamen a la policia, esta sangrando-escucho a las afuera del carro.

Golpeo y él me golpea, ya no tengo fuerza, estoy agotada de luchar, él trata de arrancar nuevamente pero al tocar la palanca doy otra patada a su cara y esta vez soy rápida y salgo del carro. Sin fuerza, sin ganas de más.

-Por favor, ya, yo...

 




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