El Viudo Joven

Capítulo 6

Lucia no tenía que haberse sorprendido, cuando confrontó a Alex por el atrevimiento de enviarle mensajes de texto, sin ella haberle dado su número de teléfono, este ni se inmutó, solo se limitó a soltar una carcajada que la había puesto más que furiosa. Al parecer le hacía gracia verla molesta.

Habían pasado dos semanas de ese incidente y él no había parado de enviarle mensajes, a pesar de que ella no le respondía, no había manera de hacerlo entrar en razón. Ya no solo eran mensajes para desearle buenas noches, sino que también le escribía por las mañanas o a cualquier hora del día. Algunas veces lo hacía con cualquier excusa laboral, otras simplemente eran para hacerle algún comentario fuera de lugar. Sea cual fuera el caso, sus mensajes la incomodaban y por eso se había propuesto ignorarlo, aunque con cada día que pasaba se le hacía más difícil.

Lo había amenazado con denunciarlo, algo un poco extremo, pero con la intención de marcar distancia entre los dos. En el pasado tuvo una experiencia con un compañero de estudios que  parecía estar obsesionado con ella. La buscaba por todas partes, la llamaba y le escribía a toda hora, hasta que un día, cuando vio que se encontraban a solas en un salón, intentó propasarse con ella. Afortunadamente aquello solo fue un mal rato, un profesor entró justo a tiempo y logró intervenir antes de que pasara a mayores. Sabía que no podía juzgar a todos los hombres por lo que hizo aquel muchacho, pero no estaba de más, ser precavida. Caras vemos, corazones no sabemos.

En cuanto a la parte laboral, no habían tenido la oportunidad de sentarse a trabajar juntos, él le había pedido unos días para organizar a su equipo de trabajo y realizar un estudio de marketing en la zona, para poder formular la proyección de ventas. Y al parecer eso era lo que había estado haciendo los últimos días, puesto que casi no paraba en la empresa. Estaba totalmente abocado al trabajo de calle, visitando clientes e indagando en qué zonas de la ciudad había mayor consumo de embutidos.

El plazo que le había  pedido se vencía ese día, por lo que se encontraba esperándolo en su oficina. No entendía porque se sentía inquieta, era solo una reunión de rutina, como las que eventualmente tenía con jefes de otros departamentos. Atribuyó su inquietud a que temía que al estar a solas, saliera con sus comentarios fuera de lugar que tanto la incomodaban. Solo esperaba que se comportara de manera profesional, de lo contrario se vería obligada a dar por terminada la reunión.

El sonido de la puerta la hizo volver a la realidad.

—Adelante —pronunció en su respectivo tono frío e impersonal.  

—Buenos días preciosa —la saludo Alex con una espléndida sonrisa.

—Punto número uno: llega con diez minutos de retraso, punto número dos: para usted soy la Srta. Hill, no lo olvide. Ahora tome asiento —le indicó la silla donde debía posarse.

—Vaya, creo que alguien está de mal humor —se mofó.

Lucia puso los ojos en blanco. Aquello no iba por buen camino. Como sospechaba, sería todo un reto permanecer en la misma habitación de Alex Meyer, sin perder los estribos.

—No sea desubicado. En todo caso, es usted con su comportamiento infantil quien lo causa.

—En mi defensa —alzó las manos en señal de rendición—, te ves muy linda cuando estás enojada, por lo que se me hace tentador el molestarte —sonrió.

—Bueno, a lo que vino —lo cortó, no quería desviarse del tema laboral.

—Si así lo prefieres —musitó y adoptó una posición seria y profesional. Cuando se trataba de trabajo, no se permitía distracciones —como bien sabes, estas dos semanas las he dedicado a realizar un estudio de mercado en la zona, y me he dado cuenta de que muy pocos establecimientos consumen nuestra marca, y si no atacamos eso de raíz, difícilmente tendremos éxito con la nueva línea de productos.

Eso era cierto, ella también se había percatado de lo poco conocidos que eran los productos de Monsanto en esa ciudad. No en todos los establecimientos los podías encontrar. Eso era algo, que sin dudas, el departamento de ventas debía de atacar.

—Bien, ¿Que propones?

—Aquí podrás observar las ideas que tengo —Alex estiró una mano y le entregó una carpeta llena de documentos— allí está mi plan de ejecución, junto con una proyección de ventas.

—Veo que tienes metas bastante altas, ¿Estás seguro de que puedes cumplirlas?

—Por supuesto —respondió con plena seguridad. Confiaba en su liderazgo. Su equipo estaba más que preparado para dar batalla, con esfuerzo y dedicación conseguirían alcanzar las metas planteadas— pero, para lograrlo, es necesario que hagamos una inversión bastante considerable. De entrada, necesitamos material P.O.P, como franelas, gorras, vasos, tazas, panfletos, vallas publicitarias, etc. Todo eso para promocionar nuestra marca mediante concursos a través de las redes sociales. También me gustaría organizar degustaciones de nuestros productos en varios establecimientos. Para ello necesito armar un stand y por supuesto promotoras que nos asistan en dichos eventos.

Lucia le dio una escudriñadora mirada. Entendía su punto, se trataba de relanzar la marca, lo malo, era que la situación financiera de esa sede en particular, no estaba en su punto óptimo y dudaba que pudiera facilitarle todo lo que él le estaba pidiendo.

—Ok. Continua. —le pidió. Quería ver hasta donde pensaba llegar.




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