El Zafiro Extraviado

Capitulo tres

26 de febrero 2013

Alejandria, Egipto

La noche estaba fresca pues los meses de invierno hacen que las temperaturas disminuyan un poco en el centro de la ciudad frente a la playa de la ciudad se encuentra una casa que no es una mansión, pero tampoco es pequeña donde tres personas estaban durmiendo profundamente, pero la felicidad dura poco porque se empezó a escuchar un sonido fuerte.

—¿En que estaba pesando al vivir en un país musulmán? — Pensó Leonardo con los ojos cerrados maldiciendo en lo bajo a la bocina de la mezquita que estaba sonando para llamar a los creyentes. Odiaba ser respetado de su sueño ya que para el dormir era uno de los mejores placeres.

Se levanto de la cama para estirar el cuerpo y salir de su habitación a lo cual Mohamed también hacia lo mismo para encontrarse a una figura femenina en la cocina poniendo los platos en la mesa para desayunar juntos.

Hola amor, ¿Cómo amaneciste? Dijo ella mientras le daba un beso en la mejilla a Mohamed.

Tu siempre tan bella mi hermosa SenihaDijo mientras sonreía para luego abrazarla mientras veía la mesa puesta.

Para Leonardo no era molestia las muestras de afecto de su compañero hacia su esposa pues para el él amor no era nada relevante. Se sentó en la mesa esperando a que los otros se sentaran, pero como seguían tan acaramelados hizo un carraspeo que hizo que se despegaran abruptamente.

Buenos días, Leo, ¿Cómo amaneciste?Dijo ella con una sonrisa cálida pero avergonzada.

Tenia un lindo sueño, pero me despertó el llamado de la mezquita Dijo molesto mientras miraba a Seniha que se estaba riendo al igual que Mohamed.

Mira el lado bueno no necesitas un despertadordijo Mohamed mientras le sacaba la silla a su esposa para que se pudiera sentar a desayunar.

Tenemos unos minutos para desayunar e irnosle dijo Mohamed a Seniha mientras esta se sentaba a lo cual ella lo miro asintiendo con la cabeza.

Que bueno es ser no musulmándijo Leonardo sentado mientras comía su desayuno a lo cual su compañero lo miro con los ojos entrecerrados.

Y dime Seniha, ¿Cómo está la situación en la capital? Ya que no hace poco fuiste a visitar una amigaDijo Leonardo mirándola a lo cual ella levanto la mirada mientras tenia comida en la boca.

Ya sabes las protestas todavía siguen aun cuando se cambio de gobierno al parecer la situación sigue igualdijo ella mirándolo a su esposo.

—¿Oye y como está tu amiga? dijo Mohamed.

Ella se está bien, aunque tuvo que mudarse de ciudad por las protestas ahora se encuentra viviendo en Siwa durante un tiempodijo ella mirándolo a los dos.

Como va el país parece que este nuevo año no tendrá tantos cambios, solo Túnez logro su objetivo los otros países siguen iguales o peores sino mira Libia dijo Mohamed con una mirada preocupada.

Para muchos es algo malo para nosotros es ganancia, o se te olvida la fortuna que tenemos gracias a estos conflictosdijo Leonardo encogiéndose de hombros pues a él no le interesaba la situación sino el generar dinero de esta.

Se me olvida que no tienes corazóndijo Mohamed sarcásticamente a lo cual su esposa se rio.

¿No se te olvida que deben irse?dijo Leonardo mirándolo a los dos a los cual Mohamed miro el reloj abriendo los ojos y parándose de la mesa a lo cual su esposa hacia lo mismo para alistarse y salir de la casa.

—Que bueno es cuando tus padres te obligaban a ir a la iglesia copta—pensó a lo cual le llego un sentimiento de melancolía pero que suprimió rápido.

Oye después de salir de la mezquita tendremos que salir nos vemos en unas horasdijo Mohamed mientras iba corriendo hacia la puerta.

Adiós Leo que tengas un buen díadijo Seniha mientras salía para alcanzar a su esposo.

Cuando la casa quedo sola se puso a recoger los platos, limpiarlos para luego ir a su habitación y tomar una ducha después de salir del baño saco de su almario su traje de baño para bajar hacia el jardín que tenia una pequeña piscina. Nadar era de las cosas que le despejaban la mente de aquellos recuerdos que los atormentaban además que los mantenían en forma. Después de una hora nadando salió de la piscina para luego tomar su toalla y secarse mientras entraba en la casa para luego cambiarse y salir.

Los meses de invierno mantenían la temperatura un poco menos calurosa pero aún seguía siendo muy cálido a lo cual siempre usaba ropa fresca y holgada acompañado de sandalias.

Las calles de la ciudad estaban tranquilas y había varios negocios cerrados debido a que era momento donde los creyentes estaban en las mezquitas solo estaban personas como turistas caminando por las calles.

Mientras caminaba por la playa vio que unas turistas habían pasado mirándolo mientras le daban una sonrisa a lo cual el contesto guiñándoles el ojo para luego seguir su camino. No estaba interesado en coquetear con turistas por ahora. Salir le ayudaba a recordar los viejos tiempos que muchas veces trata de bloquear en su mente ya que sabía que no volverían a pasar.

Mientras miraba la playa y sentía la brisa del mediterráneo escucho un sonido que lo saco de trance, al mirar de donde salió vio un grupo de personas correr mientras un gas blanco estaba saliendo. —Mierda—pensó Leonardo mientras se ponía a correr en dirección opuesta de la multitud mientras se tapaba el rostro con la camiseta para que el gas no le haga daño empujando a las personas para abrirse paso, pero tuvo que esconderse cuando empezó a escuchar los disparos de los militares a lo cual se desvió en uno de los callejones de la ciudad para esconderse hasta que no hubiera nadie la espera se hacía larga además de escuchar los disparos de los militares. Para el no era ni la primera vez hacer esto y no le asustaba pues vivir en un continente donde reina la inestabilidad política hace que las protestas sean el pan de cada día, al no escuchar nada siguió corriendo, pero se topo con un grupo de militares a los cual se escondió por la pared de un negocio mientras escuchaba como a un manifestante era golpeado y llevado a la patrulla al ver que se fueron siguió su camino hasta llegar a la casa.




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